Untitled Part 4

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Midoriya, Shoto y Shinsou intercambiaron miradas confundidas y preocupadas por primera vez desde que había comenzado la reunión. Cada uno de ellos tenía fresco en la memoria del reciente encuentro con Bakugou en la televisión, durante el reporte matutino de noticias hace apenas unas horas. La imagen de su compañero, aparentemente saludable y hablando con fluidez sobre su última misión exitosa en el extranjero, resonaba en sus mentes. El tono casual y natural con el que se expresaba parecía más propio de una conversación entre amigos que de un reporte oficial.

La incredulidad se reflejaba claramente en los ojos de Midoriya mientras se aferraba al borde de su asiento, su pierna cruzada ahora produciendo un ligero sonido contra el suelo debido al nerviosismo. Cada palabra dicha por Bakugou, con su tono risueño y aparentemente despreocupado, resonaba de manera inquietante en su mente. Recordaba con una precisión aterradora cada detalle de esa imagen: el rubio sonriente, sin su máscara habitual durante la entrevista, sus ojos rojizos destacando por el delineador y sombra negra que los adornaban.

La confianza en cada una de sus palabras, incluso su reacción cuando una pequeña niña interrumpió la entrevista extendiendo sus brazos hacia Katsuki y este, con una mirada cariñosa, accedió a cumplir con el capricho infantil antes de continuar dando los detalles solicitados a las cámaras. Ahora, al solo pensarlo, Midoriya sintió una especie de vacío que no sabia si se debía a la decepción de no notar esa fachada inusualmente dócil y tranquila o preocupación de no saber por cuánto tiempo ha visto al falso Bakugou sin siquiera saberlo.

Shinsou presionó los puños con frustración haciendo que sus nudillos se volvieran blancos por la presión que estaba ejerciendo en ellos. Nada tenía sentido, todo se veía tan real y convincente en la pantalla, es que habían incluso fragmentos de la batalla grabados de forma torpe y desprolija que no había forma que fueran accionados. Se veían exactamente iguales a cualquier otra toma (real, claramente) de algún camarografo atrevido que se infiltraba en la zona acordonada a escondidas de la policía para capturarlas antes que cualquier otro noticiero. Ni siquiera sabia que sentir, solo podía identificar lo abrumador que una parte de él se sentía de ahora saber una pequeña parte de la verdad que salía a la luz de ese maldito engaño cuidadosamente realizado.

Hitoshi no podía evitar que su mente se llenara de preguntas y escenarios aterradores. ¿Qué había pasado realmente con Bakugou? ¿Estaba herido, prisionero, o algo aún peor? Espera... Shinsou respiró hondo, tratando de calmarse y enfocarse en lo que debía hacer. Noía permitir que la desesperación lo dominara a pesar de que la incertidumbre era insoportable y Kanna no parecía dispuesta a hablar demasiado del caso.

Shoto, por su parte, mantenía su habitual apariencia estoica, aunque la noticia había provocado una tormenta interna en él. Sabía que debía mantener la calma por el bien de Deku y Mindjack, ser la voz de la razón en caso de que alguna decisión actuara de manera estúpida si el peor escenario posible se convirtiera en realidad, una realidad que ya no solo debían contemplar sino que Tenían que afrontar.

Cada segundo en esa sala de conferencias se sentía como una eternidad. Comprendía su necesidad de los chicos de respuestas y acción, quería levantarse de la maldita silla de oficina y lanzarse al peligro solo por ayudar a su antiguo amigo, pero también sabía más que nadie, que actuar impulsivamente podría empeorar las cosas.

— ¿Qué es lo que no sabemos? — Preguntó Todoroki provocando que dos pares de ojos dejaran de prestar atención a sus conflictos mentales y la centraran en él y la mujer que tenían al frente tomando una pausa para beber un gran sorbo de una botella de agua.

El silencio que siguió a la pregunta del cabello bicolor era pesado y agobiante. Kanna, la presidenta de la Comisión de Seguridad Pública de Héroes, dejó la botella prácticamente vacía sobre la mesa con un movimiento medido y miró a cada uno de los jóvenes héroes antes de hablar.

— La información que tenemos es limitada. —Comenzó con voz firme después de unos segundos ya que debía pensar bastante bien sus palabras antes de tratar con ellos. — Katsuki fue secuestrado alrededor de seis meses por una organización rusa. Suponemos que fue después del entierro de Red Riot aunque aún no hemos tenido una confirmación oficial de su parte.

—Creo que no estoy entendiendo. — Alzó la voz Midoriya antes de que la fémina pudiera seguir. — ¿Está... Él está inconsciente?

Preguntó casi con miedo de la respuesta fuera afirmativa. Había pasado por esa situación en el segundo año, estuvo atrapado en el oscuro abismo del ¿Si despertará? Cada vez que miraba el rostro pálido que contrastaba con sus venas que parecían ser lo único vivo en él aparte del monitor cardíaco que le daba algo de seguridad de que el más bajo seguía con él de cierta forma.

Para su suerte o al menos su tranquilidad momentánea, ella negoció con la cabeza.

—No, Midoriya. Katsuki está consciente, pero no ha pronunciado una sola palabra desde que fue rescatado hace un mes.

Shinsou frunció el ceño confundido por la respuesta de la dama. No podía entender cómo habían

— ¿La entrevista que vimos en televisión? — Preguntó Shinsou con algo de temor en su voz.— ¿Quién era ese?

La mujer susspiró, sabiendo que la explicación no sería fácil de entender. Rodeó la mesa con una lentitud digna de una figura poderosa, sus movimientos calculados reflejaban la carga de responsabilidad que llevaba sobre sus hombros. Con paso firme, se detuvo justamente detrás de ellos quienes estaban rígidos en sus asientos mirando hacia la pantalla que repetía la entrevista de Katsuki esa mañana, pero sin audio alguno.

— En gran parte es el mismo Bakugou.— Comenzó, su voz serena y autoritaria llenaba toda la sala y hasta daba la sensación de que sus palabras rebotaban en las paredes. Incluso se tomó un momento, para apoyar sus manos en los hombros de Shoto. Quien dio un respingo ante el contacto inesperado, pero no apartó la mirada ni se quejó. — Junto a un doble perfectamente entrenado para imitar sus movimientos en combate, y mi peculiaridad obviamente.

Señaló los ojos de Katsuki y como por arte de magia el elefante en el salón se hizo tan obvio que se sintieron tontos por tan gran descubierto.

— Lo induje a un estado que lo hace parecer consciente y dispuesto a hablar sin que tuviéramos el riesgo de que colapsara nuevamente.

— Si puedes usar tu don en él ¿Por qué no puedes preguntarle lo que pasó?

Apenas y logró terminar la pregunta, la estruendosa carcajada de la mujer no se hizo esperar junto a su mano en el cabello de Izuku, quien gruñó por tan desagradable gesto de despeinar su cabello sin su autorización, ni ser cercanos.

— Si fuera tan fácil, no estarían aquí.

10 de julio de 2024.

Cry myself to sleep | Bakugou Katsuki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora