Después de su primer encuentro. Mina decidió darle un par de tips, cómo escuchar música, ver algo que le guste a la hora de inspirarse.
Así, los dos días pasaron, y el viernes, día que se había anunciado la primera nevada de aquel año. Mina se encontraba guardando sus cuadernos para ir a ver a Chaeyoung. Con quién había arreglado estar en la habitación cuando comenzará la gran nevada esperada.
O al menos para ella. Había sido esperada.
–¿Escuchaste que por fin la chica muda se juntó con alguien?–escuchó a su lado.
No necesitaba darse cuenta de que estaban hablando de ella. No hablaba o se comunicaba con sus compañeros y fuera de la institución no tenía amigos.
–¿Será que la obligó? Escuché que sólo se quedaron ahí– reconoció la voz de Nayeon, una chica unos dos años mayores que ella.
Eran grandes y estudiaban psicología ¿No era hipócrita hacer eso? A veces pensaba.
Aún así, tan solo restó importancia. Levantándose y sin apuro alguno, se dirigió a la salida.
–¡Mina espera!–gritó una voz, para luego escuchar los pasos apresurados posándose a su lado.
–Jihyo ¿Pasó algo?– Jihyo, presidenta de la clase, estaba encargada del bienestar del aula.
–Solo quería—agarró una bocanada de aire, sintiéndose agotada después de correr atrás de Mina—preguntarte si estás bien. Escuché a Nayeon y Sana hablando.
–Si, no es nada eso—restó importancia.
–¿Segura?
Mina asintió.
—En esta institución cualquier novedad es comentada, no me importa mucho realmente.
—Es cierto, pero sigue estando mal que comenten de esa manera.
—Es verdad, pero tampoco voy a armar un alboroto por unos comentarios.
A Mina le agradaba Jihyo, en su mente, la chica era alguien justiciera, quien no se tomaba su puesto como cualquiera, buscaba el bienestar de todos. Aunque a veces significa llamar la atención.
Le encantaría poder hablar más con ella, pero sin embargo. Jihyo era una mujer ocupada, que siempre estaba plagada de cosas. Que la escuela, que ser la presidenta, que sus amigas.
A veces se preguntaba cómo seguía cuerda aquella chica.
Aún así, Jihyo al asegurarse que Mina decía la verdad y prometerle que tratara que Nayeon deje de parlotear (en sus palabras), se despidió con una gran y amable sonrisa.
Mina volvió a su trayecto a la habitación. Que no tardaría en llegar, notando que la menor ya se encontraba ahí, sentada mirando la ventana.
—Lamento la demora—se disculpó.
—No te preocupes, acabo de llegar—restó importancia y la invitó a sentarse.
La mayor miró por la ventana una vez sentada en su cama, observando que aún no había empezado a nevar.
—No comenzó aún—comentó Chaeyoung. Quien decidida se levantó, y sacó dos frazadas bastante grandes.
En aquel cuarto no tenían aire acondicionado. Y se sentía mucho el frío, ¿qué mejor qué abrigarse para contemplar la nevada?
Le pasó una de las frazadas a Mina quien gustosa la aceptó y se la colocó arriba de los hombros. Mientras que también, empezaba a poner la pava para tomar un té. Algo que a las dos chicas les gustaba bastante.
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The poet's teaching
PoetryCuando las emociones y las letras se unen en gustos mismos y diferentes perspectivas, dos chicas aprenderán de la otra de la manera más bonita posible. -Michaeng -historia completamente de mi autoría (se permiten adaptaciones solo si preguntan). -Hi...