CAPITULO UNO

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Sasuke camino a través de las mesas de juego esperando llegar pronto con su novio e intentar pararlo otra vez. Las cosas no estaban saliendo como el había pensado, se suponía que todo aquello era por una buena causa, por caridad y que todo el dinero jugado en el casino montado esa noche iría a beneficencia y se suponía que jugarían con la cantidad que habían estipulado previamente. Era una pequeña parte de sus ahorros conjuntos, Suigetsu había tenido una buena racha al principio y después había sido llamado a una sala privada donde el juego ya no iba por beneficencia según le había dicho su novio emocionado, envalentonado por la efímera buena racha habia ido con aquellos hombres que parecían ricos y poderosos y habían seguido jugando y perdiendo vez tras vez. El había ido en dos ocasiones a verle y a intentar que saliera de allí, pero Suigetsu no le había echo caso, así que desesperado había salido a tomarse algo muy fuerte y regresar para intentarlo de nuevo.
Maldijo el momento en el que su jefe le había dado los tickets para esa noche, en un principio había brincado de alegría, valían una buena cantidad y dado que su jefe no podría asistir se los había dado a el. Estarían pisando alfombra roja y se codearian con los ricos y famosos, cosa que a el le importaba y muy poco, pero sabía que a Suigetsu le encantaría y dado que su relación últimamente parecía estancada, supuso que esa noche les ayudaría a salir del hastío en el que habían caído. Así que su hermano le había prestado un maravilloso traje bajo amenazas, varias entre ellas una de prácticamente muerte si regresaba aunque sea con una mínima mancha. Era la desventaja de no tener el mismo sueldo que Itachi, el suyo no daba para comprarse trajes o cosas de marca. Podía tener los que quisiera con el dinero de la familia, pero prefería compra se todo lo que su sueldo permitía.
- lo modelas mejor que yo. - Había dicho Itachi con una mueca.
Entro a la sala y con un suspiro busco a su novio mientras mentalmente rogaba porque hubiese parado. De pronto se sintió mucho más observado que las veces anteriores y percibió algo extraño que le hizo entrar en mucha tensión. Risas apagadas y miradas evaluandolo y en algunos casos cargadas de lascivia hicieron que su rostro adquiriera la fuerza del hielo y molestó enfoco su mirada en Suigetsu.
- ¿Nos vamos ya?
Enseguida vio el rostro nervioso y atemorizado de su novio y temio lo peor.
- ¿Haz perdido todo? - le dijo en un susurro
- Vaya que si. - dijo el hombre que estaba al lado de Suigetsu mientras lo miraba con morbo y Sasuke le lanzó una mirada asesina.
- Vámonos entonces. - dijo con toda la calma que pudo reunir y su enojo se multiplicó al ver como Suigetsu se dedicaba unica e inútilmente a retorcerse las manos.
- No... No podemos.
- ¿Por qué no?
- Técnicamente hablando el si que puede irse, usted... No lo creo - volvió a decir el mismo hombre y se ganó está vez su indiferencia, si bien por dentro empezó a sentir miedo al analizar lo que esas palabras podrían implicar ¿Es que tendría que pagar más para que les dejarán ir? ¿El quedaría como rehen o algo así hasta que pagarán todo? Esto parecía sacado de una película de mafiosos y sintió un hilo de sudor frío recorrer su espalda a pesar de que cobraban con aire acondicionado en la sala.
- Cállate Neji. - ordeno una voz suave pero cargada de amenaza. Sasuke vio al hombre que había hablado y este a su vez lo miro de arriba abajo con apreciación o eso le pareció por qué en su lado de la mesa, la luz era demasiado tenue y el no podía verlo con claridad. - acepto. - le dijo simplemente a Suigetsu y el sin saber con certeza que rayos aceptaba, tembló.
- Todos sabíamos que aceptarías. - volvió a hablar el tal Neji
- espero que sean todos los suficientemente hombres y caballeros para cerrar la boca de lo que ha pasado aquí. - dijo un hombre mayor de canas, que lanzó sus últimas cartas a la mesa y se levantó de ella. - no se ustedes pero no me quedo para ver lo que viene. - y se fue, los demás lo siguieron no son antes mirarlos a los tres como intentando averiguar que más pasaría.
- ¡¿Que rayos está pasando Suigetsu?! - soltó el por fin con lo más cercano a un grito.
- Te prometo que arréglate todo esto, te lo prometo.
- ¿Que hiciste?
- encontraré el dinero, lo traeré antes de media noche... Yo...
- ¿Y mientras me quedo como si rehen? - Sasuke escucho la risa ronca del hombre.
- Algo así - dijo temeroso Suigetsu.
- ¡Explicate!
