¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
★ Mikey ★
Tu corazón dio un vuelco cuando viste a tu bebé fuera de su cuna. Numerosas campanas de alarma suenan en tu mente cuando inmediatamente pensaste en lo peor. Podrías haber jurado que la acostaste y te duchaste hace menos de 20 minutos aprovechando el tiempo en el que no tenías que atender a tu hija.
–¿Emma? ¿Dónde estás?– Gritas al tranquilo apartamento cuando no escuchaste respuesta, inmediatamente entraste en pánico.
¿Qué pasaría si la secuestraran? ¿Y si trepara por el balcón y se cayera? Está bien, no importa, tu hija era una niña pequeña, solo las dos primeras opciones eran las más creíbles. Tu mente cansada estaba enloquecida y no podías darte el lujo de pensar racionalmente. Entonces, inmediatamente abriste de golpe la puerta de tu habitación, pensando en todas las cosas que puedes traer para localizar a tu pequeña, solo para dejar escapar un grito ahogado ante tu marido dormido, con la manta levantada hasta la nariz. ¿Cuándo llegó aquí?, pensaste antes de que sus ojos se abrieran. Lentamente te acercaste a Mikey, sacudiéndolo suavemente para terminar de despertarlo, responde con un suave gruñido, un poco molesto por irrumpir su sueño.
