La Vie en Rose

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Prólogo

Los ojos de Taeyang empapados de lágrimas no le permitían ver el camino por el que corría, una electricidad le recorría por dentro como si su cuerpo le diera un aviso de que moriría esa noche, pero aún así él no quería morir, al menos no ese día, y mucho menos estando en un país que no era el suyo, los recuerdos de toda su vida pasaban por su mente mientras las ramas golpeaban su rostro y cuerpo, el campus en aquellas horas se veía aterrador pero no tanto como el lunático que lo perseguía, rezó al cielo y a todo lo que posiblemente haya en el que lo protejan pero lamentablemente nadie podía ayudarlo en esa solitaria y oscura noche en la afueras de la universidad de Toronto, pensó "Si le hubiera hecho caso a Yeosang esto no estaría pasando" "Si no me hubiera deja llevar por la curiosidad esto no estaría pasando" "Si no lo hubiera conocido esto no estaría..."

"Pasaría de todas formas" Interrumpió con voz ronca apareciendo frente a él, "Correr es tonto, de igual manera te seguiré encontrando porque es el destino, tú destino Taeyang".

¿Había dicho su nombre? Sí y fue aterrador.

Taeyang intentó proporcionarle un fuerte golpe pero él detuvo su mano sin el mínimo esfuerzo, tiró de ella para acercarlo aún más y lo acorraló sobre un árbol, una vez cerca de su oído entre susurros le preguntó, "¿Aún crees que sólo somos un mito estúpido?" "¿Sigues creyendo que soy un niño creído?", acarició con su pulgar el cuello del pelinegro y luego presionó un poco, "Dímelo Theo, sé que piensas de mí". Bajó su boca al cuello de Taeyang, acariciándose un poco con este, la respiración del coreano se volvió pesada, quería empujarlo pero se sentía como si estuviese petrificado, el recuerdo del asesinato hace minutos llegó a su mente, sabía que era su fin, acabaría igual que Julie, lágrimas comenzaron a salir otra vez junto con pequeños gritos casi inaudibles, los golpes se intensificaron pero aún así él no se alejaba, parecía ni sentirlos, la desesperación lo consumió, quería salir con vida e intentaría de todo para lograrlo, el chico se alejó un segundo sin dejar de presionarlo hacia el árbol y lo observó fijamente, sus ojos color negro y piel palida brillando a la luz de la luna lo hipnotizaba pero por más bello que fuese sabía lo que él haría ahora.

Taeyang cerró sus ojos esperando oír el disparo que acabaría con su vida, o tal vez lo mataría a golpes o...¿lo apuñalaría? En realidad no sabía cómo él había matado a Julie, sólo vió la sangre por lo que esperaba que su final sea igual de sangriento, aunque no lo sería, no logró oír ningún disparo, ni fue apuñalado, ni tampoco golpeado, abrió un poco sus ojos encontrándose con la escena del peliblanco a punto de clavar sus dientes en su cuello, dientes, cuello, sangre , ¿Aún crees que sólo somos un mito estúpido?, ahora todo comenzaba a cuadrar.

"Si pensaste que iba a matarte estabas muy equivocado, te dije que este era tu destino y además no me permitiría asesinarte", dijo despacio y ronco antes de clavar a penas un poco sus largos y filosos colmillos, esperó unos segundos para hundirse un poco más en el cuello de su víctima pero no lo suficiente como para matarla, sólo marcaría a Taeyang como suyo, por fin tenía a su destinado cerca y estaba disfrutandolo, contrario al coreano que sentía como si lo estuvieran degollando debido a la gran presión en su cuello, sus gritos se desvanecían al igual que su vista se nublaba, acabados los minutos de sufrimiento sintió el frío en su herida abierta y como chorreaba sangre de esta.

El canadiense se imaginaba el dolor que Taeyang debía estar sintiendo por lo que se encargó de dejar suaves besos en la herida mientras acariciaba su rostro y cabello, cualquiera que viera está escena pensaría que es romántico pero para el coreano era su peor y más real pesadilla, aún después de que intentase calmarlo comenzaba a verse pálido y claramente llegó el momento de su desmayo, en esa madrugada Theo, uno de los nuevos estudiantes de la universidad, fue encontrado y llevado a la enfermería por el guardia del campus luego del cambio de horario, despertó entre las miradas preocupadas de la doctora y su compañero de cuarto, Jeongseob, que se aliviaron al verlo abrir los ojos, en su diagnóstico decía que su desmayo se debió al cansancio y estrés, a lo que la doctora le recomendó descansar e intentar preocuparse menos, si es que eso es posible.

Una vez fuera de la enfermería se encontró con el profesor tutor del curso que le dió una regañada por haber salido solo durante la madrugada, "Me alegra que estés bien, ahora ve y descansa, si necesita algo sólo búscame...ah y tú Jeongseob asegúrate de cuidarlo bien" se despidió luego de eso acabando con la conversación.

Su compañero de cuarto lo ayudó a subir las escaleras mientras le respondía a sus preocupadas y curiosas preguntas hasta que el chico inocentemente preguntó entre risitas, "Anoche, ¿saliste a tatuarte? es que ayer durante el día no lo tenías, ¿o acaso lo ocultabas?, ¡aún así se te ve muy bien Theo! Aunque no pensaba que fueras así de rebelde".

Taeyang no entendía a qué se refería pero al pasar frente a la vitrina de trofeos vió su "tatuaje" en el reflejo, la puerta de una de las habitaciones más adelante se abrió con un sonido rechinante, su vista dió con la del tonto jugador del equipo de rugby que parecía recién levantado, Keeho, este le dió una sonrisa de costado que lo hizo temblar, sus miradas no se desconectaban hasta que Jeongseob tiró un poco de él para encaminarlo nuevamente hacia su cuarto, antes de perder de vista al peliblanco pudo oír su voz por más que su boca no se movió, "Eres mío", sus palabras lo descolocaron de si mismo, las ganas de golpearlo fueron más fuertes, el momento en que Keeho mordió su cuello rondó por su cabeza, reconoció a su atacante y perdió el control, "¡Eres un maldito!" gritó mientras lo golpeaba una y otra vez, al cuarto golpe la sangre comenzaba a brotar de la boca del contrario, Jeongseob estaba asustado al igual que los demás estudiantes que comenzaban a salir de sus cuartos para observar semejante alboroto que había en el pasillo, para sorpresa de todos el tímido chico nuevo estaba destrozando al popular canadiense, aún así Keeho no se defendía, sólo observaba como lo golpeaban e incluso saboreaba su propia sangre sacando de quicio a Taeyang, pronto los profesores llegaron separandolos de inmediato, al cruzar miradas por última vez el canadiense le guiñó el ojo causando enojo en el interior del otro chico, pero su ira se calmó y su sangre se enfrió al ver a Julie junto a los demás estudiantes, asustada y preocupada por Keeho.

"Pero él la mató".

Vió como las bocas de los directivos se movían pero aún así no oía nada, sabía que ellos estaban enojados pero su mente estaba ocupada pensando en  la muerte de Julie, o bueno, si es que se puede decir que murió esa noche.

"¿No dirás nada al respecto, jovencito?". Preguntó la secretaria del directo sacándolo de su análisis mental.

Desde esa mañana la simple y cómoda vida de Taeyang cambió, pero ¿por qué él?

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La vie en rose || TaeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora