› bye my first... [ jichen ]

› 𝑓𝑖𝑣𝑒

A Chenle le gusto.

Jisung está seguro de que no es unilateral.

Y desde luego fue él quien cerró la distancia entre sus rostros para presionar sus labios una vez más, algo que Chenle recibió con agrado. Lo acercó más por la cintura una vez más, su otra mano mientras acunando el rostro angelical de Chenle. Jisung se infiltró en la caverna húmeda de la boca de Chenle con su lengua, mordisqueando su labio inferior en el proceso.

La mano del mayor descansaba sobre su pecho vestido, agarrando la tela con fuerza. Jisung continuó haciéndose pasó en su cavidad  mientras la saliva se acumulaba en la comisura de la boca de su mejor amigo por lo desordenados que eran. El fuerte latido de su corazón seguía resonando dentro de su cabeza mientras sostenía a Chenle más cerca de él.

Chenle lo empujó ligeramente, rompiendo el beso. Una vez más, estaba respirando con dificultad, luciendo pecaminoso para Jisung, quien apenas se contenía para no asustar más al mayor.

No podía creer que estuviera a un paso de sus fantasías, con el consentimiento de Chenle. Aunque de por sí, él estaba agradecido por lo que sea que Chenle tenga para ofrecer.

"¿No se supone que ahora me lleves a tu habitación?"

Chenle comentó y Jisung se puso manos a la obra.

Apretó a Chenle contra la puerta tan pronto como entraron, sin interrumpir el nuevo beso mientras sus manos vagaban por el cuerpo del otro. Se separó del beso para juntar sus frentes, sintió que Chenle lo miraba.

“¿Qué pasa?” le oyó preguntar.

"¿P-puedo quitarte la ropa?" Preguntó en voz baja, como si no estuviera devorando al mayor como un monstruo hambriento hace poco.

Chenle se rió entre dientes antes de guiar su mano hacia el dobladillo de su camisa. " Es absurdo que preguntes cuando ya me estás comiendo como a un animal hambriento".

"N-No digas eso." Jisung se sonrojó con sus palabras haciendo que Chenle se riera una vez más.

Jisung no perdió más tiempo y le quitó la tela al cuerpo de Chenle, prácticamente arrancó el cárdigan que usaba. Observó con desdén el cuerpo esbelto que se exhibía frente a él.

Ayer había estado soñando con esto y ahora lo tenía frente a él, todo para que Jisung lo sostuviera y lo marcara.

El calor recorría cada vena de su cuerpo haciendo que su pene se contrajera. No perdió más tiempo y volvió a unir sus labios mientras guiaba a Chenle hacia su cama. Solo separaron sus labios cuando tuvo que quitarse su propia camisa.