Yo no pertenezco aqui

Prólogo

Despierto y abro los ojos lentamente, frotándome las legañas matutinas acumuladas durante la noche. Parpadeo varias veces, ajustándome a la luz suave que se filtra por la ventana. Me estiro con un suspiro, sintiendo cómo mi cuerpo comienza a desperezarse y a prepararse para un nuevo día.

[CENSURADO]: "Qué bien he dormido. Me siento tranquilo y satisfecho."

[CENSURADO]: "Okey, okey, es hora de levantarse. Tengo que llegar temprano al trabajo; si no, el jefecito santo se enojará. También tengo que dar de comer al tonto de Robert." —Digo mientras abro los ojos completamente, pero...

[CENSURADO]: "¿Hmm?"

[CENSURADO]: "¿Qué?"

[CENSURADO]: "¿Dónde?"

De repente, me doy cuenta de que no reconozco dónde estoy. Todo es blanco, muy blanco, tan blanco como una hoja de papel.

[CENSURADO]: Espera, espera, ¿PAPEL?" —Murmuro, confundido.

[CENSURADO]: "Definitivamente, esta no es mi habitación ni mi casa. ¿Acaso me secuestraron otra vez? Bueno, no es la primera vez," —Así que...

Antes de hacer una estupidez, observo la habitación minuciosamente. Mientras examino detenidamente la habitación, percibo su soledad, aunque no del todo. Frente a la cama, hay un armario con una vieja televisión de tubo encima y, junto a él, un librero que parece estar medio vacío o medio lleno, dependiendo del punto de vista.

También hay una ventana no muy grande con las persianas medio abiertas por donde entra el sol que da a mi cara. A la izquierda, se encuentra una silla de madera con ropa doblada y sobre ella una mochila gris, al menos eso parece. Me incorporo rápidamente, tratando de asimilar lo que está sucediendo.

[CENSURADO]: "¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?" —Me pregunto en voz alta, buscando respuestas mientras examino mi entorno.

[CENSURADO]: "Y lo más importante, ¿por qué hay una televisión vieja frente a mí si se supone que dejaron de fabricarse hace años?" —Digo sorprendido.

Ignorando la pregunta estúpida y fuera de lugar que acabo de hacer, me centro de nuevo en tratar de entender lo que está ocurriendo. Una sensación de desconcierto y nerviosismo se apodera de mí mientras intento recordar cómo terminé en este extraño lugar. 

Mis pensamientos se agolpan, buscando respuestas, pero todo sigue siendo un misterio. Al mirarme las manos, noto con asombro que están hechas de...

[CENSURADO]: iPa, Papeeeel!

[CENSURADO]: "iAaaaaaaaah!" —Exclamo sobresaltado, cayendo de la cama y golpeando el suelo.

[CENSURADO]: "¡Ouch, maldita sea, mi espalda!" —Me quejo mientras me levanto rápidamente y sigo observando la habitación con incredulidad.

[CENSURADO]: "¡Ow!, ¿Cómo puede doler tanto un simple golpe? Es como si mis huesos estuvieran hechos, hechos, de papel..." —Me detengo, mirándome por un momento.

[CENSURADO]: "..."

[CENSURADO]: Qué irónica es la vida, la puta madre," —Murmuro para mí mismo.

Es evidente que no solo mis manos son de papel, sino todo mi cuerpo. La confusión se mezcla con el miedo al darme cuenta de mi extraña condición.

[CENSURADO]: "iAgh, qué horror! ¿Por qué tengo solo cuatro dedos? ¿Dónde está el que me falta?" —Digo con tristeza.