—911, ¿cuál es su emergencia?—
—Ayuda— escuché su voz desesperada
—¿cuál es su emergencia Y cuál es su nombre?—
Podía escuchar sollozos antes de que continuara hablando. —Jonathan... Yo e-estaba en mi cuarto... — Su voz era jadeante y parecía que tenía el celular muy pegado a su boca. —Salí, y mi madre estaba muerta fuera...—
—¿Fuera dónde?— pregunté con una voz calmada. Mi trabajo es mantener la calma en todo momento.
—Fuera de mi cuarto, cuando abrí la puerta—.
—Revisa si puede respirar—.
Guardó silencio unos cuantos segundos antes de responder. —Sus intestinos estaban por todos lados. Está recostada, su rostro está pálido. Dios, está sangrando por todas partes y sus manos no están—. Por su voz temblorosa y sollozos sonaba realmente horrorizado.
—Jonathan, cierra la puerta de tu cuarto y escóndete en algún lugar. La ayuda está en camino—.
—Sí... sí... bien... — Podía escuchar sus pasos, entrando a su cuarto de nuevo supongo.
—¿No escuchaste ruidos? ¿Gritos? ¿Algo?— pregunté mientras mis dedos se movían por las teclas de mi computadora, rastreando la llamada para enviar a la policía.
—No,— pudo haber sido un ladrón, pero por como lo describió, pensé que tal vez podría haber sido él mismo. Ya lo había escuchado antes, muchos asesinos llaman a la policía después de haber matado a alguien, a veces fingiendo que no saben nada, a veces llenos de culpa y arrepentimiento. —Tenía mis audífonos puestos y... — continuó, pero se detuvo abruptamente. Pude escuchar cómo pasaba saliva e intentaba callar sus sollozos de golpe como por efecto de shock.
—¿Qué pasa?—
—¡Ayuda! ¡Ayuda! ¿¡Qué pasa!? ¡Ayuda!— susurró con un tono desesperado, como intentando gritar en silencio.
—Jonathan, calma, ¿qué sucede?—
—¡Su voz! ¡Está hablándome! ¡Me está... es su voz!— También escuché ligeros sonidos de fondo, como gabinetes abriéndose.
—Jonathan, no te muevas de donde estás. ¿Qué escuchas?—
—Estoy en mi armario, la puerta está entrecerrada. Puedo verla recostada en el suelo, llena de sangre... y escucho su voz... desde abajo—. Su voz estaba cortada, no sé cómo explicarla, pero era un tipo de desesperación y miedo que no se podían fingir.
—Quédate donde estás, no salgas... ¿Qué te está...?— Paré un segundo, porque pude escuchar por el teléfono una voz: «Baja... la cena está lista~ Jonny, ¿estás aquí?» Sentí un escalofrío.
—¿Qué hago, qué hago?—
—No salgas... Jonathan, cuéntame algo, pero en silencio— intenté calmarlo. Él no dijo nada, estaba en silencio, y podía escuchar como un susurro a la otra voz insistiendo en que bajara.
—Voy a salir...—
—No, Jonathan, ¿qué haces? Jonathan...—
—¿Jonathan...?— la llamada se cortó.
La policía llegó al lugar unos minutos después, dijeron que parecía una completa masacre allí dentro. Una señora muerta con los intestinos de fuera, pero había un rastro de sangre desde el baño hasta la puerta de la habitación de Jonathan, como si alguien la hubiera arrastrado hasta allí. El baño era un desastre, el espejo estaba roto, los vidrios del suelo estaban manchados de sangre, la bañera estaba llena de agua, agua roja, sangre diluida en esta. Pero el agua seguía tibia.
Y en la sala de la cocina, había una silla tirada en el suelo, y arriba de esta, estaba Jonathan, colgado del cuello con una soga.
Su celular estaba roto debajo de él, tal vez se calló después de colgarse.
Hablar con personas que luego descubres que han fallecido es una carga difícil de sobrellevar. Es por eso que voy al psicólogo, para intentar manejarlo.
Un mes después de la tragedia, se suponía que iban a cerrar el caso. Los testigos afirmaban que Jonathan, un chico de 16 años, tenía problemas con su madre, pero era una persona alegre y pura; era impensable que hubiera cometido tal acto. Sin embargo, la policía elaboró un informe que señalaba a Jonathan como el culpable, basándose en unos supuestos audios donde él decía odiar a su madre. No creo que haya sido él; es común ese tipo de conducta en los adolescentes, pero los policías son flojos y usan cualquier excusa para cerrar un caso.
Hasta que revisaron de nuevo la llamada, mi voz y la de Jonathan, martes 8pm, el día siguiente fue la autopsia, confirmaron que Jonathan había muerto por ahorcamiento, pero el cuerpo ya llevaba dos semanas de descomposición.
¿Con quién hablé ese día?
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Quiebre
TerrorTodo está en tu mente, ..-.- --- / . ... / .-. . .- .-.. ..--.. Historias cortas de terror. (Portada por Maxel Haël) -.. .. -- . -. -.-. .. --- -. . ... / .-.. .. -- .--. .. .- ... ...