A Través Del Dolor y El Amor - WOOSAN/SANWOO

Cap 8: Enfrentando el Pasado

Con el apoyo de San, Wooyoung reunió el valor para denunciar a sus padres. El proceso no fue fácil, pero con cada paso, sentía que estaba recuperando un poco más de su poder y su dignidad.
Las noches antes del juicio eran largas y difíciles. Wooyoung se despertaba en medio de pesadillas, sudando y temblando, pero cada vez que eso ocurría, San estaba allí para consolarlo, abrazándolo fuerte y susurrándole palabras de aliento.

El día del juicio, Wooyoung se levantó temprano, sintiendo un nudo en el estómago. San lo acompañó al juzgado, su presencia un ancla de calma en medio de la tormenta.

—Recuerda, estoy contigo, pase lo que pase. No estás solo en esto —le dijo San, apretando su mano antes de entrar a la sala del tribunal.—

El tribunal estaba lleno de tensión. Wooyoung se sintió expuesto y vulnerable al ver a sus padres sentados al otro lado de la sala. Su padre lo miraba con un odio palpable, mientras que su madre evitaba su mirada, mostrando una mezcla de culpa y vergüenza.

Cuando Wooyoung subió al estrado para testificar, sus manos temblaban ligeramente, pero se armó de valor. San lo miraba desde la primera fila, sus ojos llenos de amor y apoyo, recordándole que no estaba solo.

—Cuéntanos, Wooyoung, ¿cómo era tu vida en casa? —preguntó el abogado con suavidad.—

Wooyoung respiró hondo y comenzó a hablar, su voz inicialmente temblorosa, pero ganando fuerza con cada palabra.

—Desde que tengo memoria, he sido maltratado por mi padre. Golpes, insultos, humillaciones constantes... Nunca hubo un momento de paz en mi hogar. A los 8 años, cuando descubrí que era gay y se lo conté a mis padres, las cosas empeoraron aún más. Me golpeaban por ser quien soy, me decían que era una vergüenza para la familia.—

Su padre lo interrumpió, su voz llena de veneno.

—Nunca debiste haber nacido —dijo su padre, sus palabras llenas de odio.—

El juez golpeó su mazo, llamando al orden en la sala, pero las palabras ya habían sido dichas. Wooyoung sintió que sus piernas temblaban, pero la mirada de San lo mantuvo firme.

—Wooyoung, eres valiente por estar aquí hoy. No dejes que sus palabras te derrumben —le había dicho San antes de entrar en la sala, y esas palabras resonaban en su mente, dándole fuerza.—

La madre de Wooyoung, aunque inicialmente defensiva, comenzó a mostrar signos de arrepentimiento a medida que escuchaba los testimonios y veía las pruebas del abuso. Las fotos de los moratones, los informes médicos, las declaraciones de los vecinos...

—Lo siento, Wooyoung. No supe cómo ser una buena madre —dijo entre lágrimas durante su testimonio. Wooyoung sintió un nudo en la garganta, una mezcla de ira y tristeza. Las disculpas llegaban demasiado tarde, pero eran un paso hacia algún tipo de cierre.—

El tribunal finalmente dictó sentencia. El juez miró a Wooyoung, reconociendo el valor del joven.

—El tribunal encuentra al acusado culpable de maltrato infantil. Se le condena a cinco años de prisión sin posibilidad de libertad condicional —anunció el juez, dirigiéndose al padre de Wooyoung.—

El padre de Wooyoung gritó maldiciones mientras era escoltado fuera de la sala, pero Wooyoung no lo escuchó. Solo podía sentir una liberación inmensa, como si un peso gigante se hubiera levantado de sus hombros.

La madre recibió una condena menor, pero se le ordenó someterse a terapia y realizar trabajos comunitarios.

Cuando todo terminó, San corrió hacia Wooyoung y lo abrazó con fuerza, levantándolo del suelo en un gesto de pura alegría y alivio.

—Lo hiciste, Wooyoung. Eres increíblemente valiente. Estoy tan orgulloso de ti —dijo San, con lágrimas de felicidad en sus ojos.—

Wooyoung lo abrazó de vuelta, llorando también, pero esta vez eran lágrimas de alivio, de esperanza.

—No podría haberlo hecho sin ti, San. Gracias por estar siempre a mi lado —respondió Wooyoung, sintiendo que por primera vez en mucho tiempo, podía respirar con facilidad.—

Os lo juro este es mi capítulo favorito estoy enamorada.

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