03| Tre

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Dalia entró en la mansión de la duquesa, el ambiente opulento y elegante la envolvió, pero su mente estaba centrada en lo que estaba por hacer. Aunque su corazón latía fuerte, el miedo se mezclaba con la sensación de alivio por saber que por fin podía escapar de la pesadilla que vivía con Pietro. Frente a la mansión, dos caballeros de la corte real la recibieron y la guiaron hacia la sala donde ya la esperaban la duquesa y su hijo, Jungkook.

Al entrar, la duquesa la saludó con una sonrisa cordial.

—Buenas noches, Dalia. Justo hoy en la mañana hablé con mi hijo y estamos muy agradecidos con tu ayuda.

Dalia se inclinó ligeramente, mostrándose respetuosa pero también decidida.

—Muchas gracias por la invitación, duquesa... antes, me gustaría saber si está de acuerdo con mis condiciones.

Jungkook, quien se encontraba a un lado de su madre, observó a Dalia con interés. Al escucharla, asintió ligeramente.

—Mi madre me ha puesto al tanto de ellas —dijo Jungkook, su voz profunda y seria—. Y créeme, por tu ayuda, estamos dispuestos a cuidar de tu integridad y vida.

Dalia, con una ligera sonrisa, asintió en señal de agradecimiento.

—Siendo así, estoy completamente agradecida con ustedes.

La duquesa, encantada con su respuesta, la invitó a sentarse a la mesa.

—Por favor, Dalia, siéntate a cenar con nosotros, mientras nos comentas qué más hay en esos documentos que espero hayas traído.

Una sirvienta se acercó y ayudó a Dalia a quitarse la capa. En el instante en que la capa cayó, el ambiente en la sala cambió. La duquesa, Jungkook y los demás presentes se quedaron en silencio, sorprendidos y visiblemente perturbados por los golpes y moretones que cubrían la piel de Dalia, los cuales se volvían más evidentes con el vestido que había elegido.

Dalia, aunque consciente de las miradas, no dijo nada. Simplemente se sentó, colocó el sobre con los documentos en el centro de la mesa y lo entregó a la duquesa.

—Aquí están los documentos —dijo Dalia con voz firme, a pesar de la incomodidad—. Donde Pietro falsifica la firma del rey. Sé que es una falsificación porque cuando el rey certificó mi matrimonio, el sello era diferente. Además, intentó vender tierras de nobles renombrados en Florencia, tierras que incluso pertenecen a la familia Jeon. Y hay cartas en las que le escribe a mi madre, y ella le responde, lo que deja ver una relación amorosa entre ellos.

La duquesa tomó los documentos con manos temblorosas pero decididas. Jungkook observó atentamente cada página, y al leer la última parte, su rostro se endureció.

Este documento podía destruir a Pietro, y con ello, el futuro de Dalia se vería sellado.

Por un momento, nadie habló. Dalia se sintió extraña, pero al mismo tiempo aliviada al saber que su sacrificio estaba por dar frutos. Finalmente, la duquesa rompió el silencio.

—Con esto, no solo derrumbaremos a Pietro, sino que además pondremos en su lugar a todos aquellos que han traicionado el reino.

Jungkook levantó la mirada de los papeles y miró a Dalia, notando por primera vez la gravedad de la situación.

—Tienes mi palabra de que estarás bajo nuestra protección, Dalia —dijo, con un tono más suave—. Ya no estás sola.

La duquesa Caterina se inclinó hacia adelante, colocando una mano sobre la de Dalia.

—Tendrás mi protección. Y con la ayuda de mi hijo, nos aseguraremos de que Pietro no vuelva a lastimarte. Esto termina aquí.

Dalia asintió, agradecida. Con una última mirada hacia la duquesa, salió acompañada de Jungkook, quien la escoltó hasta el carruaje en silencio. El aire de la noche era fresco, y Dalia ajustó la capa sobre sus hombros mientras sentía la mirada protectora de Jungkook.

LIBÉRAME: Matrimonio arreglado ➥ JEON JUNGKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora