8. ¿who is she, Lisa?

207 14 0
                                    

A la mañana siguiente, Jennie se tenía que despertar a las siete Am. pero se levantó a las siete y media, se levantó rápidamente de la cama al darse cuenta de que se había quedado dormida.

—¡Jisoo! Jisoo, ¿sabes dónde deje mi abri- ? — dejó de hablar al entrar a la habitación de la mayor y verla durmiendo como roca en su cama.

— Verdad, tú no tienes clases — se dijo a si misma, cerró la puerta y buscó sus cosas.

Como no tenía tiempo agarró del refrigerador una dona de la caja que habian comprado ayer para comerse la en el camino, hacía un poco de frío y el oxígeno se sentía helado al respirar.

Por lo menos había alcanzado a vestirse algo abrigada, un sweater gris y por encima una chaqueta roja, pantalones de buso gris y un gorrito rojo que le tapaba las orejas.

Mientras caminaba iba observando el paisaje, le sorprendió no ver a tanta gente, era un día de semana como cualquier otro y generalmente esas calles estaban bastante concurridas incluso en las mañanas.

Ignoró un poco su entorno y se enfocó en el camino, tenía que llegar a la puerta de la Universidad y encontrarse con su clase para tomar el bus, le quedaban unos diez minutos para llegar, en ese tiempo terminó lo que le quedaba de la dona.

Cuando por fin llegó y cruzó la calle vió a sus compañeros organizandose para subir, se apuró y se paró en el último lugar de la fila.

—Ah — suspiró, mientras de su boca salía un ligero vapor debido al frío — logré llegar — frotó sus manos para entrar un poco en calor.

Mientras esperaba se dió cuenta de que su "amiga" no estaba, por lo que decidió mandarle un mensaje preguntando "Lisa ¿dónde estás? Ya vamos a tomar el bus" y guardó su teléfono, tenía esa costumbre, mandar un mensaje y apagar el teléfono aunque necesitara seguir ocupandolo.

Unos minutos antes de subir, vió a la pelicorta correr juntó a otra chica en dirección al vehículo, apresuradas para alcanzar a llegar.

— ¿Donde estabas? Te mandé un mensaje — le preguntó la castaña.

— Lo siento, fui a recoger a Go-won a su casa y se nos fue el tiempo — dijo mientras se acomodaba en el asiento.

— ¿Go-won? ¿Quién es Go-wo-? — fue interrumpida.

— Soy Go-won, un gusto — dijo una voz femenina, al girar la cabeza Jennie vió a una chica medianamente alta, de tez clara, cabello largo que se veía muy sedoso y ojos marrón claro.

— Ah, un gusto soy Jenn- — fue interrumpida una vez más.

— ¿Jennie, no? Lisa me habló de tí — dijo y se sentó junto a la tailandesa — Oh ¿no tienes con quien sentarte?

— Hmm, de hecho no — afirmó la castaña mientras se ponía el cinturón.

— Mm, mejor — respondió la chica.

A Jennie le extrañó esa respuesta pero la dejó pasar y se dedicó a mirar la ventana, como solía hacer en viajes cortos y largos, el bus partió con los estudiantes haciendo ruido por sus conversaciones.

Había un poco de neblina, pero todo estaba bien, tenía ganas de hablar con alguien para dejar el aburrimiento, pero no podía así que decidió tratar de hablar con la única persona a la que conocía más o menos bien.

— ¿Como vas, Lisa? — preguntó de asiento a asiento.

Antes de que la pelicorta pudiera responder, Go-won la interrumpió como había hecho con la castaña hace un momento.

— Yo también existo ¿sabes? — se quejó, antes de que Jennie pudiera disculparse, agregó — es broma, no te preocupes — mientras se reía de manera un poco burlona.

— Amm, bien ¿y tú chica de rojo? — dijo finalmente la tailandesa, refiriéndose al atuendo de Jennie.

Esta sonrió por la pequeña broma y respondió — Bien, hace frío¿no crees?

— Sí, me estoy congelando, se me olvidó traer un abrigo

— Te puedo prestar la mía si quieres — ofreció.

— No te preocupes, yo le presto la mía — dijo Go-won, metiéndose en la conversación.

— Oh, esta bien — ¿tienen slgo para comer? No alcancé a desayunar bien y estoy muertísima de hambre.

— No tengo nada — respondió la joven de cabello largo, para después colocarse sus audífonos y girar la cabeza.

— Creo que tengo un sándwich — dijo la tailandesa y sacó una bolsita con un pan de su mochila.

— Muchas gracias, me salvaste de la hambruna — agradeció y empezó a comer el pan.

Lisa rió — Si tuvieras que exponer sobre un tema que este en el museo al que estamos apunto de llegar ¿cuál sería? — preguntó a la mayor.

— La historia de los sándwiches — respondió con la boca un poco llena.

— No creo que esa este en el museo.

— Puro desperdicio de espacio si no está — se quejó Jennie, bromeando mientras terminaba de comerse su pan.

Ambas rieron y se relajaron en sus asientos hasta llegar al establecimiento, las puertas se abrieron y los estudiantes se empujaban unos a otros para bajar, las chicas bajaron y caminaron llegando a la entrada del museo.

Volví, les agradezco su apoyo a esta historia 💗

FavoriteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora