𝐟𝐢𝐯𝐞. madwoman of the lights

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CHAPTER THREE 」

The madwoman of the lights❞

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ESTABA COMETIENDO UN TERRIBLE ERROR QUE TENDRÍA QUE EXPLICARLE A NICK DE RODILLAS PARA EVITAR UN ASEGURADO CASTIGO, pero la ansiedad que la carcomía desde la desaparición de Will le impedía pensar con total claridad. En lugar de ir a la escuela, como cualquier sensato adolescente, estaba de camino a la casa de Joyce Byers. Muchas veces se planteó si debía o no ir, pues el miedo sobre lo que soñaba y sus negativos pensamientos no servían de ayuda en lo absoluto. Ir a la casa de los Byers solo haría realidad la situación.

El camino le pareció más largo de lo habitual.

Pero llegó.

Odio las bicicletas.

Sí, quizá ese sentimiento despectivo se originó de las millones de veces que se caía de la bicicleta o perdía su control al no saber manejarla perfectamente. Una desgracia.

Cuando llegó, le importó muy poco dejar tirado el deprimente método de transporte.

La casa estaba igual, intacta.

Rose respiró hondo y tocó la puerta suavemente. Al no recibir respuesta, golpeó un poco más fuerte, rezando para que Joyce estuviera allí y no en algún otro lado, probablemente, buscando frenéticamente a su hijo.

La puerta se abrió de golpe y allí vio a Joyce.

Parecía más cansada y agotada que nunca, con los ojos enrojecidos y el cabello desordenado. A la mujer no le salió exactamente una sonrisa cuando vio a Rose, pero la atrajo a un abrazo reconfortante, algo que necesitaba hacía bastante tiempo. Rose le devolvió el abrazo más fuerte y sollozó un poco, se sentía impotente por no poder ayudar en nada más y dejar en manos de la suerte encontrar a Will.

Joyce Byers era lo más cercano a una figura materna que pudo tener desde la muerte de su madre en la corta edad de vida. Apenas nació, linda infancia. Por lo que desde el primer día que conoció a Jonathan y fue a su casa, la mujer la recibió con los brazos abiertos. Su lugar de felicidad era la casa de los Byers, siempre y cuando Lonnie no se encontraba presente.

SURVIVOR: run or die  ━ Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora