II

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Desde que Sonic conoció la magia, aunque no le creía a esa mujer, una parte de él se aferró a la duda.

"Las cartas me expresan que tu esposo está muy triste por su partida... pero te ruega que olvides y dejes ir... que hagas tu vida y no te culpes"

Fue con otras videntes, las cuales usaban varios métodos de adivinación o comunicación con el más  allá y ninguna había  acertado tanto como Amy Rose.

Ella no solo había acertado en que era un chico trans sino que, ese embarazo,  era un secreto que apenas a Scourge le había  revelado y tristemente, perdió.

Había pensado en quitarse la vida, ¿Qué  caso tenía  vivir sin su pareja y además haber perdido a su bebé? ¿Era alguna clase de castigo divino? ¿A quién  había  dañado tanto? ¿Qué  debía? Para que la vida le haya arrebatado todo.

Pero siguió viviendo, tal vez más  por cobardía y miedo a la muerte, que por realmente disfrutar de la vida o querer siquiera hacerlo. Se arrastraba entre las reglas de la sociedad, trabajar para vivir, o en su caso... vivir para trabajar, que era la actividad que al menos le hacía desconectar el cerebro y le obligaba a enfrentarse al mundo manteniéndose estable.

Pero ahora tenía  la oportunidad de poder vivir para encontrarse con su esposo gracias a todas esas videntes, le habían dicho cosas que aunque fueran mentira, poco a poco, al pasar los meses, al esforzarse por ganar dinero y conseguir más  sesiones, las palabras de esas personas le reconfortaban.

Meses y meses, escuchando las mismas frases;

"El te ama mucho,  dice que quiere que seas feliz"

"Él  dice que no es tu culpa, que estés tranquilo"

"Él se encuentra bien, descansando en paz"

"Te pide que no le olvides, pero que busques el amor"

Cada vez que iba se daba cuenta que era todo una farsa, las mismas palabras, las wue obvio busca el cliente escuchar,  las mismas palabras condescendientes, compasivas y esperanzadoras, hasta que por fin, un día  se cansó de ser engañado.

—¿Conoces la ouja?

Sonic preguntó a la única  persona que ahora si que le creía,  tal vez iba primero una disculpa, pero la omitió.

La eriza le miró  molesta, esperaba que al menos después  de esos meses incómodos de ni siquiera mirarse y buscar pretender que ninguno de ambos existía para el otro, una buena disculpa saldría de esa boca y esas manos que casi quemaron su casa.

—... ... sí,  si la conozco, es la tabla que usan algunos mediums para comunicarse con el más  allá.

Le perdonó,  porque varias veces se preguntó si ella no habría  actuado peor en la situación en la que está ese chico.

—¿Sabes usarla?

Quería decir que no, pero nuevamente se ofreció a ayudarle.

Compró su propia ouja y la llevó a la casa de su compañera, ella le mencionó que tal trabajo lo harían sólo una vez debido a su peligrosidad, pues ella misma respetaba ese método como uno de los más  efectivos pero peligrosos para los seres vivos.

—Este instrumento es una puerta,  una muy grande y fácil de cerrar con un simple adiós  pero también fácil de olvidar hacerlo, e ahí  que prefiero usar las cartas.

—Sólo  te lo pediré  esta vez, no te preocupes.

—...Una vez que acabemos recomiendo que vendas tu tabla a un vidente o medium o la dones a un sitio sagrado para que ahí la sepan destruír, nunca se quema o deja por ahí olvidada debido a su facilidad de usar sin cuidado.

"Te Juro Que No Sentirás Más Dolor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora