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No puedes recordar cómo llegaste a este punto. El mismo hombre al que habías estado persiguiendo durante años ahora estaba rebotando arriba y abajo de tu polla en pura felicidad... ¿qué diablos pasó?
Tenías un enamoramiento con un hombre llamado Kento Nanami, que había estado trabajando en tu empresa desde hace algún tiempo. Lo conociste cuando era un tipo nuevo, ya que eras el asistente del tipo que tenía que mostrarle las cuerdas. Pensaste que era una persona lo suficientemente agradable, no demasiado habladora, pero aún así no tímida. La única conversación real que tuviste fue en una cena de empresa. Habías estado sentado el uno frente al otro y decidiste entablar una conversación con él.
Durante toda la noche, ambos hablaron de esto y de eso, mientras él bebía, nunca bebieron mucho, así que decidieron que esta noche no era la noche para tratar de aguantar. Aprendiste mucho sobre él esa noche desde que sus labios se habían soltado del alcohol, y supones que fue entonces cuando todo comenzó. Pasaste meses después de eso tratando de que él saliera contigo. Tampoco eras tímido al respecto, saliste y confesaste, por supuesto, que él pensaba que estabas bromeando, pero eso no te importaba, nunca dejaste de coquetear con él. Hablarías con él todos los días haciendo todo lo posible para almorzar con él y otras cosas para tratar de cortejarlo.
"Escucha, creo que deberías quedarte a cenar, sé que es un cliché, ya sabes, quédate a cenar porque está lloviendo y te confesaré mi amor todo eso. Pero creo que será más seguro y pasamos mucho tiempo en este proyecto y creo que nos vendría bien un descanso, además de que ya sabes que me gustas y que soy un cocinero increíble.
Y no es como estas horas extras o algo así. Dijiste que te movías por tu cocina para empezar a preparar la comida. "Supongo que está bien, pero no intentes que me quede más tarde". Dijo como respuesta mientras iba a sentarse en la isla.
Después de hacer el plato y servirlo, te sentaste frente a él y comiste en silencio. "¿Hay algo que te gustaría beber mientras comemos? Tengo vino, cerveza, champán, agua y algunos refrescos". Dijiste después de tragar un bocado de tu comida. "Un poco de vino estaría bien, preferiblemente tinto". Dijo en respuesta "Sí, tengo un poco de Saldo... ¿Sirve?" "Es aceptable." Serviste a los dos un poco de Saldo, aunque te serviste menos solo para que puedas mantener una mente clara en tu propia casa.
Había pasado el tiempo y te habías terminado una botella de Zinfandel. Recogiste los platos y los metiste en el lavavajillas. Estabas agradecido de no haber bebido tanto, ya que parecía que a tu contraparte le estaba costando estar lúcido. Se había levantado para ayudar con los platos pero terminó inclinándose sobre ti y frotando su cara contra tu cuello. Decir que esto era vergonzoso era quedarse corto, tu compañero de trabajo probablemente no solo estaba borracho, sino que también era el mismo hombre que te había atraído durante meses.
"Está bien, Nanami, estoy seguro de que no tienes la mente muy clara en este momento, así que ¿por qué no duermes en mi sofá? Me aseguraré de que sigas tu camino después de que hayas recuperado la sobriedad". Le dices tratando de quitarte los brazos de encima y comienzas a caminar hacia el sofá. Obviamente no le gustó esta idea mientras se quejaba de aferrarse a ti con más fuerza. Una vez que lograste ponerlo en el sofá, te volteaste para alejarte y tomar la manta que se había caído en el proceso cuando él te agarró y caíste encima de él, obviamente disfrutó la posición mientras lloraba y comenzaba a envuelve sus brazos alrededor de tu cabeza. Esta fue una posición muy comprometedora para ti, podías sentir que empezabas a ponerte duro y ruborizado. "Mira Nanami, somos compañeros de trabajo y, aunque sí, realmente me gustas, no creo que sea apropiado que haga esto cuando estás ebrio". Conseguiste liberarte de su agarre mientras él gemía y se levantaba. Le tienes la manta y en cuanto se situó se quedó dormido.
Terminaste los platos y decidiste seguir adelante e irte a la cama ya que Kento ya estaba dormido por la noche. Te quedaste dormido bastante rápido ya que estabas exhausto por el trabajo y tratando de lidiar con Nanami.
[. . .]
Estabas teniendo el sueño más extraño cuando te despertaste con una sensación extraña. Sentías que alguien estaba en tu habitación, mirabas el reloj y veías que eran las 4 de la mañana. Quitándote el sueño de los ojos, miraste a tu alrededor para ver a Nanami parada cerca de tu cama, confundido y un poco con miedo preguntaste: "¿Qué estás haciendo aquí Nanami? ¿Quieres irte a casa ahora? Puedo levantarme y llevarte si realmente quieres irte." Él no respondió solo acercándose a la cama. "Nanami? Nanami, me estás asustando un poco, no puedo verte tan bien". En ese momento ya estaba al pie de tu cama, no podías ver su rostro pero sabías que era él, ¿por qué no llevaba pantalones...? "Kento ¿estás bien?" Se subió a tu cama y comenzó a arrastrarse hacia ti mientras retrocedías. "¿Todavía estás borracho, Kento? Me estás asustando, háblame". Ahora estaba a horcajadas sobre ti mirándote, habías puesto tus manos en sus muslos para estabilizarlo, cuando comenzó a frotarte supiste que algo estaba raro.
Todo eso llevó al ahora. Donde el hombre que habías estado persiguiendo durante meses ahora estaba encima de ti montándote como si su vida dependiera de ello. Con cada movimiento de su cuerpo, jadeaba ante lo profundo que llegabas. Esta era tu tercera ronda y ya amanecía. Ambos estaban sudando y jadeando, el placer que corría por sus venas los estimuló y continuaste dejándolo montarte mientras él usaba tu pecho para estabilizarse. La vista era impecable. No podías creer que estabas experimentando esto con el mismo hombre con el que querías pasar todo tu tiempo. Todo era perfecto como él.
Realmente esperabas que esto significara que él finalmente te tomaría en serio y te permitiría amarlo con cada fibra de tu ser. Pero por ahora te concentras en el tiempo que tienes con él y no en el hecho de que hoy es un día de trabajo.
