Sentado en un banco en la estación de trenes del pueblo de su ahora exnovia, con la cabeza entre las manos y las lágrimas empapándole el rostro, Cyno se preguntaba en qué momento de su vida se había arruinado todo. Tal vez todo comenzó el día que Tighnari se mudó a la ciudad de Avidya. Fue como si, a pesar de todas las dificultades que lo habían atormentado, de repente descubriera que realmente no había sido más que un niño sentado cómodamente en una mesa donde descansaban mil manjares dispuestos por otra persona, y de repente, este individuo se había disipado y ahora era él el encargado de levantarse para ir a por más.
Fue entonces, cuando tuvo que despedirse de Tighnari frente a su antigua casa, con lágrimas en los ojos y saboreando el amargo sabor de la dulce promesa que hicieron de mantenerse en contacto al besar sus labios, que su mundo se derrumbó en mil pedazos. Toda la suerte pareció agotársele, y empezaron a ocurrir desgracias unas de otras. Amistades que tuvieron desenlaces espantosos, problemas familiares que desembocaron en separaciones, muertes de personas a las que quería, y también el término de su relación al no ser su novio capaz de soportar vivir lejos de su pareja. Fueron años duros. Desarrolló muchos problemas con los que fue muy complicado lidiar, y muchas veces llegó a pensar en rendirse.
Sin embargo, su segundo año de universidad le trajo felicidades que intentaron cubrir la oscuridad de su pasado. Conoció a nuevas personas, y aunque algunas llegaron a darle problemas, acabaron desapareciendo rápido de su vida. Logró encontrar un apartamento en el que vivir, para así no tener que pasar tanto tiempo con su madre, y se mudó junto a este chico, Sethos, con el que estableció una "amistad" un tanto extraña. También llegaron Dehya y Nilou a su vida, mujeres a las que adoraba con todo su corazón y por las que daría la vida.
Decía eso, pero acababa de romperle el corazón a Nilou de una forma cruel y deplorable, y se sentía el hombre más repulsivo del mundo por haberla hecho llorar.
Faltaban pocas semanas para su primer aniversario, y la pelirroja había estado una temporada de muy buen humor gracias a esto. El ambiente primaveral la hacía, además, mucho más etérea de lo que ya era antes, encendiendo el fuego de su cabello y esclareciendo el manantial de sus luceros, por cuya superficie flotaban los vestigios del sol. Su simple presencia transmitía una calma profunda y una felicidad inconmensurable. Muchos la anhelaban, y por eso envidiaban y celaban a Cyno. Él era un joven atento y muy bueno con la joven, pero había individuos que no lo creían suficiente.
Y Cyno sabía que tenían razón. Porque, aunque él amaba a Nilou, su corazón era incapaz de olvidar a su primer amor. El rojo era deslumbrante y hermoso, pero él prefería los colores fríos. Sus luceros eran encantadores y tan tranquilos como aguas vírgenes, pero él prefería el caos de unos orbes inconfundibles. Ella era simpática y cautivadora, una mujer que siempre tenía en consideración a los demás y era detallista y afable, pero él prefería a aquel despistado que a veces lanzaba dardos envenenados al hablar, para después ahogarlo en el cariño más apasionado y la lujuria más dulce.
Aunque él amaba a Nilou, había gemido el nombre de Tighnari mientras estaba con ella. Y no había humillación más profunda para una mujer amada, ni una vergüenza más grande para un hombre que intentaba pasar página y olvidar aquel amor que lo había empujado a la adultez.
La conversación que habían tenido seguía reproduciéndose una y otra vez en su cabeza. Recordaba a la perfección la voz rota de Nilou, cómo las lágrimas perlaban aquel rostro que le había sido prohibido a sus labios, cómo sus movimientos eran torpes y sus expresiones estaban llenas de dolor. Él había tenido que sentarse frente a ella, con la ropa puesta otra vez y con la mirada culpable fija en el suelo, para explicarle quién era ese tal "Tighnari" y por qué había pensado en él mientras hacía el amor con ella. Fueron unos minutos de tensión, donde la verdad fue revelada: Cyno nunca había sentido por Nilou lo que ella había sentido por él, y sentía una pena profunda por ello. Él quería amarla y ser feliz junto a ella, ¡por eso habían empezado a salir!
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hechizado ♡ cynonari
Fanfiction"¿Quieres que de ese néctar delicioso no te amargue la hez? Pues aspírale, acércale a tus labios, y déjale después. ¿Quieres que conservemos una dulce memoria de este amor? Pues amémonos hoy mucho, y mañana digámonos ¡adiós!" ─Rima LVIII, Gustavo Ad...