31. Voy a luchar por Alana

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Pov Clara

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Pov Clara

Al despertar a la mañana siguiente, noté que Al no estaba en la cama. Sonreí al recordar que había pasado toda la noche abrazada a mí. Encontré una nota suya en la que me informaba que tenía que regresar porque tenía una conversación pendiente con Lily. Me pedía que le mandara la buena vibra porque la necesitaría.

 Enfrentarse a Lily era algo que incluso a mí me daba un poco de miedo, ya que su carácter es fuerte y terco. Sabía que a Alana le costaría reconciliarse con ella, pero el hecho de que Lily pudiera estar más tranquila hoy era un buen indicio. 

Además, teníamos pendiente una conversación. Ayer, Alana y yo habíamos acordado hablar con Lily sobre nuestra situación, pero con todo lo que había ocurrido, eso ya no fue posible.

 Me levanté lentamente, tratando de ordenar mis pensamientos. El sol de la mañana se filtraba por las cortinas, iluminando la habitación con una luz suave y cálida. Decidí prepararme un café antes de enfrentar el día y la inevitable conversación que también me esperaba con Fani, era consciente que ella iba a aparecer en cualquier momento.

 Mientras la cafetera gorgoteaba, mis pensamientos volaron hacia Al. Sabía cuánto significaba para ella resolver las cosas con Lily y deseaba con todo mi corazón que las cosas se arreglaran entre ellas dos, Alana ya no tenía a su padre y definitivamente no podía perder a su madre también.

Escuché el timbre de la puerta, suspiré y me puse de pie. No podía evitar lo inevitable ni escapar de Estefanía.

 Al abrir la puerta, me encontré con una versión de Fani que nunca antes había visto, totalmente desolada. 

Le hice un gesto para que entrara y, al cerrar la puerta, me di la vuelta hacia ella y recibí su abrazo. Permanecí con los brazos extendidos, sin saber muy bien cómo reaccionar. En otras circunstancias, habría gritado de felicidad. Sin embargo, su tristeza era palpable y llenaba la habitación de una manera opresiva. 

Sentí que debía hacer algo para consolarla, pero las palabras no fluían en mi mente. Después de unos segundos que parecieron interminables, decidí corresponder a su abrazo, tratando de transmitirle un poco de apoyo. Ella se separó un poco, lo suficiente para mirarme a los ojos, y vi que sus lágrimas estaban a punto de desbordarse. 

 —No sé por dónde empezar —respondió con la voz quebrada—. Todo está mal, todo se está desmoronando y no sé qué hacer. 

 La llevé al sofá y nos sentamos juntas. Le ofrecí un vaso de agua, que aceptó con una pequeña sonrisa de gratitud. 

Mientras bebía, traté de reunir fuerzas, tenía mucho que decir, pero cuando se trataba de Estefanía no podía, siempre le tuve un gran respeto, ella era mi todo.

 —¿Por qué regresaste, Fani? —pregunté, con firmeza—. Me dijiste que la hiciera feliz, me estaba ocupando de eso, viniste a desestabilizarla y encima Rogelio te siguió, ella y su madre no están bien y tú eres la causante.

ERES PROHIBIDA #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora