En la tranquilidad de su apartamento, los días se deslizaban entre rutinas monótonas y grandes bostezos por la falta de sueño, aunque se decía que dormía 12 horas. Un día rutinario de limpieza, encontró un cuaderno de tapa dura en el viejo desván de su hogar. Estaba repleto de anotaciones y dibujos perturbadores que parecían reflejar sus propios pensamientos más oscuros. A medida que devoraba las páginas, la sensación de familiaridad y temor le hicieron presión al pecho. Las líneas se desdibujaban entre la realidad y el delirio. Al cerrar el cuaderno, sintió un frío recorrer toda su espina dorsal. ¿Era el reflejo de su mente fracturada o algo más tangible? La última página permaneció en blanco, esperando a ser escrita, pero no por ella misma, sino por el monstruo que se agitaba en su interior y salía mientras "descansaba".
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Los susurros de la mente
PoetryUna pequeña colección de pequeños poemas, microcuentos o frases que escribo de vez en cuando. ¡Recuerda dejar tu comentario y vota por el capítulo si te ha gustado!