2. Estúpida época tecnológica.

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—Zara Lambert y... Alissa Almada—Mis ojos se abrieron levemente al escuchar. Luego se dirigieron a la primer mencionada.

Parecía estar aliviada de que le haya tocado grupo conmigo, y verdaderamente era mera suerte, ya que los grupos eran en sorteo a cargo de la profesora de química. Salí de mi asiento para ir hacía el suyo.

Acerque una silla a su mesa y me acomode en ella sonriendo en el transcurso.

—Gracias a Dios me tocó contigo—Dijo suspirando. Yo reí un poco.

—Pensé que habíamos acordado en qué ibas a socializar.

—A mí Tiempo—Aclaro. Asentí comprendido—No soy que digamos genial en química, pero soy buena dibujando. Así que de eso me encargo yo—Propuso.

—¿Te gusta dibujar?—Pregunte realmente interesada. Ella afirmó con la cabeza.

—Pinto cuadros—Mis cejas se levantaron y una pequeña sonrisa se asomo en mis labios.

—¿Enserio? Es hermoso, quiero verlos.

—Algún día te lo mostraré—Me entusiasme al escucharla. Me encanta cualquier tipo de arte, y tener a una artista frente a mí era algo que me emocionaba. Ya casi no veían.

La clase de química paso escribiendo nuestro trabajo, que consistía en un recuento de lo que sabíamos del año pasado. Teníamos preguntas dictaminadas y había que responderlas. Yo fuí la encargada de escribir y Zara me ayudó a redactar.

Admito que fui un manojo de nervios, su mirada era demasiado intensa y no la sacaba un segundo de mis ojos.

A la parte de representar moléculas o hidrocarburos Zara se encargo de dibujarlos, y pude presenciar el don que tenía. Dibujaba excelente.

—El grupo que hoy salió por sorteo será el mismo para cualquier trabajo de ahora en adelante hasta que termine el año, no quiero quejas—Pude escuchar algunos bufidos y comentarios de desaprobación por el aviso de la profesora. Yo me quedé muda, mi compañera no me desagradaba en lo absoluto.

Las horas de clase se pasaron con literatura y nuevamente matemáticas. Al momento de salida me tuve que despedir de Zara, ya que no haríamos el mismo camino hoy, su papá la buscó de pasada.

—Nos vemos mañana Alissa—Le sonreí viendo cómo caminaba a su padre. Y como este la envolvió en un fuerte abrazo. Se notaba su gran cariño.

Me pregunte por su madre... Y por qué se habría mudado a Canadá. Dudo que sea verdad la respuesta que le dió ayer a nuestra profesora.

—¿Vamos Lis?—Cuestiono Verónica sacándome de mi ensoñación.

—Ah sí—Dije desorientada. Bridgette y ella se rieron. Entrelazamos nuestros brazos comenzando a caminar para nuestro destino.

La cafetería de Tito. Un manjar cualquier cosa que comieras o tomaras allí. Íbamos casi siempre, era nuestro pequeño lugar.

Una campana sonó cuando entramos a la cafetería, y el olor a chocolate caliente me inundó. Ya sabia que pediría.

Nos sentamos en una de las mesas del fondo, esperando a que nos atendieran.

—¿Te gusta?—Pregunto de la nada Bridgette mientras ojeaba el menú.

—¿Mhm?—Musite confundida.

—Zara—Mi ceño se frunció. La mirada de mis dos amigas se pusieron en mí, expectantes.

—¿Qué?—Casi grite—La conocí ayer—Recorde.

—¿Y?—Cuestiono Bridgette como si no fuera nada.

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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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