En la prestigiosa Academia U.A., donde jóvenes con habilidades extraordinarias se entrenan para convertirse en héroes profesionales, dos estudiantes en particular comenzaban a desarrollar una conexión especial. Shoto Todoroki, con su distintiva cabellera bicolor y su habilidad de controlar tanto el fuego como el hielo, siempre había sido reservado y serio. Por otro lado, Momo Yaoyorozu, una joven brillante con la capacidad de crear objetos a partir de su cuerpo, irradiaba confianza y liderazgo.
Todo comenzó durante una tarde tranquila después de clases. Los pasillos de la academia estaban casi vacíos, y Shoto se dirigía a la biblioteca, buscando un lugar silencioso para estudiar. Mientras pasaba por una de las salas de entrenamiento, escuchó un ruido sordo y se detuvo, intrigado. Al asomarse por la puerta, vio a Momo practicando con diligencia, creando y lanzando varios objetos con precisión impecable.
Impresionado por su dedicación, Shoto decidió entrar. "¿Te importaría si me uno a ti?", preguntó, con su voz calma y firme.
Momo se giró, algo sorprendida al verlo allí. "Claro, Todoroki," respondió con una sonrisa. "Siempre es mejor practicar con compañía."
Los dos comenzaron a entrenar juntos, Shoto ayudando a Momo a perfeccionar su control sobre las creaciones y Momo aconsejando a Shoto sobre estrategias y tácticas en combate. A medida que pasaban más tiempo juntos, descubrieron que compartían más en común de lo que pensaban. Ambos tenían una presión inmensa por ser los mejores, proveniente tanto de ellos mismos como de los demás.
Una tarde, mientras descansaban después de un intenso entrenamiento, Momo se atrevió a preguntar algo que llevaba tiempo queriendo saber. "Shoto, ¿cómo lidias con todas las expectativas? A veces siento que es demasiado..."
Shoto miró a Momo, viendo en sus ojos la misma lucha interna que él había enfrentado. "No es fácil," admitió. "Pero he aprendido que apoyarse en los amigos y compañeros puede hacer una gran diferencia. No siempre tenemos que cargar con todo solos."
Esa conversación fue el comienzo de algo más profundo entre ellos. Día tras día, su amistad se fue fortaleciendo, y poco a poco, comenzaron a sentir algo más que simple camaradería. En los momentos de silencio compartido, en las miradas cómplices y en las risas espontáneas, nacía un sentimiento que ni Shoto ni Momo podían ignorar.
Sin darse cuenta, ambos estaban en el umbral de una historia de amor, una que prometía ser tan intensa y emocionante como el mundo de los héroes que los rodeaba.
Las semanas pasaban y la cercanía entre Shoto y Momo se volvía evidente para sus compañeros. Aunque ninguno de los dos hablaba abiertamente de sus sentimientos, sus acciones hablaban por sí solas. Los gestos de apoyo, las sonrisas compartidas y las miradas prolongadas no pasaban desapercibidas.
Un día, durante un ejercicio de entrenamiento en equipo, Shoto y Momo fueron asignados como pareja para una misión simulada. Tenían que infiltrarse en una base enemiga, recuperar un "objeto valioso" y salir sin ser detectados. La misión requería una coordinación perfecta y confianza mutua.
A medida que avanzaban por el complejo, esquivando guardias y desactivando trampas, Shoto no pudo evitar admirar la habilidad y destreza de Momo. Su inteligencia y capacidad para adaptarse a cualquier situación eran impresionantes. Por su parte, Momo encontraba en Shoto una calma y seguridad que la reconfortaban, sabiendo que podía confiar en él sin reservas.
Finalmente, llegaron al corazón de la base, donde se encontraba el objeto que debían recuperar. Mientras Momo trabajaba para desactivar el sistema de seguridad, Shoto mantenía vigilancia. De repente, un grupo de "enemigos" los sorprendió, obligándolos a entrar en combate.
"¡Cuidado, Momo!" gritó Shoto mientras lanzaba una ráfaga de hielo para bloquear el avance de los atacantes.
"¡Estoy bien! ¡Casi termino aquí!" respondió Momo, concentrada en su tarea.
En cuestión de segundos, Momo logró desactivar el sistema y recuperar el objeto. Sin perder tiempo, ambos se lanzaron a la carrera, luchando codo a codo para abrirse paso hacia la salida. Justo cuando parecía que habían logrado escapar, un último enemigo apareció, apuntando directamente a Momo.
Shoto, sin pensarlo dos veces, se interpuso, utilizando su fuego para desviar el ataque. Sin embargo, en el proceso, resultó levemente herido. "¡Shoto!" exclamó Momo, con el corazón en un puño. Sin dudarlo, utilizó su Quirk para crear una barrera y proteger a Shoto mientras lo ayudaba a levantarse.
"Estoy bien," dijo Shoto, intentando sonreír a pesar del dolor. "Vamos, debemos seguir adelante."
Finalmente, lograron escapar y completar la misión con éxito. De regreso en la academia, mientras los demás celebraban, Momo llevó a Shoto a la enfermería para que lo revisaran. Una vez allí, en la privacidad del pequeño cuarto, Momo no pudo contener más sus sentimientos.
"Shoto, no vuelvas a hacer algo así," dijo, con los ojos llenos de preocupación. "No soportaría verte herido de nuevo."
Shoto la miró con suavidad, sintiendo una calidez desconocida en su pecho. "Lo haría de nuevo si eso significa protegerte, Momo."
Las palabras quedaron flotando en el aire, y en ese momento, ambos supieron que sus sentimientos eran mutuos. Con una sonrisa tímida, Momo se acercó y tomó la mano de Shoto, entrelazando sus dedos. "Gracias," susurró.
Shoto apretó suavemente su mano, sintiendo una conexión más fuerte que cualquier poder que pudiera poseer. "De nada, Momo," respondió.
Así, en medio de la vorágine de entrenamiento y misiones, nació una relación basada en el respeto, la confianza y un amor que prometía ser tan sólido como el hielo y tan ardiente como el fuego.
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𝐌𝐈 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐃𝐀𝐌𝐀
RomanceEl inicio de un amor deseado, No se arrepentiran de leer la historia