El sol aparecía suavemente a la distancia, rasgando el paisaje con su luz anaranjada sobre el reino de Tantalia. Las calles, bazares y tiendas rebosaban desde las cuatro de la mañana, pues aquel reino era bastante movido, lo cual aumentaba la cantidad de delincuencia, si se puede decir con certeza. Un suave maullido despertó a nuestra protagonista, quien vivía en una pequeña habitación, la cual se ubicaba en una de las pensiones más concurridas del reino.
- Mmm, buenos días, Nyx...gracias por despertarme. - expresó Nerissa, aturdida -
Nerissa se levantó de su cama, y sintiendo la cola del felino pasando por sus tobillos, se estiró un poco. Su semblante expresaba aburrimiento, y algo de cansancio. Ella se dirigió hacia la puerta, iría a comprar algunas cosas al bazar cercano, y luego tendría que ir a pagar la renta.
- El sol está muy fuerte hoy, ¿no te parece, Nerissa? - bromeó Thalia, apoyándose en la baranda -
- Eso puedo notar, pero tu sarcasmo no hace mucho ruido, Thalia. - contestó Nerissa, fríamente -
Thalia era una chica unos dos años menor que Nerissa, y también vivía en la pensión, pero no pagaba renta porque era la hija del casero. Ella trabajaba como limpiadora de estatuas en el castillo de los Luminae, quienes eran la realeza del lugar.
- Vaya, parece que alguien no durmió bien anoche, o quizás estás embrujada - expresó Thalia, fingiendo un tono dramático -
- Me acompañas al bazar o...¿tienes que trabajar? - preguntó Nerissa, mientras sujetaba su canasta -
- Mmm, dejame pensarlo...está bien, hoy tengo el día libre, así que te acompaño - dijo Thalia, sonriendo -
Las dos chicas salieron de la pensión, pasando entre los montones de gente que se aglomeraban cerca del bazar. El calor aumentaba, y según los pronósticos, en la tarde habría una tormenta.
- Ugh, odio tener que pasar por multitudes...la gente aquí está tan sucia. - mencionó Thalia, asqueada -
- Están sucios y sin comida gracias a los Luminae, ellos viven en el paraíso mientras el reino muere de hambre. En fin, no es de nuestro asunto. - declaró Nerissa, aburrida por las quejas de su amiga -
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- Te lo dije, estás embrujada. - manifestó Thalia, mientras caminaba junto a Nerissa -
- ¿Por qué tendría que estarlo? Solo no he dormido bien en...tres días. - suspiró Nerissa, observando los cerezos de alrededor -
- ¿¡Tres días!? Te volverás loca a este punto, ven conmigo, conozco a alguien que te ayudará - exclamó Thalia, mientras aceleraba el paso -
- ¿Alguien? Ni se te ocurra llevarme a una de esas casas de sanación raras, eh, Thalia? - manifestó Nerissa, mientras aceleraba junto con su amiga.
En el noroccidente de la ciudad, las dos jóvenes descendieron por un callejón, y al entrar por una puerta gris, allí estaba. La oficina de la médium-vidente es un lugar lleno de misterio y encanto, donde lo etéreo se encuentra con lo terrenal. Al entrar, el aire se siente denso con el aroma de hierbas y flores, mezclado con un ligero toque de incienso.
Las paredes están adornadas con velos de colores translúcidos que flotan suavemente con cualquier brisa, creando un juego de luces y sombras que parece bailar alrededor de la habitación. Desde el techo cuelgan cadenas de diferentes longitudes, algunas adornadas con perlas que reflejan la luz de las velas parpadeantes, añadiendo un brillo mágico al ambiente.
En varias estanterías de madera oscura, se encuentran alineados frascos de cristal de todas las formas y tamaños, cada uno conteniendo pociones de colores vibrantes. Algunos frascos tienen etiquetas escritas a mano, describiendo ingredientes místicos y efectos maravillosos, mientras que otros están cerrados con tapones de cera roja, emanando un aura de secreto.
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Tantalia: Acto I "Una Aventura Mágica"
FantastikEn el místico reino de Noctis Tantalia, una joven se embarca en una gran y enredada aventura para encontrar a los dioses, quienes podrán cumplir su deseo. Pero antes, tendrá que enfrentarse a monstruos, y a una extraña medium quien parece querer su...