Historia de chuthibede
Hoy es igual pero tal vez mañana sea diferente aunque día tras día sea igual.
Él pensaba que sí, sus canas gradualmente se volvieron grises con el paso de los años.
O todavía recuerda ese día o no...
Que estaba viejo, que ya no tenía la mente clara o que estaba loco como decían las enfermeras y los médicos...
Entrecerró los ojos y se sentó bajo el peral, sus labios murmuraban los números por costumbre.
El aroma de las flores de pera flotaba en el viento, los cálidos rayos del sol que pasaban a través de las hojas aterrizaban suavemente en los hombros de su camisa.
Se rió entre dientes como si recordara la alegría y de repente lloró inexplicablemente.
La enfermera se quedó a cierta distancia, vio todo pero no dijo una palabra, ya estaba acostumbrada a esa imagen.
La escena es tranquila aunque las emociones son caóticas, como la nostalgia y el anhelo.
Aunque cuando le preguntaron dijo que no recordaba nada...
O como había oído brevemente:
- El fin de la nostalgia es el olvido.
Quizás se haya convertido en una obsesión, grabada profundamente en el alma y en el cuerpo, grabada tanto en la alegría como en la tristeza.
Sólo aparece en momentos aleatorios, antes de que puedas atraparlo, se va volando.
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Hoy es un nuevo día, como siempre aunque sea un nuevo día.
El anciano estaba sentado apoyado en la cabecera de la cama, sus ojos azules se habían descolorido debido a la salud.
Ya no es brillante ni saludable como antes.
Los ojos azules se llenaron de tristeza, en el fondo de sus ojos también había un leve rayo de esperanza.
Todavía espera el día en que sus recuerdos regresen para poder comenzar su viaje nuevamente.
Pero... ¿por qué usó la palabra "otra vez"?
Sus largas pestañas cayeron levemente, no recordaba nada, solo era su intuición de que estaba dejando algo sin terminar.
Lo que quiere y debe hacer.
Sus párpados se volvieron más pesados y se cerraron, y se quedó dormido.
- No sé si volveré a despertar, o si esta será la última vez._Pensó para sí mismo por un momento.
....
Takemichi se fue, en un hermoso día soleado, se fue sin despedirse.
La enfermera se paró junto a la cama pensando que esto era una liberación para él.
Habiendo cuidado de Takemichi durante mucho tiempo, aunque todavía tenía sentimientos, no se entristeció por su partida, porque ese era el mejor final.
En lugar de vivir en una espera desesperada, morir será la liberación.
Ella es la que está más feliz por él que nadie.