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Era de mañana en el condado de henituse, estaba despejado y resfrescante, Pero era todo lo contrario en una de las habitaciones de la mansión, específicamente en la habitación de Cale henituse donde sin importar cuantas piedras mágicas pusieran, la habitación se seguiría sintiendo fría pero nadie puede comparar eso con el hedor de pociones y hierbas curativas, que tiene la habitación.
Esto era una situación preocupante ya que el joven maestro problemático llevaba dormido cuatro semanas enteras, los sanadores tuvieron que alimentarlo con pociones para que el joven maestro no muriera por inanición, aún que para ellos sería lo mejor ya que el territorio se libraría de la basura problemática para siempre, como sirvientes lo único que podían hacer era guardarse estos pensamientos para si mismos ya que no querrian enfrentar la ira de la familia henituse al enterarse que unos humildes sirvientes se atrevieron hablar barbaridades del primer joven maestro.
No fue hasta el medio día, que Hans fue a comprobar el estado de su joven maestro, el fue asignado como el nuevo mayordomo del joven maestro cale ya que su anterior mayordomo se fue junto con su hijo con el tipo que golpeó al hijo del conde.
Y fiel a su papel no decepciono al conde estas dos semanas al ir cada tres horas a comprobar la salud del joven a su cargo, y hoy no fue diferente, como todos los días hans se asegura de comprobar que los sirvientes allan limpiado la habitación del joven maestro, también verifica las piedras mágicas para aclimatar la habitación inusualmente fría, el mismo se encarga de mantener al joven amo bien abrigado con gruesas mantas, las ventanas de la habitación se dejaran abiertas por la mañana hasta la tarde, siempre con las cortinas abajo para que la luz no moleste al joven maestro cuando despierte.
Cuando su trabajo estuvo terminado tomó asiento en una silla al lado de la cama, la familia henituse hizo todo lo posible para estar al lado del joven maestro, desde descuidar sus deberes, para así pasar horas al lado del joven amo, aún lado de la cama se podía ver la espada de madera de la joven señorita lily y unos libros junto con documento del joven maestro basen colocado encima de una mesa cercana, así como unas finas tasas de té de la condesa violan y una que otra fila de documentos del conde deruth.
Todos ellos estaban en el comedor en estos momentos asegurándosen de comer bien antes de volver al lado del joven maestro cale.
Al salir de sus pensamientos Hans notó como la mano de cale se movía al igual que sus párpados, que se negaban a abrirse, pero que luchaban por abrirse con mucho esfuerzo.
Hasta que por fin lograron abrirse dejando ver unos ojos nublados y desenfocados.
En ese instante Hans se levantó rápidamente de la silla para tomar la mano de cale y haciendo que el nombrado lo mirara con confusión en sus rasgos.
No le tomo ni un minuto a Hans llamar a una sirvienta para que le avisara de inmediato a la familia que cale había despertado.
Mientras que Hans rápidamente daba órdenes,Cale con la mente en blanco y nublada solo miraba fijamente al mayordomo.
Por la intensidad de la mirada que estaba recibiendo, Hans pudo notar que Cale lo estaba mirando muy fijamente.
Sin dudarlo Hans apretó un poco más su agarre en la mano de cale, para darle a entender que estaba a su lado.
_Joven maestro soy Hans, acabo de enviar a una de las sirvientas a dar aviso a su familia para que vengan, ellos estuvieron muy preocupados por usted joven maestro_ Hans estaba feliz ya que el joven maestro estaba finalmente despierto, pero algo dentro de el, le susurraba que algo andaba mal, muy mal.
Hans con cautela pero sin soltar la mano de cale, se atrevió a acariciar con la mano desocupada la cabeza y a remover el cabello que le caída incomodamente por la cara para dejar mejor a la vista el bello y a la vez enfermizo rostro.
Al hacer eso Hans pudo notar que no había reconocimiento en los ojos del joven maestro, solo podía ver ojos nublados y a la vez curiosos mirándolo fijamente.
Hans con cierto temor y un nudo en la garganta no se atrevía a pronunciar lo siguiente.
Pero era de suma urgencia que supiera la respuesta, el joven maestro claramente no podría hablar ya que tantos días sin hacerlo, lo dejo sin la posibilidad de pronunciar algo sin que le duela la garganta, así que tendría que obtener su respuesta de otra manera.
_Joven maestro...¿sabe quién es usted?, si lo sabe, porfavor, presione mi mano._
Pero antes de obtener una afirmación o negación, las puertas de la habitación fueron abiertas de par en par, ingresando así a la habitación toda la familia henituse, junto con dos sanadores.
