Noche en Razzmatazz

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En cuanto el reloj marcó las 7 de la mañana, la alarma de la jugadora más importante del Barça comenzó a sonar. Abrió los ojos, un poco aturdida, sin recordar por qué la había puesto. Se quedó cinco minutos en la cama, recordando la noche anterior...

*flashback*

Había quedado con varias compañeras en Razzmatazz, la discoteca a la que solía acudir con sus amigas cuando tenía tiempo libre. Sin embargo, últimamente, con la liga, apenas había podido disfrutar de esas salidas. Estaba de una ciudad en otra, menos mal que solo quedaba un partido: contra el Madrid. Eso le provocaba una sensación agridulce. Claro que estaba súper contenta de llegar a la final, pero no le hacía ninguna gracia jugar contra el Madrid. No porque no confiara en que pudieran ganar; ella sabía que iban a ganar. Pero no soportaba al nuevo fichaje del Madrid, Violeta Hódar, una pelirroja que, en poco más de un año, había conseguido todo el reconocimiento por el que ella había luchado durante años. Aunque dijera que solo le daba mucha rabia, más que rabia sentía dolor. Dolor porque, desde pequeña, había sido una niña muy exigente. Siempre quería ser la mejor en todo y luchaba duro por sus metas. Nunca se sentía suficiente y le dolía cuando veía que otras personas conseguían lo que ella quería sin aparente esfuerzo.

Por eso decidió salir de fiesta con sus amigas, entre ellas Ruslana, quien a pesar de vivir en Madrid, había viajado a Barcelona para apoyarla y disfrutar de la noche.

Eran las 12 cuando decidieron entrar a la discoteca. Normalmente iban más tarde, pero la jugadora, sabiendo que tenía que despertarse a las 7, prefirió entrar más temprano y planear irse a las 4. Aunque no fuera mucho tiempo, necesitaba salir y despejarse. Las luces, la música y la energía de la gente eran justo lo que necesitaba para olvidar, al menos por unas horas, la presión del próximo partido. Sus amigas, especialmente Ruslana, se encargaron de hacerla reír y disfrutar la noche. Bailaron, bebieron, hablaron y, por un rato, se permitió dejar de lado la competencia y las comparaciones.

Sin embargo, en el fondo de su mente, la figura de Violeta Hódar seguía presente, como una sombra que no podía ignorar del todo. Pero esa noche, decidió dejarla atrás y centrarse en disfrutar de su tiempo con sus amigas.

Al dar las 4 de la mañana, Chiara se despidió de sus amigas, asegurándoles que les escribiría al llegar a casa. Sin embargo, Ruslana, que no había bebido mucho, insistió en acompañarla. Aunque Chiara se había controlado bastante con la bebida, no estaba completamente sobria, y Ruslana no quería dejarla ir sola.

*Fin del flashback*

Entre goles y secretos | KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora