BLUE EYES

CAPITULO DOS

Minutos despues iba sentado viendo sin ver por la ventanilla de un elegante coche con chofer teniendo a su lado a Ojos azules como mentalmente lo habia llamado. Ojos azules determinantes e impacientes a juzgar por la llamada telefonica que realizaba, discutia con alguien sobre asuntos de negocios a las diez de la noche, no habia duda que para el no existian las reglas convencionales y el mismo era prueba de ello. Penso en Suigetsu y como en pocas horas le habia quedado claro lo que significaba para el. Quiza el amor no era el del principio pero, ¿apostarlo? Que poco lo apreciaba ese hombre con el que ya pensaba pasar el resto de su vida. Sintio afluir las lagrimas y con un gesto furioso se limpio una que le resbalo por la mejilla, parpadeo para alejarlas y estrujo su traje para tratar de liberar un poco de la furia que alojaba su cuerpo.
- Va a  destruir su traje si sigue estrujandolo de esa manera.
- ¿Suele aceptar apuestas tan ridiculas? - pregunto sin más, sin dejar de ver por la ventanilla.
- ¿Suele ser tan directo? - respondio el con un dejo de diversión en su voz.
- Si. - Dijo por toda la respuestas. Oyo una suave risa.
- No entiendo que hacia al lado de un pelele como ese.
- Ni yo lo entiendo. - Concordo a su pesar. - ¿Por qué acepto? - insistio Sasuke. Sintio su mano tomar su barbilla para girar su cara hacia el, Sasuke no se resistio ¿tenia sentido hacerlo? Estaba cansado, harto y decepcionado de todo que se limito a esperar su siguiente movimiento. El le dirigio una miirada cargada de deseo, arrastro pesamente su vista por su cuerpo y finalizo en su cara como si eso le respondiera sin necesidad de palabras.
- Es más que obvio ¿no cree? Desde que entró en la sala capto mi atención, la mía y la de muchos más ¿acaso no se dio cuenta?
- Si me di cuenta ¿deberia haberme importado? - Retiro la mano de su barbilla con un movimiento suave pero firme, pero no dejo de verle.
- Solo tenias ojos para ese pelele aficionado.- Le tuteo de pronto.
- Ha echo una mala jugada, no tengo nada digno de ver o apreciar cuando recien me levanto por la mañana o cuando estoy sin ropa de esta clase. - Lo vio sonreir y esa sonrisa transformo su cara volviendolo letalmente guapo.
Giro el rostro hacia la ventanilla. Se suponía que no debia de sentir nada de nada por Ojos azules. Ni siquiera la más minima apreciación.
- Lo que hice valdra la pena.
- No deberia haber venido...
- muy tarde para arrepentimientos. Definitivamente soy de los que aprovechan una oportunidad cuando la ven. ¿Podrias dejar de ver por la ventanilla? ¿Que es tan interesante alli afuera que tiene toda tu atención?
- ¿La libertad? - Le oyo suspirar pesadamente y se alegro de poder exasperarlo aunque sea un poquito.
- La recuperaras en diez dias junto con tu preciado departamento.
- Podrian ser dos horas. - le dijo mirandole nuevamente.
- ¡Ah, pero si tambien eres optimista!- Dijo burlon. Sasuke se giro de nueva cuenta para ver hacia afuera. - Si vuelves a haer eso, voy hacer algo que no te gustara.
- ¿Forzarme aqui en el auto? - le pregunto intentando ocultar el miedo en su voz.
- ¿Por qué tiendes al drama? No lo haria porque no es mi estilo, segundo porque tenemos compañia y tercero ¿Qué divertido puede ser obtener sexo a la fuerza? Simplemente iba a besarte.
- No tienes ningun derecho, al menos hasta... - Se interrumpio no deseando terminar la frase e ignorando que le habia tuteado.
- Hasta las doce de la noche mi querida cenicienta, aunque esta vez el cuento es ligeramente al reves. Tú principe te ha abandonado, no hay hada madrina por ningun lado, estas a punto de no perder un zapato pero si un departamento y te ha tocado irte con el malo del cuento, pobre de ti.
- No le veo la gracia por ningun lado. - Le espeto furioso.
- ¡Vaya, pero si ahi tenemos ese caracter de nuevo! mucho mejor.
- ¿Estas manipulandome?
-Simple y sencillamente quiero que salgas de ese letargo, supera el hecho de que eliges mal a los hombres y que no aparecera tu adorado novio por mucho que lo intente.
- ¿Bloquearas sus posibilidades? - empezo a estrujar de nuevo su traje terriblemente nervioso.
- No juego sucio. - Le dijo serio - cualquiera podria decirte que el no lo lograra y esta apuesta quedara a mi favor. ¿ni siquiera preguntaras a donde vamos? - cambio la conversación de pronto.
- No.
- ¿En serio?
- Si.
- ¿Vamos a jugar a quien dice más monosilabos ahora?
- No... no tengo deseos de hablar más. - puso su cabeza sobre el asiento deseando que todo fuera una pesadilla. Minutos despues aparacaron en un lujoso Hotel, en cuanto noto donde estaba no pudo evitar soltar una palabrota ganandose una sonrisa divertida de parte del rubio. La puerta se abrio y el estaba alli extendiendole la mano para que bajara, aunque Sasuke se nego.
- ¿Piensas quedarte ahí toda la noche? - le pregunto enarcando una ceja.
- Por lo menos hasta media noche.
- Me niego a esperar por lo que nunca sucedera o bajas o...
- ¿Me bajaras a la fuerza?
- No. Puedes quedarte, pero te acompañara Kiba. - Kiba era el gigante que conocia, Sasuke lo miro y de inmediato le dio más desconfianza que la que le generaba Naruto y con un gesto de infinito enojo bajo ignorando su mano. En cuanto estvo en la acera de todas maneras se la tomo y enfilo al interior del hotel yendo directo al elevador, una persona le alcanzo y le dio la tarjeta llave, Sasuke en todo momento agachó la mirada y luchó por no ocultar su rostro con sus manos.
- ¿A que piso vamos? - pregunto de pronto.
- ¿Por qué quieres saber?
- Quiero ver si puedo sobrevivir a la caida.- La risa del rubio lleno el espacio del elevador y Sasuke eligio nuevamente no mirarle, su rostro definitivamente cambiaba cuando sonreia o reia o simplemente se relajaba.
- Piso 15 ¿Aun quieres intentarlo?
- Creo que paso.
- Bien. A tu novio le queda una hora y veinte por cierto.
- El vendra. - Dijo más pra el mismo que para Naruto he intento soltarle la mano, el se lo impidio.
Las puertas se abrieron y se dirigieron a la suite. La cual era espectacular, vistas inmensas de la ciudad, con anhelo vio que habia dos habitaciones. En cuanto entre se alejo lo ás que pudo de el quitandose los zapatos, poco le importaba lo que pensara, no iba a guardar elegancia por el.