Capitulo 01: La muerte es mucho trabajo.

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Suspirando a una larga línea de personas en fila ante mi trono prosigo a juzgar la próxima alma con cansancio.

"Siguiente." Mi voz profunda retumba con un eco sobrenatural.

Una mujer con escasas ropas y adornos dorados se acerca con pasos temblorosos quedando frente a una balanza dorada con una pluma en un extremo. Al acercarse en el extremo opuesto de la balanza se manifiesta un corazón palpitante, al momento la balanza se tambalea pero finalmente queda en equilibrio.

Esto abrió una gigantesca puerta de luz blanca frente a la mujer.

La mujer se alegra rápidamente y prácticamente corre a la puerta lo que marca su camino al campo de juncos.

Esto se repite con un hombre que le sigue pero está vez el corazón fue más pesado que la pluma. En unos segundos el hombre fue arrastrado mientras gritaba a todo pulmón por arenas negras que lo hundieron en el suelo, marcando a este como pecador indigno del más allá.

Está acción se repite durante todo el día y toda la noche durante todo el año sin ningún descanso y no es más que los engranajes de la otra vida egipcia rodando.

Esto no es lo que esperaba cuando descubrí que era el Dios de la muerte Anubis.

Así es yo no solía ser un dios, solía ser una persona normal de Australia en el siglo 21. Estoy seguro de que morí en esa vida pero no recuerdo cómo, solo se que al despertar era Anubis con todos sus recuerdos.... y responsabilidades.

Y son demasiadas responsabilidades.

Reformar la Duat o el más allá egipcio para que en vez de dejar pasar a los ricos y poderosos se juzgue por los corazones de las personas, fue como mucho una tarea insignificante. (Aunque aún tengo que dejar pasar a los faraones y a sus sirvientes)

Al principio estaba confundido, luego emocionado y finalmente me aburrí, para luego comenzar a trabajar como lo haría el Anubis original gobernado este solitario lugar.

Uno pensaría que como un reencarnado tendría algún tipo de trampa que me ayude a salir adelante, pero no tengo.

Lo único que tengo es una pantalla de estado que yo mismo creé con mi poder divino para poder acostumbrarme a mis nuevas capacidades.

Tengo títulos (aunque jamás e salido del infierno), bastantes potestades (todas heredadas exepto una relacionada con los sueños).

Los títulos aunque escandalosos no son nada impresionante, después de todo fueron otorgados por los humanos (o protohumanos en este momento)

Las habilidades son inútiles para la mayoría de casos fuera de mi dominio. Tengo básicamente cero habilidades ofensivas y mis habilidades radican en la protección de cementerios, tumbas y almas, y la mayoría para no decir todas no funcionan en otros Dioses.

Básicamente estoy jodido si se presenta algún problema divino que requiera fuerza, y mirando la larga lista de almas que a aumentado en estos momentos algo está pasando afuera.

Y por supuesto que yo sé que es, los muertos son muy habladores cuando les preguntan.

Aunque es confuso al parecer hay una guerra caótica entre panteones en el exterior, Dioses luchan y los hombres mueren básicamente.

Lo que tiene sentido, porque según entiendo estoy en la época del caos donde la humanidad no existe como una raza evolutiva normal, sino como creaciones de los Dioses.

Gracias a los cielos (o al infierno) yo puedo saltarme eso estando en mi reino, ya que parece que el más allá es sagrado para todos los panteones. Y aunque estoy muy aburrido en este lugar tengo impulso de conservación de auto especie, por lo que salir a pelear no está en mi lista de deseos.

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