● Cap 3 ● Presa ●

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Hogwarts, Habitación de TN, 18 de septiembre de 1996.

La joven TN se encontraba en su habitación haciendo su tarea de pociones, mientras escuchaba las gotas de agua que empezaron a chocar contra el vidrio de la ventana. Se detuvo por un momento y dirigió su mirada al cristal; efectivamente, estaba empezando a llover.

TN decidió poner en pausa sus estudios por un momento y gozar de una buena siesta en esa tarde de sábado, aprovechando que el clima y la ausencia de sus compañeras de habitación se prestaban para eso. La joven guardó su material de estudio, encendió un par de velas aromáticas de vainilla y canela, miró por la ventana unos instantes y finalmente se metió entre las mantas de su mullida cama.

No tardó mucho tiempo en quedar profundamente dormida, las mantas abrazaban su cuerpo de una forma reconfortante, mientras las almohadas sostenían su cabeza en la postura perfecta, estaba teniendo un sueño realmente placentero en la soledad de su habitación y parecía que sería así por el resto de la tarde... parecía.

La chica se despertó de golpe al sentir que alguien se tiró encima de ella de un solo salto. No tuvo tiempo para reaccionar cuando sintió un montón de lengüetazos llenando de saliva su rostro. TN intentó desesperadamente quitarse de encima a la criatura que la había despertado de su plácido sueño, pero era inútil.

—¡Sirius! por el amor de Godric, ¡deja de lamer a mi hermana! — Se escuchó la voz de James entrando a la habitación. En ese momento, la chica pudo identificar al ladrón de su descanso; se trataba del gran perro negro en el que se transformaba Sirius desde hace poco mas de un año.

TN se enderezó, sentándose sobre su cama y recostando su espalda en la cabecera de esta, mientras que Sirius seguía lamiendo su mejilla y parte de su cuello.

—¡Padfoot, no! perro malo —James lo agarró de la cola y lo jaló para quitárselo de encima a su hermanita.

—James... chicos... ¿Qué hacen aquí? —pregunta la joven, aun tratando de despertarse por completo, al ver cómo Peter y Remus también estaban en el marco de la puerta.

—Es tormenta eléctrica —respondió Peter a la distancia.

Con esa simple respuesta, TN se despertó por completo, puso sus ojos bien abiertos en la ventana, observó cómo el agua caía a cántaros, un relámpago cayó y seguido de esto, escuchó un trueno sonar. Volvió a centrar su mirada en sus amigos, con una amplia sonrisa dibujada en sus labios. Estaba esperando este momento desde hace mucho tiempo y no podía contener la emoción.

Sirius volvió a la normalidad y se acercó a TN. Pasó un mechón de su cabello por detrás de su oreja y la miró con dulzura.

—¿Estás lista, Littlejumps? — Ella dio una respiración profunda y lo miró con decisión.

—Completamente —

—Bien, entonces... —James la miró con vacilación antes de seguir con sus palabras.

—Entonces... —Replicó Sirius, esperando a que James terminara la frase, pero solo obtuvo silencio, así que él mismo la terminó— Entonces, agarra tu poción de mandrágora ensalivada y vamos a la casa de los gritos —Sirius le acercó la mano para que ella la tomara y se levantara de la cama.

La chica se levantó inmediatamente, más emocionada que cuando era Navidad, y corría directo a mirar los regalos debajo del árbol. Ella se agachó y de debajo de su cama sacó un frasco con una poción dentro, se puso un par de zapatos y salió de la habitación con sus amigos caminando un poco más atrás.

Remus se apresuró para alcanzarla y caminar a su lado, mientras que los otros tres merodeadores los observaban desde más atrás.

—¿Estás seguro de que está lista? —pregunta James a Sirius en voz baja, observando cómo la chica y el licántropo caminaban y charlaban alegremente.

● Devórame ● Remus Lupin y Tú ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora