1. Demasiado intenso, demasiado peligroso

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—Alissa! Porfavor, estamos llegando tarde—Escuche a Luca gritar desde la puerta cerrada de mi cuarto.

—Ya voy!—Dije de igual manera. Para ser mi mellizo no era muy parecido a mí.

Yo era la persona mas paciente del mundo, y él parecía una dinamita a punto de explotar todo el tiempo.

Termine de peinar mi largo cabello rubio dejandolo suelto, me rotoque un poco mas las pestañas y los labios... Y ya estaba lista para mi primer día del último año de secundaria. Acomode mi jean palazo mientras caminaba a la puerta.

—Al fin mujer!—Rodee los ojos hacía mi hermano—Tanto tardas en ponerte unos jeans y un sueter.

—Camina, ¿No estabas tan apurado?

—¡Alissa, Luca! Les queda 10 minutos para llegar a tiempo al colegio—Grito mi madre desde la cocina, los dos nos miramos empezando a bajar rápido las escaleras para ya irnos. Les tire besos rápidos a mis padres y a mis tres hermanos pequeños.

—Gracias por saludar Luca—Ironizo mi padre al ver a mi hermano ya estar en la vereda de casa.

—Los amo!—Clamo antes de que comencemos a caminar hacia la escuela. Enrede mi brazo con el suyo en el tanto de nuestros pasos.

—Todo tu culpa—Bramo. Yo bufé. Él amaba molestarme.

—¿Alguna vez dejas de quejarte? Te van a crecer arrugas—Avise acomodando su cabello despeinado, exactamente igual al mío.

Eramos bastantes iguales físicamente. Cabello rubio, ojos celestes, nariz respingada, labios entre medianos y gruesos, ojos afilados. Si, eramos parecidos. Al fin y al cabo eramos mellizos. Aunque por alguna razón, Luca era mas alto que yo, medía 1.81. Solo me pasaba por 7 centímetros, aún así no entendía por qué era mas alto.

Llegamos a nuestra escuela exactamente hablando de nuestra altura. Luca se tapó sus oídos por el chillido de mis dos amigas al verme, yo reí a carcajadas cuando saltaron a mí para abrazarme.

—Chicas nos vimos hace dos días—Recorde en el medio del abrazo.

—Es demasiado—Dijo Verónica al separarse. Sonreí. Atisbe a Luca alejarse camino a sus amigos, por suerte, no íbamos al mismo salón.

—Y es diferente, comenzamos sexto. Nuestro último año, ameritaba un buen abrazo—Aclaro Bridgette enredando su brazo derecho con el mío y el izquierdo con Vero, comenzando a caminar a la entrada del colegio.

—Que buen culo tienes Alis—Una carcajada salió de mis labios por el comentario repentino de Vero—¿Cómo es que lo haces?

—Literalmente no hace nada—Comento Bridgette por mí—Y las tetas son herencia de su madre—Levante mis cejas indignada.

—¿Que haces mirándole los pechos a mi madre?—Cuestione a la pelirroja.

—Es inevitable—Comento causando que reíamos.

—¿Escucharon sobre la alumna nueva que ingresará este año? A la regente se le escapó cuando estaba hablando conmigo—Informo Verónica acomodando su cabello.

El pelo de Verónica si que era algo para envidiar, era larguísimo y super lacio. Al igual que el de Bridgette por su color rojo, totalmente natural.

—¿Es seguro?—Pregunte curiosa. Vero asintió.

—Así es, dijo que ingresará hoy mismo—Se encogió de hombros.

Bridgette empezó otro tema de conversación hasta que llegamos a nuestro respectivo salón, y no había nadie nuevo, solo nuestros compañeros de siempre. Nos acercamos a ellos para hablar sobre nuestras vacaciones. La verdad, teníamos una gran convivencia entre todos, si bien, cada uno tenía su grupo. Todos nos respetamos y apreciábamos de cierta manera.

Entre Rosas y Espinas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora