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🕷...

Roier se encontraba desayunando con su familia y su amiga, disfrutando de esos momentos que traían a su mente recuerdos entrañables. Había extrañado la comida de su hogar; nada se comparaba con los platillos preparados por su padre omega, quien también había sentido profundamente su ausencia.

Para recibir a Roier y a su amiga, su padre preparó un desayuno digno de los dioses. Con amor y dedicación, le ofrecía un bocado a su hijo menor, como cuando era pequeño, lo que provocó una chispa de celos en su hijo mayor, que los observaba con una mezcla de enojo disimulado mientras mordía un pan con mermelada.

-Come esto también, mijo -le decía su padre.

-Luego dices que no tienes favoritos, ¿no, jefa? -interrumpió el mayor, con un tono de falsa indignación.

-No estés celoso. Sabes que tu hermano nos visita cada que puede. Ser abogado debe ser difícil, ¿no, querido?

-No tienes idea de lo dura que es mi vida, ama. Siempre te extraño y me gustaría estar aquí contigo. No tienes idea de cómo envidio a Mariana que sí puede estar contigo.

Conmovido, el pelinegro abrazó a su hijo mayor para consolarlo, besándolo en la cabeza. Mientras tanto, el menor le sacaba la lengua, lo que provocó la risa de la chica beta presente, divertida por la pelea entre los hermanos.

-Yo también extrañaba tu comida, tío Quackity. Nada se compara con la suya -comentó Rivers, con una sonrisa.

-Qué linda eres, Rivers. Sabes que siempre puedes venir aquí; tú también eres como mi hija.

El pelinegro se acercó a la beta para darle un abrazo, mientras el mayor ponía los ojos en blanco y se levantaba indignado.

-Ya veo que no soy querido en esta mesa, así que me iré. Al menos allá afuera tengo a un pretendiente que me ama.

-No te irás de aquí, cabrón. Tu hermano llegó y te quedarás aquí para pasarla juntos en familia, ¿oíste?

-Tengo pendientes, jefa. No puedo quedarme aquí...

-¿Quieres que use la sartén de nuevo, no?

-Creo que mis pendientes pueden esperar. De todas formas, amo pasar tiempo con mi hermanito, ja, ja.

El omega y la beta rieron juntos al ver esa escena típica entre el pelinegro y su hijo mayor. A pesar de todo, se querían profundamente.

-Oh, casi lo olvidaba... mijo, hoy preparé tu desayuno favorito. ¿Te acuerdas? Te encantaba cuando eras niño.

-Usted sabe que me encanta todo lo que prepara, ama.

-Ya lo sé, cariño. Por eso te preparé crepas rellenas de Nutella y fresas, como te gustaban.

El castaño se alegró al escuchar eso, pero cuando su padre acercó el platillo, una repentina náusea lo invadió. Rápidamente salió corriendo, sorprendido a todos los presentes. La chica beta, preocupada, corrió tras él.

El desayuno, que había comenzado con risas y recuerdos, se tornó en un momento de preocupación y confusión.

🐻...

En un vehículo que se dirigía hacia un restaurante cercano, un chico castaño conducía mientras en la parte de atrás un pelinegro miraba su celular, sin poder creer que estaban yendo a ese lugar solo por un plato tradicional. A veces pensaba que los amigos de su padre eran un tanto peculiares.

-No puedo creer que retrase mi viaje por un plato tan simple de preparar. A veces no entiendo al tío Luzu -se quejó el pelinegro.

-Oh, vamos, Spreen, no te enojes. Quizás al señor Luzu le gusta cómo lo preparan aquí. ¿No pensaste en eso? Además, leí las reseñas del lugar y todas son muy buenas. ¿No te gustaría probar algo antes de subir al avión?

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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𝙳𝙴𝚂𝙴𝙾 𝚀𝚄𝙴 𝚂𝙴𝙰𝚂 𝙵𝙴𝙻𝙸𝚉 |SPIDERBEARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora