Epílogo.

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Hola, mi nombre es Choi BeomGyu. Tengo treinta y cinco años y soy un Alfa. Aunque bueno, aquello último es un tanto irrelevante.

Resumamos algunos aspectos de mi vida hasta ahora. Por ejemplo... aprendí a hablar francés e inglés cuando tenía once, fui jugador estrella en el equipo de fútbol en mi escuela secundaria desde tercero. En cuarto año conocí al que es el amor de mi vida y nuestra historia a sido muy larga y complicada, sin embargo no me arrepiento de nada.

Estudié cinco años psicología clínica y la ejercí como profesión permanente. Mi mejor amigo es Choi SooBin, quien está casado con Huening Kai. Y si, yo también estoy casado, aunque debo confesarlo una vez estuve a punto de ser viudo, pero esos son detalles. Mi esposo es profesor de economía en una prestigiosa Universidad y tengo dos hermosas hijas, ambas Omegas.

Aunque claro, alguien debía sacar el carácter fuerte de mi amado TaeHyunnie.

—Intenta gruñirle una vez más y juro que meteré mi mano en tu boca solo para arrancar cada una de tus cuerdas vocales, ¿me has entendido Alfa de pacotilla?

El Alfa tirado en el piso asintió temblando de pies a cabeza. Incluso empezaba a balbucear incoherencias mientras observaba con pánico a mi hermosa hija mayor. MinJi.

Me dio cierta pena el muchacho, sin embargo conocía lo protectora que era MinJi com su hermana Hanni y la comprendía. Todos amábamos a la pequeña y un solo atentado en su contra haría que desatáramos una guerra.

—MinJi, deja al muchacho y vuelve acá, tenemos que comprar el pastel de tu hermana —la castaña gruño hacia el chico y luego se alejó sin voltear a mirarlo. BeomGyu sonrió divertido pero TaeHyun...

Oh, TaeHyun realmente lo estaba gozando.

Sonreía orgulloso hacia MinJi mientras aún sostenía la mano de Hanni, en cuanto la castaña llegó a ella acaricio su cabello —Bien hecho bebé.

Rodó los ojos —MinJi, ejercer violencia no arregla los problemas —concientizo. Su hija mayor y su esposo hicieron un puchero.

—Pero si lo hizo papá, ese chico va a pensarlo dos veces antes de gruñirle a otra persona. Además, ni lo toque, el solito cayó.

Tuvo que darle la razón. Igualmente suspiró cansado, MinJi era brusca en ciertas ocasiones, temía que eso le trajera problemas para relacionarse con otras personas. Algunos podrían considerar que es una peleonera aunque ella no fuera así.

—Mira amor, una advertencia es todo lo que tienes que dar, si la toman bien por ellos, si pasan de ella procede a cumplir tu amenaza. Que ellos enfrenten las consecuencias de sus actos.

BeomGyu miró a TaeHyun sorprendido. ¿Cómo iba a pelear contra un argumento así? Su título de psicólogo parecía papel de baño cuando se encontraba al lado de su esposo. O es que TaeHyun siempre sabía que decir y que sonara amigable o él nunca podía concentrarse al tenerlo cerca y por eso no puede pensar profesionalmente.

Se va a quedar con la segunda.

—Vale, no nos distraigamos más. Hanni, bebé, ¿qué sabor de pastel quieres?

—¡Ciruelas y miel!

Sonrió orgulloso observando a TaeHyun asentir. Mientras que MinJi sacó su apariencia y el carácter y gustos de TaeHyun. Hanni saco la apariencia de TaeHyun pero con los gustos y carácter de él.

Ambas eran una perfecta combinación, estaba orgulloso de su familia.

—Bueno, a por el pastel y luego a la casa de los abuelos.

—¡Con oso Poo!

TaeHyun y él carcajearon. Hanni había estado llamando oso Poo al señor JungKook desde que este imitó la voz del personaje mientras veían la serie. De todas formas, era lo que harían. Fueron a una pastelería, eligieron el sabor y compraron otro de selva negra pues no a todos iba a gustarle el de ciruelas, sabían que era muy amargo.

soy omega⠀!⠀beomhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora