Regalos en Secreto

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El espacio, un lugar tranquilo y acogedor, sin el menor ruido posible, un amplio espacio y una vista increíble para inspirarse y dibujar; esto mismo lo pensaba Urano, un planeta cuyo pasatiempo era dibujar, cabe decir que este, era el pasatiempo q...

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El espacio, un lugar tranquilo y acogedor, sin el menor ruido posible, un amplio espacio y una vista increíble para inspirarse y dibujar; esto mismo lo pensaba Urano, un planeta cuyo pasatiempo era dibujar, cabe decir que este, era el pasatiempo que más amaba realizar, podía ser el mismo en sus pinturas, podía reflejar lo que sentía sin pena alguna, podía escapar de su realidad, de sus problemas, pero no por mucho tiempo. Ahí venía, un planeta bastante llamativo con preciosos anillos que tintineaban a su alrededor, con un brillo característico de su sonrisa, venia muy feliz acercándose a nuestro pálido compañero. Urano al darse cuenta de la compañía, tomo y ordenó sus cosas de manera rápida, pero asegurándose de que todo estuviera en orden y en tamaño; para cuando terminó el planeta Saturno, como se llamaba su futuro esposo, ya hacia dónde Urano, observando como este guardaba sus cosas con una delicadeza pero con habil rapidez, no pudo alcanzar haber la pintura que estaba haciendo Urano, pero de algo estaba seguro, de seguro era tan bello como su hermoso futuro esposo

-Urano, ¿algún día me mostraras lo que tanto dibujas?- pregunto de manera amistosa, con una gran sonrisa que caracterizaba a ese planeta-

-Urano con una sonrisa le miro a los ojos- tal vez ese día llegué pronto- Urano tomo sus cosas y se levantó del asteroide donde estaba sentado-

Saturno cargo las cosas que habían quedado en el "suelo", rápidamente se dirigió junto con Urano empezando a charlar, ambos iban agarrados de las manos, ambos sonreían, eran felices estando los dos solos, sin nadie a su alrededor. 'Quien pensaría que una pareja tan elegante, educada, amorosa, sería de las peores'.

-tenia el cabello hecho un lio- pensó cuando a los lejos lo vio a Neptuno-

-¡hola Ura!- dijo el muchacho intentando arreglarse el cabello, parecía como si no se hubiera peinado en dias-

-hola Neptuno- dijo de mala gana la persona que fue ignorada antes-

-A, estabas aquí Saturno, no te había visto- dijo con un tono de fastidio el planeta con una mancha de corazón en su mejilla-

-hola Nep, veo que perdiste de nuevo el peine que te di- dijo despreocupado, ignorando la situación que se había formado entre su futuro esposo y su amigo- ¿vienes a que te peine?

-el de cabellos locos asintió con una sonrisa, adoraba la atención que le daba su mejor amigo-

Urano entrego las maletas con pinturas que tenía en su mano  a Saturno, el cual lo recibe con una débil sonrisa, algo que no se dio cuenta el contrario. Llegando a la órbita de Saturno, Urano busco un peine fuerte y resistente para el alocado cabello de su amigo, algo que parecía una eternidad para Neptuno, una pequeña luna que ya hacía formado hace poco, ayudo a Urano a encontrar el peine adecuado, Urano intento hablar con la luna recién formada pero, no obtuvo respuesta alguna, la luna tenía algo sobresaliendo de su superficie, algo que pareció curioso para Urano, sin mayor interés, Urano fue donde se encontraban Saturno y Neptuno, notando el ambiente pesado y tenso, el aseguraba no haber demorado ni media hora buscando el peine como para que sintiera la frialdad de ambos puesto en el, aunque su mirada reflejaba eso, sus acciones reflejaban confianza y alegria de parte de Neptuno y Saturno.

Saturno observaba a detalle como Urano peinada a Neptuno, el sabía y reconocía a detalle el pasado de ellos dos, algo que lo molestaba a tal punto de marcharse del lugar sin avisar. Urano se dió cuenta de esto y no dijo nada, 'al fin y al cabo era un matrimonio arreglado'; Neptuno abrazaba un peluche que le había entregado Urano, aferrándose a el con fuerza, sentado en el asteroide esperando que Urano termine de peinar, le dolía la cabeza, era claro que ese cabello estaba muy bien enredado pasando como mínimo 2 horas peinando a Neptuno. Al finalizar, Urano dió un suspiro de alivio, feliz de ya no volver a peinar a su compañero, agotado se sentó a su lado para descansar. Neptuno puso su cabeza en los muslos de Urano, esperando de que esté no se moleste, algo, que no pasó, Urano empezó a acariciar la cabeza de Neptuno y de un tiempo corto ambos se durmieron.

A la mañana siguiente, Urano se encontraba en el asteroide, se levantó de mala gana y se dirigió a su órbita, al llegar encontró un regalo, le pareció extraño pero no dijo nada al ver a su luna recien formada entregándole el regalo, en primer lugar, penso de que era un regalo de su luna, pero, al ver la etiqueta se dió con la sorpresa de que no era asi, el regalo era de un planeta anónimo, se preocupo un poco de su luna, ¿Dónde consiguió ese regalo?, ¿Quien se lo dió?; iba a preguntar le pero, para cuando volteo la luna ya no estaba, sin pensar más habría la cajita, desamarrando el listón rojo que envolvia y sujetaba los extremos de la caja, al abrirla salió un destello de luz, en su interior se encontraba una piedra o asteroide brillante, parecía un diamante y, por más extraño que suene, tenía un similar color con el, sujeto la piedrecita o asteroide, al momento que quiso ver más de cerca y precisar la belleza del asteroide o piedrecita, sintió la gravedad de otro planeta, reconoció rápidamente de quien se trataba y guardo la piedrecita en su bolsillo.

-hola Saturno- dijo con una leve sonrisa, no le agrado que viniera hasta su orbita-

-hola mi futuro esposo- dijo con entusiasmo el planeta que, no noto la incomodidad que causó a su futuro esposo- venía a avisarte de que Júpiter ya tiene tu atuendo para la boda, recuerda que en un par de días nos casamos- dijo lo último con una gran sonrisa, tomando la mano de su pareja-

-Urano molesto solo atino a agarrar la mano de su acompañante- me alegra que ya esté cerca nuestra boda- dijo esto último sin ánimo, pero el otro planeta no se dió cuenta de esto, 'que tonto'-

-de nuevo volver a la misma orbita- pensó para si mismo el planeta con anillos brillosos, una de sus características era su brillo, una chispas radiantes adornaban su cabello- odio volver a este lugar-

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-de nuevo volver a la misma orbita- pensó para si mismo el planeta con anillos brillosos, una de sus características era su brillo, una chispas radiantes adornaban su cabello- odio volver a este lugar-

Poco o nada, Urano no podía hacer absolutamente nada, tenía el deber de acompañar a su futuro esposo días antes de la boda, estaba vigilado, no solo por el Sol si no también por las Tres Marías que, a el le gustaba llamarlas, las Tres Estúpidas. Saturno se retiró y se dirigió a las órbitas de los planetas rocosos, una verdad saldría a flote




Hola, para ser mi primera historia en más de dos años creo que estoy llendo bastante bien, si encuentran faltas ortografícas es porque mi celular está fallando y porque soy inexperto en esto, bueno escribía antes pero nada que ver con lo que escribiré ahora, por cierto, no tengo separadores

¡Chaitooooooooooo!

"Unos Anillos No Definen Nuestro Destino"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora