Capitulo 1

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Estaba harto de esta ciudad de mierda, era época de vacaciones y sería el único idiota que seguiría trabajando en esa maldita comisaría.
Tenía la plata que Fermin me había prestado, 70mil dólares para apostar en el casino. Si era el único trabajando por lo menos haría el menor esfuerzo posible, en esa época no había mucha delincuencia de todos modos. Que mierda! Hasta los maleantes se iban de vacaciones.
Tan poca cosa me sentía!

Salí de mi nueva casa, obsequió de mi padre, Jack Conway. Era claro que sólo quería mitigar la culpa que sentía por haberme torturado por 4 malditos años con la puta excusa de entrenarme para no volver a perder la cabeza. Lo que no sabía es que hacía meses mi cabeza estaba totalmente perdida, con esa maldita voz que se ocupaba de hacerme sentir tan miserable. Voz que solo calmaba el caos y la sangre.

Al salir a la puerta, vi con horror que mi auto había sido robado. Estas cosas solo me pasaban a mi! Eso era seguro. Podría decirse que era el hombre con peor suerte del puto mundo? Definitivamente era seguro.
Aún así quería ir a apostar el poco dinero que tenía al casino, o a perderlo.
Camine unas cuadras y pare a una señora que llevaba un bonito auto deportivo. Como por las buenas no quiso entregarlo, bueno, se llevó un disparo. Lo que fuera en la cabeza y termine muerta fue un error, pero realmente me importaba muy poco la vida de ella o de quien sea. A veces ni la mía realmente.

Conduje al casino sin problemas, era policía y el hijo del superintendente,  quien iba a decir algo por ir en un vehículo robado?
Estacione el parking cerca de la entrada.
Allí jugué a la ruleta, ese era mi adicción. Malditos rojo y negro que se llevaban todo mi dinero. La rompe familias le decía, yo no tenía familia pero si la tuviera seguro los hubiera vendido por una tirada al rojo.

La suerte me acompaño esa tarde, era muy extraño eso. Nunca tenía suerte en nada. Seria el augurio de algo peor?
Por supuesto que lo era pero en ese momento no me detendría a pensar en el futuro.  Tenía el dinero para devolverle a Fermin y me había sobrado para volver después de terminar mi día de patrullaje.

Salí del lugar sintiendo un placer que no tenía en años, ganar me había sido imposible desde que tengo memoria.
En la entrada me encontré a mi amigo el mono y su nuevo vehículo. Le di unas vueltas y se lo devolví. Lamentablemente debía ir a comisaría para seguir con mi detestable existencia como subcomisario de la ciudad en Los Santos.

En el parking busque el auto que había dejado estacionado pero no lograba encontrarlo.
Después de unos minutos lo hallé.

- No hagas ningún movimiento extraño y sube al coche. - una voz masculina llamó mi atención desde el vehículo estacionado al lado del mío.
- Creo que se equivocado de persona amigo.
- No me equivoque. Sube de una vez.
Subí al coche y me senté como conductor, como el hombre lo había pedido. Marco una ubicación en el GPS del vehículo.
- Vamos a donde te marqué. - dijo.
Arranque y simplemente maneje hasta ese punto de la ciudad. El norte, cerca del faro.

Podría ser este mi final? Que asco de muerte! Suponía que esto llegaría en varios años y de una manera heroica, no en manos de un extraño vestido con sombrero de pescador.
Mi vida una puta mierda y mi muerte igual?

Pensaba colaborar con el hombre pero no me iba a dejar matar tan fácilmente. Su voz gritaba en mi mente pidiendo tomar el control. Tal vez esta vez debía hacerle caso. Si moría peleando sería un poco mejor que solo recibir un tiro sin hacer nada.

Armando Grúas era mi secuestrador, quien lo diría? Ese maldito mecánico que creía muerto.
Todo este tiempo había planeado este día para vengarse por lo de su mafia, por hace 4 años.
No era mi culpa que sean tan estúpidos por confiar en mi. Yo no hubiera confiado en un policía como jefe de mi mafia, o sea ellos no tenían la mayor inteligencia, por eso terminaron de esa manera realmente.
Yo me hubiera disparado antes que dejarme entrar a la mafia pero cada uno actúa como su cerebro le indica.

Una vez en el pequeño muelle y después de intercambiar varios insultos que ayudaron a encender mi adrenalina, al fin me puso de rodillas.
- Sabes contar? - dijo de manera irónica.
- Claro que se! Pero hazlo tú. - Le respondí. Claro que no contaría para que me mate, tan estúpido no sería. Si me quería matar que mínimo también haga la maldita cuenta atrás.

Antes de llegar al 3 deje salir a mi alter. Gritaba por salvarnos y quien era yo para prohibirle salir a jugar antes de morir. Tal vez, solo Tal vez podría salvarnos.
Pogo se puso de pie y golpeó a Armando varias veces en el rostro hasta tirarlo al suelo. Hubiera seguido con la golpiza si no fuera porque alguien nos noqueo por detrás.

Desperté en un sótano asqueroso, sentado en una sillas, en calzoncillos y atado de pies y manos y mis ojos cubiertos. Pero estaba vivo! Pogo lo había logrado. El problema es que debía sobrevivir a torturas que seguro serían propiciadas por mi captor.

Pasaban las horas y nadie aparecía por ese lugar. Sería que fui abandonado a mi suerte, para morir de hambre y sed? Había un silencio ensordecedor. Debía estar totalmente alejado de la ciudad porque no se escuchaban ruidos de vehículos o alguna persona ni a lo lejos.

De repente pasos se acercaban. El primer sonido en horas. Una puerta se abrió y alguien entró donde yo me encontraba. Pero no hubieron golpes ni torturas, no hubo nada, solo más silencio. Me sentía confundido.
Sentía una mirada penetrante fija en mi, estaba seguro de eso, alguien me observaba desde algún lugar de la habitación.

- Vas a matarme de una puta vez? O primero quieres jugar? - dije aunque no hubo respuesta.
- Entonces solo te quedaras mirándome como boyeur? Toma una foto durará más. - necesitaba que alguien responda, el silencio me estaba volviendo loco y nisiquiera tenia a la maldita voz de mi cabeza, por alguna misteriosa razón estaba en silencio también. Tal vez se sentía ofendido por no habernos podido liberar. 

Pasaron muchos minutos, tal vez horas hasta que volví a escuchar los pasos irse de donde estaba. Cerró nuevamente una puerta. Y se alejó lentamente subiendo una escalera.
Otra vez silencio absoluto, solo mi respiración y creía que eran mis latidos, aunque tal vez solo era mi imaginación que empezaba a desvariar.

Debía admitir que el haber sido secuestrado no estaba en mis planes para ese día. Pero había sobrevivido al posible disparo. Al fin y al cabo eso era yo. Un sobreviviente.
Mi único fin era mantenerme con vida y usaría toda mi astucia para lograrlo.













Lady_Vermon 💀

SecuestradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora