Deseos Del Corazón [Gojo Satoru]

🌸 𝐋𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐮𝐝𝐢𝐚𝐧𝐭𝐞. 9

El sonido estridente del despertador te sacó de tu sueño. Abriste los ojos lentamente, aún desorientada por el suceso de anoche.
Otra vez eras una niña, tus cambios repentinos ya no te sorprendían.

El día anterior, el cambio ocurrió tras una breve tormenta por la tarde. Habías escuchado sobre las catastrófes naturales en Japón y, siendo tu primera vez allí, estabas nerviosa.

Cuando empezó a llover y el viento soplaba fuerte, te refugiaste debajo de la cama. Un rayo cayó cerca de la ventana, asustándote profundamente y provocando que crecieras de golpe, golpeándote la cabeza en el proceso.
Mientras te acariciabas el dolor y maldecías por dentro, se te ocurrió cocinar algo para Satoru.

Fue una pérdida de tiempo, ya que después del incidente de la noche anterior, Satoru no pudo probar tu comida.

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Te vestiste con el uniforme escolar que Satoru dejo a los pies de tu cama y fuiste hacia la cocina.

—Buenos días, Shigatsu-chan. —saludó Satoru con su habitual tono juguetón— ¿Lista para tu primer día en la escuela de hechicería?

—Sí, estoy lista. —asentiste intentando ocultar los nervios y la emoción.

Él ya había preparado tu desayuno y se hacía un café. Al mirar hacia el fregadero, notaste que la cacerola de la comida ya estaba limpia.

—Satoru... —dijiste con la mirada apagada— ¿tiraste la comida?

Gojo te observó por un momento, sorprendido por tu pregunta mientras tu pequeña figura permanecia estática. Se acarició la barbilla, confundido y un poco preocupado, antes de responder.

—Lo siento... me la comí. —dijo con una sonrisa traviesa— Pensé que la habías hecho para mí.

—¿De verdad te la comiste toda? —preguntaste con los ojos abiertos de asombro— Pues sí... era para ti, pero no pens-

—Estaba deliciosa. —interrumpio con una sonrisa— Muchas gracias...

Te sentiste satisfecha por sus palabras y te dispusiste a desayunar. Sin embargo, algo te inquietaba.

Sentada en la mesa, contemplaste tu nueva realidad y cómo habías llegado hasta allí.

Tu fascinación por Jujutsu Kaisen te había llevado a investigar a fondo sobre el mundo de las maldiciones y los hechiceros. Sin embargo, nunca imaginaste que tu pasión te llevaría a cruzar los límites entre los mundos.

Satoru Gojo, el hechicero legendario que había capturado tu corazón desde el principio, ahora era una parte integral de tu vida de una manera que nunca habías anticipado.

Aunque la idea de convertirte en su compañera era abrumadora al principio, la atracción que sentías por el enigmático hechicero hizo más fácil aceptar ese hecho.

—Vaya, estas tan concentrada... ¿En que piensas, eh? —dice el albino sacandote de tu nube.

La sonrisa cálida de Satoru y su presencia reconfortante te recordaron por qué habías tomado esa decisión.

—En nada, solo estoy un poco nerviosa. —sonreíste.

Satoru te miró con orgullo y afecto.

—Estaré contigo todo el tiempo, sabes? Todo va a salir bien. —te anima.

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Caminaron juntos hasta la entrada de la escuela, donde los recibió un hombre delgado de traje. Te pareció gracioso por el hecho de que ya lo conocías.
De hecho conocías a todo el mundo, solo que no ibas a andar gritándolo por ahí.

—Señorita Yokubo! —exclamó Ijichi con una sonrisa cálida— Estamos emocionados de tenerla con nosotros.

Le devolviste la sonrisa con una mezcla de nerviosismo y gratitud.

—Gracias, Ijichi-sensei.

Ijichi los guió a través de los pasillos de la escuela, explicando la estructura y las tradiciones de la institución.
Durante el recorrido notaste las miradas curiosas de otros estudiantes, preguntándose quién era la nueva niña escoltada por Satoru Gojo.

Finalmente, llegaron a la clase de primero.
En el aula estaban esos tres, cada uno con una energía palpable.
Megumi Fushiguro, Nobara Kugisaki y Yuji Itadori.

Satoru se acercó a la pizarra y escribió tu nombre con trazos seguros y firmes.

—Hoy es el primer día de Shigatsu aquí. Trátenla bien, chicos. —dijo con su típica sonrisa y la típica venda en los ojos.

Era impresionante como se veía bien de cualquier forma.

Los estudiantes asintieron con respeto, aunque algunos no pudieron evitar lanzar miradas furtivas hacia ti.
Te sentías expuesta bajo sus miradas inquisitivas, consciente de la intriga que tu presencia les generaba.

Ijichi tomó la palabra, presentandote formalmente a tus nuevos compañeros de clase.

—Shigatsu-chan, permíteme presentarte a tus compañeros. Ellos serán tu familia aquí.

Respiraste profundamente y te dirigiste hacia el centro del aula, enfrentando a tus nuevos compañeros con una sonrisa valiente.

—Hola a todos, no nos presentamos bien la primera vez. Pero estoy emocionada de estar aquí y aprender de todos ustedes. —dices con una sonrisa amigable.

Megumi, siempre serio y reservado, fue el primero en hablar.
—Bienvenida, Yokubo. Nos preguntábamos cuando ibas a llega-

Nobara, con su actitud directa y espontánea, lo interrumpe con curiosidad.
—¿Entonces, Shigatsu-chan, cómo terminaste viviendo con Gojo-sensei? —pregunta— ¿Eres su protegida o algo así?

—Algo así. —te ries nerviosamente— Digamos que hice una propuesta un tanto inusual y él aceptó.

Yuji, siempre entusiasta y con una sonrisa sincera, intervino con interés genuino.
—¡Guau, eso suena emocionante! ¿Eres como su aprendiz secreta o algo así?

Asentiste, disfrutando de la interacción divertida y amigable con sus compañeros.
—Jajaj algo así, sí.

Las preguntas y los comentarios continuaron mientras te esforzabas por integrarte con sus nuevos compañeros.
A pesar de que te veías como una niña, ellos ya sabían tu verdadera edad y se esforzaban por tratarte como una compañera más.

A medida que pasaba la mañana, empezaste a sentirte más cómoda y aceptada, incluso llegando a reírte de las tonterías de Yuji con los demás.

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Al final del día, durante el descanso, te encontraste rodeada de nuevos amigos. Satoru observaba desde la puerta con orgullo y satisfacción.

—Lo hiciste muy bien pequeña... —elogió Satoru con una sonrisa brillante— Parece que te estás adaptando rápidamente.

Tu asentiste, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud. —Sí, gracias. Todos han sido muy amables. —le sonreíste a tu nuevo profesor.

Ijichi se unió a la conversación con una sonrisa cálida.
—No es sorprendente. Eres una persona especial, Shigatsu-chan.

Con el corazón lleno de esperanza y determinación, te preparaste para enfrentar los desafíos y aventuras que te esperaban en la escuela de hechicería. Al lado del hombre que había capturado su corazón y tu destino, junto a los amigos que se convirtirian en tu nueva familia.

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ฅ^._.^ฅ ¡Arigatoo!

Un nuevo capítulo comienza en la vida de Shigatsu. ¿Estará a la altura de los demás hechiceros?

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