LUNA LOVEGOOD

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                            ~Ella~

El aroma a café caliente me invadió, la chimenea con madera dentro que ardía en fuego y la televisión encendida asía que el ambiente sea cálido, acogedor y agradable. Las velas aromáticas y las rosas color blanco colocadas en pequeñas macetas de cristal, daban un semblante romántico al lugar.

Ella se veía hermosa, bajando por las escaleras de madera, con mi camisa puesta que le cubre desde los hombros hasta las rodillas, camisa color blanco con dibujos en negro que hacen resaltar su maravillosa figura.

_¿Qué película veremos, linda? -su sonrisa fue genuina y su voz desprendió un tono intrigantemente dulce.

_La qué tu quieras, hermosa -besé su frente y rodie su pequeño cuerpo en un cálido abrazo.

_¿Qué te parece si vemos Los juegos del hambre?

_Me parece perfecto.

Nos acostamos sobre el sofá, ella acurrucó su cabeza sobre mi pecho, mientras yo acaricio su suave cabello que cae sobre mí, mientras que el mío caía sobre el antebrazo del sillón.

Bebí de mi café y lo dejé sobre la mesa de cristal en medio de la televisión y el sofá.

pude escuchar la sangre que derramaba su corazón bombiante en su pecho, sus pulmones llenándose de aire. Podía oler el coco de su acondicionador, el olor a jazmín de su perfume y el menta de su dentífrico.

A mitad de la película ella se envolvió en un profundo sueño, mis ojos azules recorrieron su rostro, se veía tan tranquila, me transmite paz tan solo verla dormir sobre mi pecho.

¿Qué estará soñando?

Me invadió la intriga al pensar en ello.

¿Estará soñando contigo?

El tan solo hecho de pensar en la posibilidad de que este soñando con alguien más o simplemente, sin mí, me daba ese dolor punsante en el pecho, esa incertidumbre inquietante en mi sistema nervioso. Quería que pensara en mi, que soñara conmigo, quería estar con ella.

La quiero para mí.

Mía.

Acaricie su mejilla suavemente, sintiendo su piel en mi tacto. No pude evitar sonreír, suspire y deje caer mi cabeza, durmiendome junto a ella.

Me desperté con la luz tenue del sol pasando tras las cortinas translúcidas. El fuego de la chimenea se había apagado, ella seguía en mi pecho, la observe detalladamente.

Es tan hermosa.

No pude evitar pensar en ella cómo en una pequeña bola de cristal, delicada y hermosa por siempre, simplemente brillante y reluciente, con peligro de quebrarse en cualquier momento, pero yo estaba decidida en hacerla perdurar a mi lado.

Vi sus ojos color __ abrirse.

_Buenos días -dijo con una sonrisa dibujada en sus dulces labios.

_Buenos días -dije susurrante.

Ella se levantó delicadamente y me observo durante unos pocos segundos, volvió a sonreír y unió sus labios a los míos, sumergiendonos en un beso de en sueños. Siempre era de en sueño si era con ella.

Mi pequeña __.

Se dirigió a la cocina, pude oler el café haciéndose y el aroma a tostadas con mermelada.

Me dirigí hacia ella, la rodie en mis brazos, quedando detrás de ella con mi cabeza apoyada en el hueco de su cuello y hombro. Hignale su aroma y no pude evitar sentir ese hormigueo en mi estómago, ese deseo de tenerla, la sed de ella, de tomarla.

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⏰ Última actualización: Oct 24 ⏰

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