Bienvenido a roomie, ¿Listo para encontrar a tu nuevo compañero de casa?
Del uno al diez ¿Que tan bien la pasaste con tu roomie?
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Los primeros días con la bebé fueron Pero horribles. De verdad que levantarse a darle de comer a la bebé era muy pesado.
Pero lograron acostumbrarse al mes, por cierto, la pequeña Amaris ya tenía un mes. Y algunos amigos del chico habían ido a conocerla.
—No mames Aldo, si no es Copypaste.— dijo Osvaldo apenas vio a la bebé — —Yo pensé que iba a ser pelirroja.—dijo Molly— —Todos.—dijo Amaya — —pero salió ojiazul. —dijo Osvaldo cargando a la bebé — —Esta bien chula, ¿apoco no?—dijo el morocho aún lado del alto — —La verdad si, está bien bonita.— contestó Osvaldo viendo a la bebé —Yo soy el tío de oro, cualquier cosa ya sabes.—dijo y la bebé soltó una risita —Mira, me adora. —Solto el alto— — le caes bien.—dijo la pelirroja — —¿Te caigo bien Amaris? —pregunto a la bebé y está solo se rio en respuesta — —No Amaris— exclamó el morocho — —Envidioso—dijo el alto — —pobrecito—dijo Molly burlándose del morocho —
Luego de unos días sus amigos se tuvieron que irse, el morocho no soltaba a la bebé para nada.
Unos pocos días después de la visita de sus amigos, apareció en la puerta su mamá y su hermana.
—¿Que hacen aquí?— pregunto Amaya — —Venimos a ver a tu hija, con eso de que no nos dijiste que ni ya había nacido—contesto su mamá pasando a la casa— —Si les dije— dijo Amaya cerrando la puerta e ir tras ellas — —Y dónde está?—pregunto emily — —La tiene Aldo, Deja le digo que venga.— —Que poca la tuya, te embarazaste para que se quedará contigo —solto Emily — — Voy por el, en un momento vuelvo —solo se limito a decir Amaya para ir por su esposo — . . —¿Me prestas a la niña?—dijo Amaya alzando un poco los brazos— —No, para qué? —respondió el morocho haciéndose aún lado aún con la niña en brazos —Vino mi mamá y mi hermana, quieren verla—explico Amaya — —Vamos—dijo dando a entender que no le daría a la niña — —Aldo dame a la niña — volvió a decir Amaya — —No, tu ya tuviste nueve meses.—dijo para empezar a alejarse un poco de la chica — —bueno, no me la des. Pero se la vas a tener que prestar a mi mamá.— Dijo amaya —pues ya que —accedio—
Cuando ambos volvieron a la sala, se encontraron a la madre y hermana de Amaya secreteandose.
—haber prestenmela—dijo Emily y el morocho se la dio no muy convencido— —Esta.. bonita —dijo de mala gana, pareciera que se ahogaba con las palabras —¡Mira! Saco tus ojos —solto sarcástica —
Durante su visita ambas tiraban comentarios pasivo-agresivos tanto como para la niña como para la familia en general.
—¿Y como se llama?—pregunto Emily — —Amaris—contesto Amaya — —¿Cómo? Apuesto a que tú lo escogiste. Tienes tan pésimo gustó.—respondio su mamá — —A mi me parece lindo. Abstente de aventarle tu veneno a mi hija —respondió Amaya algo irritada— —Solo dije la verdad.—Solto— —Tu hermana tiene razón, tu nunca fuiste tan buena como nosotras.. solo mira. Eres la copia de tu papá, desde su horrible pelo hasta tu sonrisita estúpida. — —¿Asi era papá? Igh, agradezco haber salido a ti mami— dijo emily y miro a la niña — — ¿segura que es de el? Porque conociéndote—pregunto emily. —
Amaya miro a su esposo, este la miraba con la misma cara, era una pregunta bastante estúpida, Amaris era la copia de Aldo, Amaya sentía que lo pasó por la cabeza del morocho fue "¿No está viendo que es una copia mía, vieja pendeja?"
Igual, Amaya no iba a permitir eso.
—Suficiente—dijo Amaya para caminar y quitarle a la bebe a su hermana.— No voy a permitir que vengan a faltarme el respeto a mi y a mi familia en mi propia casa.— —¿Pero pero que te alteras? Acaso le atinamos a algo?—insinuaron — —No, Y si van a hacer insinuaciones estúpidas les voy pedir que se larguen de aquí.— —No, esta mal que nos corras asi, cuando solo vinimos a ver a tu hija — —pues yo no las quiero aquí, vayanse—ordeno Amaya, aún que a ver qué no se pensaban ir intervino el morocho. —Les voy a pedir que se vayan, mi esposa no las quiere aquí y yo mucho menos, no voy a tolerar que vengan a nuestra casa a faltarle el respeto a mi hija y mi esposa. —dijo ahora el morocho, ambas los miraron ofendidas y se levantaron.— —¿Que estan esperando? Larguense ya, no las quiero volver a ver.—exclamo Amaya molesta para empezar a guiarla hasta la puerta.— —Es igualita a papá, ahora entiendo por qué nos dejó. Agradezco ser como mi mamá—dijo emily— —y le convenía a mi mamá que te parecieras a ella. Si no mi papá no iba a creer que eras su hija, y no las quiero volver a ver en mi casa — soltó Amaya y azotó la puerta dejándolas afuera. — . . . — ¿Como vez a esta estúpida? —dijo viendo a su esposo que ya estaba sentado en el sillón jugando con la bebé — —Si, Pero lo bueno es que ya las pusiste en su lugar. —respondió el chico — —Espero y entiendan, Que les pasa vienen a mi casa a hablar mal de mi familia, y para colmo meten a mi papá en todo esto. — —Perdoname por preguntar pero, ¿Por qué tú mamá te trata así?— preguntó — —porque le recuerdo a mi papá, Cuando niña mi papá se harto de mi mamá y se fue, y a mi mamá le enoja por algún motivo que sea idéntica a él. —Explico— —Y que onda con lo de Emily, ¿Porque le dijiste eso?—pregunto— —Porque mi mamá engaño a mi papá y quedó embarazada, le hizo creer a mi papá que emily era suya, Pero no.— dijo — —que mal rollo, pero ya brincalo, No dejes que te amarguen— dijo el chico — —sip, eso trato. Pero con ellas son solo problemas, apuesto a que ya le dijeron a toda la familia lo mal que las trate — dijo para tirarse a un lado de el— —Bueno, que te parece si para que se te olvide el mal rato, le decimos a mi mamá que nos cuide a Amaris un rato y tú y yo nos vamos por ahí.— sugirió el chico — —¿Crees que quiera cuidarla? —pregunto Amaya — —ella me lo pido — respondió el morocho
Y bueno, ya tenían un plan.
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—Y adónde vamos?—pregunto Amaya en el carro— —a dónde quieres ir? —A la feria. Hace rato que no voy —dijo Amaya — —Pues a la feria entonces.— dijo el chico — —pero está vez si te vas a subir conmigo a los juegos eh— —No mi vida, te amo y todo pero eso te subes tu solita— dijo y la pelirroja rió — —Miedoso—dijo Amaya —
Durante su ida a la feria fueron de aquí y allá Se subieron a varios juegos, solo se subió Amaya en realidad. El chico solo accedió a subirse a las sillas voladoras y al gusanito.
Caminaron por los puestos hasta que se toparon con un pequeño disfraz
—Hay que comprarle este a Amaris —dijo viendo el disfraz de tortuga —dijo Amaya —No, pobrecita —respondió el chico — —odioso—dijo Amaya — . . . . . . . . . . .
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