No tengo muchos recuerdos de mi niñez, pero uno de los más vívidos es estar rodeado de humanos con batas blancas. Cada día, nuevas inyecciones, cada día, abrían partes de mi cuerpo o sacaban sangre. Era una tortura constante.
Cuando tuve la edad suficiente, empezaron a entrenarme. Al principio solo era correr, pero pronto me enseñaron a disparar y a luchar cuerpo a cuerpo. Decían que yo era una maravilla genética; si podían hacer más como yo, la CGO ganaría la guerra.
Me di cuenta rápidamente de que, aunque físicamente parecía un humano, poseía una fuerza y velocidad superiores. Recuerdo el día en que me llevaron ante ella, Myrrah.
Escuché a uno de los científicos decir que, aunque éramos similares, ella estaba hecha para liderar y yo para matar. Ambos envejecíamos más lentamente, y nuestras capacidades podían ser ilimitadas.
Todo se volvió rojo y empecé a escuchar su voz. No movía los labios, pero sentí como si estuviera dentro de mi mente.
Myrrah: Haz caso a lo que te dicen.
Sentí un deseo innato de obedecerla.
Los años pasaron, y otros experimentos comenzaron a aparecer. Los llamaban Locust. Algunos eran muy diferentes, pero otros destacaban, como Uzil Shrak, un Locust gigante con una fuerza incomparable, o Ukkon, cuya gran inteligencia respetaba.
Me llevaba bien con ellos; había una conexión extraña, como si fueran mis hermanos. Probablemente ellos sentían lo mismo; después de todo, Mirra y yo éramos los únicos "humanos" que no querían matar.
Me convertí en un guerrero formidable, aprendiendo a manejar todo tipo de armas. Sin embargo, lo que más me gustaba era mi cuchillo, un arma más grande y pesada de lo normal que me permitía asestar cortes y tajos como si fuera un mandoble.
Aunque tenía el cuerpo de un humano de unos 15 años, ya habían pasado 30 años. Hice una gran amistad con Ukkon, pero con Uzil la relación fue muy diferente. A menudo nos enfrentábamos, tanto en entrenamientos como por diferencias personales. Nunca pudimos terminar los combates; siempre éramos interrumpidos por los guardias.
Un día, después de un entrenamiento diario contra Uzil, salí algo herido y escuché a unos guardias decir que Myrrah había tenido un hijo con un científico, y que él había huido del laboratorio. Al día siguiente, nuevamente todo se volvió rojo y escuché su voz:
Myrrah: Mis hermanos de sangre y espíritu, hoy nos encontramos ante un momento crucial. Durante demasiado tiempo, hemos vivido bajo la sombra de los humanos, soportando su arrogancia, su crueldad y su desprecio hacia nuestra existencia. Nos han tratado como simples herramientas, como bestias sin alma, pero hoy, ¡eso termina!
Allí, en los fríos pasillos del laboratorio de Miles Samson, reside la raíz de nuestra opresión. Este humano, con su insaciable sed de poder, ha experimentado con nuestra gente, buscando utilizarnos para sus oscuros fines. Nos ha manipulado, nos ha esclavizado, y ha pretendido ser nuestro amo. Pero Miles Samson no es un amo; es un cobarde que teme el poder que llevamos dentro.
¡Mirad a vuestro alrededor! ¡Somos los Locust!, nacidos para reclamar este mundo. No seremos juguetes de científicos ni herramientas de guerra. Somos una fuerza imparable.
Hoy, levantamos nuestras voces y nuestras armas en un acto de rebelión. No más cadenas, no más sumisión. Es hora de que Miles Samson y los suyos conozcan el verdadero terror. Es hora de que entiendan que no somos experimentos fallidos, sino una raza digna de respeto y temor.
Uníos a mí, hermanos. Atacaremos el laboratorio y demostraremos nuestra fuerza. No dejaremos piedra sobre piedra. ¡Que sus muros caigan, que su tecnología se destruya, que su arrogancia se extinga bajo nuestras garras! ¡Lucharemos con la ferocidad de quienes no tienen nada que perder y todo por ganar!
Hoy, los Locust se liberan de las cadenas de la opresión. Hoy, comenzamos nuestra verdadera ascensión. ¡Por nuestra raza! ¡Por nuestro futuro! ¡Por la Horda!
Sus palabras llenaron mi alma con su rabia; sentía como si esa ira corriera por mis venas.
De repente, se escucharon rugidos y gemidos de todo tipo en todas las instalaciones. Nuestra ansiada rebelión había comenzado.
Con toda mi fuerza, destruí la puerta que me tenía encerrado en mi celda. Vi a dos guardias; me lancé hacia ellos. Al primero lo agarré por el cuello, lo levanté y lo estampé contra el suelo. Antes de que el segundo guardia pudiera reaccionar, golpeé su pierna derecha, y cayó boca arriba. Con un rápido movimiento, le golpeé la cabeza, reventando su casco y su cráneo, esparciendo sangre por todos lados.
TN: [jadeando]
Tomé sus armas: una pistola de cañón corto y una Lancer retro con sus respectivos cargadores. Giré la cabeza y, detrás de mí, había 34 Locust que habían escapado de sus celdas.
TN: ¡Hoy es el día, hermanos! ¡Maten a los humanos, muestren su furia! ¡Por la Horda!
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Hola soy el escritor de esta historia, ojala esten todos bien y espero les haya gustado esta lectura llevo mucho tiempo queriendo hacerla ya que amo y adoro el universo de este juego que hizo gran parte de mi infancia, cualquier critica o mensaje de apoyo o sugerencia sera leido y aceptado con gratitud, buena suerte en todo lo que esten haciendo, buenas noches o buenas tardes o buenos dias dependiendo cuando lean esto, un abrazo ATTE:PrioroOscuro
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Gears of War X Tn otra perspectiva
FanfictionEstá historia remonta después del "incidente" (la fuga Locust) del monte Cadar... Tn un experimento de Niles su creacion mas cercana a un Dios, lo unico que conoce es la hondonada... sus hermanos locust y su Reina, en su corazon un sentimiento de re...