› bye my first... [ jichen ]

› 𝑡𝑤𝑜

[...]

“A-Ahh… Mierda, sí. Eso se siente tan bien”. Chenle aprieta la sábana con los puños mientras Jisung agarra la diminuta cintura con más fuerza, acercándolo por las piernas con la otra mano. "Ahh... Haa... "

Se mordió el labio inferior mientras miraba a Chenle, con lágrimas en el rabillo de los ojos y la boca abierta mientras se acumulaba saliva en la comisura.

"¿Sí? ¿Se siente bien?"

“Mhm… Hmm… Sí, sí, sí. Oh, mierda."

Sintió que el agarre de sus brazos se hacía más fuerte mientras se empujaba más profundamente, Chenle jadeaba siguiendo los movimientos.

"Mierda… ¡A-Ahh! "

Empujó con más fuerza, ignorando los jadeos cubiertos de dolor. Estaba tan apretado dentro de él, absorbiendo toda su longitud. Se siente como si se estuviera marcandl en el músculo tenso mientras este solo se aprieta en su longitud sin cuidado.

"Mierda. Estás tan jodidamente apretado”.
El sudor le goteaba por la frente, presionó más las piernas contra el pecho del chino y Chenle gimió con más fuerza por la profundidad.

"¡Mierda! ¡Mierda!"

El fuerte apretón alrededor de su longitud le provocó gemidos inevitables. Fue demasiado.

"Sí, ¿cómo estuvo eso?"

"Bien... muy bien". Chenle se mordió el labio inferior, amortiguando los ruidos que chasqueaba con la lengua. "Ugh- Muy bien."

"¿Mmm?"

“ Muy bien, Jisungie. "

Jisung se despertó con una sacudida
de su sueño, jadeando mientras recuperaba el aliento. Su corazón latía con fuerza, parecía como si fuera a escapar de su caja torácica en segundos. Estaba sudando frío y sintiendo cómo este líquido le goteaba por la cara. Se sentía demasiado pegajoso, ¿o era el líquido preseminal que le manchaba los pantalones?

"Mierda."

Cogió su teléfono, sólo para ver que sólo habían pasado dos horas desde que cerró los ojos. ¿Dos horas? Dos jodidas horas y ya estaba teniendo un sueño húmedo sobre su mejor amigo.

Definitivamente hay algo malo con Jisung.

"¿Qué carajo?" Miró su ventana, la luz del farol de la calle se filtraba a través de la tela de la cortina. "¿Qué demonios es lo que me pasa?" Se secó el sudor, se frotó la cara después y se dejó caer en el sofá sin creerse lo recién sucediso. “¿Qué carajo? ¿Qué carajo fue eso? ¿Qué carajo me pasa?"