Una hora, dos horas....

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Cambios y orientes nuevos rumbo al lugar que será mi hogar por seis años o más, asustada y aturdida por los ruidos de los coches, mareada, pensativa, ¿Será está la decisión correcta?
Dejando atrás a mi madre, ella desvastada y asustada haciéndose miles de escenas posibles. Y si está es la correcta decisión mi mente trataba de aceptarlo, la ansiedad inicia a presentarse, manos sudan, piernas tiemblan, inicio a jugar con  mi anillo, solo con la compañia de mi tío.
Una hora, dos horas, tres horas....., falta una simple hora para llegar, una hora para arrepentirme antes de llegar, me invade por completo un sueño profundo, ahora es demasiado tarde, cuatro horas.
Bajo dos maletas, una mochila y un bote de agua, mi amigo solo un suspiro.
Puerta de una cochera, la unica qué está entre medio de mi vida foránea.
Introduzco la llave lentamente con un suave tembloreo, el casero me estaba esperando en la casa, me dirige a uno de los cuartos, miradas encajadas sobre mi de siete chicas con quien seria mi nueva compañía era lo esperado. Deje las maletas en el suelo me despedí de mi tío con un fuerte abrazo. Solo él me menciono; pequeña recuerda que te amamos. Con una gran sonrisa y nudos en la garganta obserbe cómo subía a su coche y se alejaba cada ves más.
Entre a mi cuarto me recosté y un sueño profundo me atrapó.

La feliz vida de una loca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora