❝Solo necesitó mirarla a los ojos para saberlo,
estaba perdidamente jodido
y Rose Wadsworth tenía la culpa...❞
-Steve Harrington
STRANGER THINGS [ seasons 1-4 ]
oc x steve harrington
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
「CHAPTER ONE 」
❝The vanishing of Will Byers❞
゜・。。・゜゜・。。・゜
ARROJÓ LA PINTURA EN EL LIENZO CON UN GESTO BRUSCO, la frustración era palpable en cada movimiento que daba. La cabeza le palpitaba como si miles de agujas se clavaran en su cerebro, cada punzada aumentando más el nivel de martirio. Era simplemente insoportable. Había estado intentando recrear una de sus pinturas renacentistas favoritas, pero su impaciencia y disgusto crecía cuando los dolores regresaban sin darle un segundo de tregua.
El cansancio era abrumador.
Miró el reloj y se dio cuenta de que ya era madrugada.
Normalmente, pintar le proporcionaba una paz absoluta. Cada pincelada desplazada sobre la superficie del lienzo era adictivo, tenía ese pequeño momento de libertad al crear lo que su mente imaginaba. Sin embargo, últimamente, lo que más amaba no lograba calmarla como antes. Esta era la tercera vez que arrojaba la pintura en el lienzo alterada, y eso no significaba nada bueno.
Intentó levantarse del asiento sin hacer ruido, pero al dar un paso, tropezó y derribó varios frascos de pintura, provocando un pequeño desastre.
—¿En serio? —rodó los ojos, no podía estar el universo más en contra como ahora.
Conveniente.
Tomó un trapo sucio para limpiarse la pintura roja de las manos y se quitó el delantal negro de tela que había tomado prestado de la cocina, el cual no lo regresaba desde hace meses. Con cuidado, volvió a colocar las pinturas en las repisas y recogió los pinceles que se habían caído del vaso sin que se diera cuenta.
Se soltó el moño y se masajeó la cabeza, esperando que así disminuyera un poco el dolor.
Según un artículo que leyó en clase, los masajes en la cabeza era una buena alternativa para controlar los malestares presentes. Y como siempre, ahí estaba ella comprobando su veracidad.
Suspirando, se dirigió a la cocina para preparar el desayuno, rutina matutina.
Era temprano, pero ya no tanto como para evitar el clásico ruido por las mañanas.
