Novena LágrimaEl viaje era tenebrosamente silencioso. Jimin no había dicho ni una palabra en todo el viaje. Yoongi sabe que de por sí el hombre nunca había sido la persona más ruidosa pero a Jimin le gusta conversar con él. O eso recordaba.
Sus manos sudaban y sentía algunas gotas acumulándose alrededor del comienzo de su cabello. ──Cálmate. ──Yoongi cerró los ojos lentamente. Jimin siempre pareció saber lo que sentía. Eso o era una persona evidente.
──Quiero irme a casa ──dijo bajito. Tratando de disimular su ansiedad.
Jimin asintió sin dejar de ver el parabrisas. ──Te irás una vez que hayamos resuelto esta pequeña mierda.
──¡No hay nada qué resolver! ──gritó fastidiado por todo lo que estaba sucediéndole. No era justo para él. ──Bájame, ahora.
Jimin rió bajo y ronco erizando su piel. Arg, siempre adoró esa risa. Escucharlo le ponía caliente, Yoongi nunca supo por qué. Es el encanto Park, supone.
Sus ojos se pusieron alerta al sentir el coche detenerse. Miró por la ventanilla y observó un edificio pequeño en construcción, de ladrillos rojos de dos plantas. Se veía en reparación, Yoongi frunció el ceño pero no preguntó sobre nada. Quería salir corriendo de allí y ese era su plan cuando Jimin abrió la puerta para él.
Pateó al hombre grande en sus partes nobles antes de salir pitando fuera de la camioneta negra. Oyó un gruñido profundo y supo que estaba en peligro. No llegó muy lejos cuando dos brazos se enredaron en su cintura y tiraron de él con tanta fuerza que perdió el equilibrio. De nuevo, se vio cargado como un asqueroso saco de patatas.
──¡Déjame, Jimin! ──bramó golpeando la ancha espalda musculosa. Jimin golpeó su trasero haciéndole dar un brinco por la impresión ──¿Es en serio?
──Te has portado muy mal, Yoongi.
Recitó él, como disfrutando que se haya comportado de esa manera. Aunque Yoongi sabe que no es cierto. Enfadado consigo mismo por disfrutar del azote en su culo se grita a sí mismo interiormente. Jimin sube las escaleras de metal, posicionadas al lateral de la estancia hasta llegar a la segunda planta.
Su cuerpo cayó sobre un sofá. Yoongi fulminó a Jimin con su aniñada mirada que prometía venganza. Jimin se rió antes de dejarse caer pesadamente sobre una silla, frente a frente.
──Es hora de hablar Yoongi. Sólo tú y yo.
──Yo no quiero hablar ──se negó a hacerlo.
──¿Quieres beber algo? ──Jimin cambió de tema. Él fue hasta la pequeña cocina y abrió la nevera sacando dos botellas de cerveza que su garganta gemía por beber. Sus nervios se tranquilizarían si hubiera un poco de alcohol en sus venas.
Jimin las abrió con un giró de su muñeca, humo helado salió flotando de la boquilla. Tragó saliva, ansioso, recibió la botella y bebió un largo trago observando cualquier cosa que no fuera el hombre sentado delante suyo.
──Bien, dime lo que tengas que decir para que pueda largarme ──trató de sonar firme pero su voz vacilaba.
Jimin arrugó las esquinas de sus ojos y bebió lentamente de su botella. Yoongi vio el movimiento de su garganta tragando. Cosa que le trajo deliciosos recuerdos, donde su polla era la que trabajaba en esa garganta. Sacudiendo su cabeza se dedicó a pensar en su rabia hacia Jimin.
Él sonrió. Se inclinó hacia adelante con sus codos descansando sobre sus rodillas y esa maldita sonrisa soberbia. Sabe que Yoongi está pensando en él y eso le gusta.
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Cry Baby [Jimsu] [Adaptación]
FanfictionMin Yoongi está profundamente enamorado de este hombre, pero su relación se ve afectada a través del trabajo de su novio como importador. Una noche, Yoongi conversa casualmente con una mujer que le dará la afirmación de uno de sus miedos más grandes...