Que tal, algunas cosas se han comenzado a aclarar en el capítulo anterior, así que veamos que les parece este... que lo disfruten...
La extraña y reluciente maquina negra recorría las calles de ciudad Plateada de forma muy discreta.
Avanzó y Avanzó, luego salió de la ciudad y continuó su camino a través de los campos.
Los pokemon que vivían cerca de esos caminos, no les gustaba ver esa maquina.
Recorrió muchos kilometros por el campo y pasó por un tramo secreto y entró a un axtraña cueva.
Luego de salir de ella, el panorama cambió, el suelo ni estaba hecho de tierra y pasto, si no de acero.
Y más adelante todo se veía lúgubre y oscuro. El humo era la atmósfera que cubría arriba.
Era un especie de pueblo, pero todo se veía muy dañado. La gente que caminaba por las calles se veía decaida, triste. Algunos hasta lloraban.
Todos se asustaron cuando vieron las maquinas negras pasar y, como los pokemon, se escondieron.
Y hablando de eso. No habían casi ningún pokemon a la vista. A excepción de algunos tipo acero como ,Klink, Klink Klank y magnamite.
Las maquinas se acercaban a una gigantesca estructura con enormes engranes, picos y estaba hecho de un metal rojizo parecido al bronce.
De ese edificio salía fuego y humo del centro. El calor se sentía desde lejos y de ahí, un extraño resplandor parecido al fuego y otro azul del futuro iluminaban el lugar.
Las maquinas entraron y todas y cada una de ellas abrieron sus compartimientos, y soltaron las piezas que habían recolectado.
Las piezas cayeron por una rampa hacia una cinta transportadora. El engrane que el entrenador azabache perdió estaba ahí y la cinta se lo llevó.
Las piezas se acercaron a un grupo de robots. Su apariencia no era para nada amigable; poseían herramientas como cuchillas, soldadoras, sierras, taladros y martillos.
Y con esas herramientas destrozaba las piezas que las maquinas recolectores habían traído. Cortaban, soldaban, y aplastaban todas las piezas que veían con furia.
Las chispas volaban y el metal sonaba. Y todo lo que quedó magullado, se dirigió a una compuerta con dientes afilados, donde entraban los restos de maquinas viejas....
Incluyendo de las locomotoras,
En una gigantesca y espeluznante maquina con una forma de recipiente. De ahí es donde salía ese resplandor de fuego, y de ahí provenía el calor. Mientras que de otra compuerta, salían lingotes de metal muy relucientes, tanto negros como plateados.
De hecho, todo el edificio, es la maquina.
Y todos los que viven ahí... como los que ya estuvieron ahí la conocen como...
La Gran Fundidora.
Las personas que estaban ahí, con mucho desanimo eran obligadas a llevarse los lingotes uno a uno en otra máquina para refinarlos y convertirlos en piezas.
Otros robots usaron esas piezas para construir aquellas maquinas negras que han estado rondando.... las barredoras.
En ese momento, llegó una mujer mayor como de 60 años, volando sobre una lámina plateada y se acercó a la gran fundidora.
Ella estaba vestida de negro y del mismo bronce, el iris de sus ojos tenía un color casi amarillo. Su corazon no era bueno, era cruel y ardía en malicia. Y al contemplar el orden en como estaba sucediendo en el lugar, sonrió de una manera macabra. Lo más característico en ella es que una de sus manos, era una garra hecha del mismo metal de sus máquinas. Con esa garra, examino la pureza de su metal y se rió al ver su creación.
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Lágrimas que corren, Cicatrices que Sanan (AMOURSHIPPING)
RomanceHace 8 años dos jóvenes cumplieron 15 años, dos jóvenes que tenían sus propios sueños pero con la misma intensidad en el sentimiento, de hecho cuando se reencontrarón por primera vez, sus sueños tuvieron el impulso que querían. Uno de estos jóvenes...