La sangre salpicó en mi rostro cuando la persona enmascarada dejó caer el acha sobre la cabeza de aquella persona.
El miedo me invadía y mi cuerpo comenzó a temblar. Comencé a sentir mi pecho apretarse, me faltaba el aire y estaba iperventolando.
Vi como el pecho de aquella persona subía y bajaba, su ropa de color negro y mascara estaba llena de líquido rojo, sus ojos celestes estaban llenas de adrenalina notoria, y su voz al salir con una pequeña carcajada parecía disfrutar lo que estaba asiendo.
Mire a los ojos a la persona enmascarada frente mio, a lo que esta dejo caer el acha a su lado, se acercó asía mi y acomodo mi cabello que caía sobre mi rostro con sabré salpicada.
_Porfavor -le dije con voz temblorosa-
_¿Porfavor qué linda?
¿Era una chica?
Su cabeza estaba inclinada y sus ojos parecían totalmente vacías.
_No me hagas nada, porfavor -le rogué, sin atreverme a mirarla a los ojos-
_¿Y porqué no debería de hacerlo?
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al escuchar su voz gruesa y su respiración agitada.
_Mírame -me dijo la chica-
La miré pero baje la mirada inmediatamente.
Agarro mi mandíbula con fuerza, provocandome mucho dolor.
_Mírame a los ojos.
La miré rápidamente a los ojos con terror en los míos, mis manos temblaban y el pánico me invadía.
_No te haré daño, __.
La miré con desconcierto y confusión ¿Cómo sabía mi nombre?
_Ven.
Se levantó y me hizo una señal con la cabeza, indicándome que hiciera lo mismo.
Me levante y la seguí hasta una habitación, habitación en la que estuve encerrada varios días con la persona cuya sangre tenía dispersada por todo mi cuerpo.
_No porfavor -rogué haciendome hacia atrás, pero me detuvo agarrándome con fuerza en mi muñeca-
_Entra.
Entre a la habitación y la chica cerró la puerta detrás suyo.
De un movimiento me tiro a la cama, cayendo arriba de este. Se acercó a mí, sentía su respiración que salía sobre la tela de su máscara y chocaba en mi piel.
La chica se sacó su máscara, dejando al descubierto su piel pálida, luciendo más sus ojos celestes.
Su mano recorrió mi rostro, sentía su respiración sobre mi cuello, respiración que rápidamente se agitó.
_No me conoces, pero yo a ti si.
La miré atentamente, a lo que siguió hablando:
_No me tengas miedo. Mate a esa chica porque me debía mucho dinero, tenía que pagarme de alguna forma, aunque se la puse muy fácil al matarla y no torturarla.
_¿Y yo qué tengo que ver en todo esto? -dije en forma de susurro-
_Nada.
_¿Entonces? ¿Porqué me haces esto?
_Porque te he visto en varios lugares, y no pude contenerme.
_¿Contenerte de qué?
_De tenerte a tí.
Me quedé en cilencio al escucharla decir eso. La chica siguió hablando:
_Ya te tengo, y no te dejaré ir.