Dreamcatcher (Frededdy)

1. Crystalised -The XX

—Entonces… ¿Tú eres Fred… ?—

Fué la pregunta que salió de los labios de la rubia, observando con atención el color de los ojos de su amigo… ¿sus amigos? Esto era muy confuso para ella.

—No, Ann, soy Freddy.—

El moreno dejó salir un suspiro, esto comenzaba a ser demasiado complicado.

—Ah… Entiendo… Uhm ¿Puedo hablar con Fred?—

La pregunta dejó a ambos chicos perplejos. Era la primera vez que alguien  (sin contar al psiquiatra) buscaba hablar con Fred de manera intencional.

—¿He oído bien? ¿Quiere hablar conmigo?—

Fred estaba tan extrañado como Freddy, flotando a su lado, sin separarse de su hombro.

—Parece ser que sí, Fred… adelante, sal.—

Ann le observaba mientras que, a sus ojos, hablaba con el aire. Era muy curioso todo esto, y definitivamente muy nuevo para ella también.

Al cabo de unos segundos, por fin se dió cuenta del cambio.

—!Tus ojos, claro! Tiene mucho más sentido ahora ¡Cuando es Fred, tus ojos son negros y blancos! Pero cuando es Freddy, ¡son azules!—

La de ojos magenta estaba asombrada, orgullosa de sí misma por haber conseguido dar con la clave para diferenciarlos.

Fred, en cambio, estaba confuso. Muy confuso ¿ojos negros? No tenía ni idea de que sus ojos fuesen de ese color…

—Si, Fred, tus ojos son negros… ¿De verdad nunca te habías fijado?—

—N… ¿no? No tenía ni idea…—

Pasaron varios minutos hablando, de vez en cuando intercambiando entre Freddy y Fred, y Ann parecía llevarlo bastante bien.

Hacía varias preguntas, cosa que era normal, pero habían algunas que ninguno de ellos sabía responder.

—Entonces, cuando vais a dormir, ¿ambos dormís? O si uno sueña ¿El otro puede ver lo que sueña? ¿O tiene sueños independientes? Oh, oh, Freddy, ¿alguna vez sueñas con Fred?—

Tanta pregunta seguida les comenzaba a saturar, pero aún así hacían lo mejor que podían en darle respuestas útiles.

—Pues, uhmm… alguna vez si que habré soñado con Fred, ¿supongo? No es algo que ocurra mucho…—

Sus ojos rápidamente pasaron de azules a negros.

—Bueno, yo también tengo mis propios sueños… puedo estar en la mente de Freddy, nunca lo he probado pero si me queda de despierto, quizás podría ver lo que sueña.—

Contestó Fred, una pequeña sonrisa traviesa formándose en sus labios.

—Ni se te ocurra, Fred, yo no invado tu privacidad de esa manera.—

Sus ojos cambiaron de nuevo a Azul.

—¿Qué privacidad? No es como si pudiese escapar de ti…—

Freddy rodó los ojos. La rubia se veía bastante confundida aún, pero también parecía estar satisfecha con las respuestas que había obtenido.

—Bueno, Chica, se está haciendo tarde, deberíamos volver a casa…—

Le sonrió el castaño, a la que Ann coincidió y se despidió.

Hoy le tocaba a Fred controlar el camino a casa.