- Yo... Yo...
- ¡Eres un bebé o que rayos! ¡Deja de balbucear!
- Su novio me debe cien mil dólares. - dijo el tipo y el se aferró al respaldo de una silla para no caer. - si no los trae a media noche - miró su fino reloj - osea en dos horas, yo me quedo... Con usted.
- Por favor siéntate, estás muy pálido. - muy a lo lejos oyó las palabras de Suigetsu. Unas manos le ayudaron a sentarse y lentamente enfoco su mirada en su patético novio.
- Tu... ¿Me apostaste?
- solo mientras consigo el dinero, el no podrá tocarte, yo lo conseguiré lo juro.
- ¿Y si tú no... Lo consigues? - pregunto aún en shock.
- Usted es mío hasta fin de mes. - faltaban diez días para que eso pasara.
- ¿Suyo hasta que punto? - pregunto en shock
- Hasta donde yo guste y quiera. - volvió a responder el hombre y el por fin reaccionó, se levantó y tomando lo primero que encontró se lo aventó a Suigetsu, el vaso no le dió pero si regó parte de su contenido en su esmoquin.
- ¡Maldito, eres un maldito! - Tomo una copa y maldijo su pésima puntería al ver como está pasaba a un lado de su cabeza. Una silla podría resultar, la tomo y con regocijo vio como está le daba de lleno en la espalda puesto que el cobarde ya emprendía la retirada. Se giro hacia el hombre al que supuestamente pertenecía. - ¡Esto es contra la ley, no solo me refiero a está estúpida apuesta de mi persona, sino todo esto que han montado de manera clandestina! ¡Atrevase a cobrar y me aseguro que todo el mundo se enterara de esto! ¡Y tú... callate! - le gritó a Suigetsu al oír como se quejaba por el golpe. - Hemos terminado, no se porque antes no te mandé al diablo - intento salir del lugar y un hombre cercano a los dos metros le bloqueó la entrada.
- Espera.. - gimió Suigetsu aún adolorido. - si te vas, me van a matar.
- ¡Pues que se unan a la fila porque voy primero! - nuevamente llegó a sus oidos la risa del hombre que por fin salió de entre las sombras.
Muy a su pesar Sasuke parpadeo sorprendido. Era realmente apuesto, guapo en toda su palabra y terriblemente atractivo.
Su cabello rubio iba más largo de lo habitual dándole un aire rebelde, sus ojos eran azules y parecían tan profundos y a la vez tan cínicos que trago saliva. Alto y esbelto se adivinaba un cuerpo bien esculpido sin caer en lo exagerado, camino hacia el y Sasuke se obligó a no retroceder, no es que le sobraran agallas, si el retrocedía se tocaría con el giganton que me bloqueaba el paso.
- si te vas perdemos el departamento. - soltó Suigetsu y el lo miró horrorizado. El departamento en si era solo suyo pero le había puesto a el en las escrituras para que pudiera conseguir un préstamo para un negocio que el había llamado "oportunidad de oro". Suigetsu no le había fallado nunca, si bien la situación entre ellos tiraba más a familiaridad y costumbre que a amor, confiaba en el y había Sido la cosa más normal del mundo ayudarle.
- Tu sabes lo que ese departamento significa para mí. - le dijo con la voz quebrada. El departamento ubicado en un barrio que empezaba a ponerse de moda, era antiguo pero bien conservado. Le había pertenecido a todos los hijos menores de la familia Uchiha. Era tradición, valía una pequeña fortuna y el valor sentimental era impagable.
- No tengo más tiempo que perder, decida ya. - le dijo el hombre de los ojos azules. El lo miro desesperado. - y para su información, aquí no había nada ilegal ni clandestino, esto se realiza desde siempre después de que donamos a caridad en estos casinos improvisados, tenemos los permisos pertinentes.
- ¿Y también tienen los permisos para apostar personas? - le pregunto con rabia.
- Dejé el drama ¿Quiere? Ustedes decidirán que rayos hacer, pero decidan ya, le repito que no quiero perder más mi valioso tiempo.
- mi hermana me lo dará, lo juro. Me debe favores.
- son cien mil dólares no cien... ¿Realmente crees que...?
- vete con el, yo te recuperaré Sasuke.
- Más vale que lo hagas, tienes dos horas Suigetsu, por favor. - le imploró. - no me decepciones más. Ni siquiera se su nombre. - dijo solo por decir, sintiendo que todo a su alrededor se hundía más y más.
- Naruto. - le dijo el hombre que lo había ganado en una apuesta. lo tomo del brazo y enfilo hasta la salida - deduzco que irá conmigo e implorara un milagro ¿Verdad?
- Deduce bien.

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