P r o l o g o

315 24 8
                                    

Los ojos de la adolescente se abrieron al instante cuando escuchó la alarma. Rápidamente se levantó de la cama, aunque en el proceso se enredo con las sábanas y se dio un fuerte golpe contra el suelo.

•••

—¡Hola a todo el mundo! —saluda Alegría feliz mientras se acomodaba un micrófono—. ¡Soy alegría y estoy hablando desde la mente de Riley! ¡Pero qué gran horrible inicio de día! ¿No? ¡Es la entrada de... Tristeza!

La mencionada rápidamente toca la consola, provocando que Riley bote unas cuantas lágrimas.

La rubia rápidamente se levanta y se pone a buscar la ropa que se pondría, pero de encuentra con una chalina verde con puntos rosas y morados que su abuela le había regalado, el cual picaba horrible.

•••

—Esta es la entrada de; ¡Desagrado!

En ese momento desagrado (con fuertes ganas de vomitar), toca la consola, volviéndola verde.

•••

Riley rápidamente lanza la chalina a un lado con cara de disgusto para seguir buscando ropa.

Tras cambiarse, Riley busca su tarea, pero no la encuentra.

•••

—¡Y esta es la entrada de Ansiedad!

La mencionada rápidamente toca la consola, provocando que Riley se aterra con la idea de no haber hecho la tarea, pensando en lo horrible que podría ser su día en la escuela si no la encuentra.

•••

Al bajar las escaleras, Riley ve a sus (canosos) padres sentados. La mesa estaba totalmente decorada con globos y otras cosas, junto a un cartel que decía; "Feliz última semana de escuela". Bill y Bill incluso llevaban sombreros de fiesta.

•••

—¡La hora del grandote! ¡Vergüenza!

Vergüenza toca la consola, volviéndola rosa.

•••

Riley rápidamente se sonroja por eso, de niña no le importaba que sus padres celebran cualquier cosa, pero al crecer las cosas cambian.

Mientras Riley desayunaba, veía un comercial donde aparecía una mujer con el cabello hermoso.

•••

—¡La emoción más pequeña y adorable del cuartel; Envidia!

—Desearía tener el cabello como ella —dice la pequeña tocando la consola.

•••

Riley rápidamente aparta la mirada del comercial y cambia el canal para no tener que mirar mal a la chica.

La rubia termina de desayunar y al salir de su casa, un chico se chica con ella, pero en vez de disculparse, se va corriendo.

•••

—¡Lo conocen! ¡Lo aman! ¡El es; Furia!

—¡Con qué no te disculparas! ¡Pues ten esto! —jala dos palancas.

Intensamente 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora