Rodé los ojos inconscientemente ante su contestación. Detrás de mi asiento ya se encontraba mi mejor amiga Noah, que presenciaba la escena entre risas.
- Quítate por favor, no me hagas repetirlo. La clase está por comenzar. - le dije.
El chico iba a contestar de vuelta cuando, de repente, la puerta de clase se abrió dejando ver a la profesora.
- ¡Buenos días! Soy la señorita Dickson y, como ya saben, imparto la clase de Derecho Administrativo 2. Espero que este año pongan más interés en mi clase y no se comporten como niños chiquitos.
Al ser la única chica que estaba de pie, la profesora me lanzó una mirada en señal de desaprobación.
- ¿Por qué no toma asiento, señorita Morgan?. - comentó.
- Lo siento, profesora. - contesté.Como no quedaban asientos disponibles, tuve que tomar el único que quedaba situado delante del chico que tomó el mío.
- ¡Genial!. - resoplé.
Lo cierto es que la clase se me hizo bastante corta, por lo que estaba agradecida (ya que la profesora explicaba las cosas de manera detallada, no solo ciñéndose al libro de texto).
La clase estaba por llegar a su fin.
- Y recuerden, lleven consigo el material que les proporcioné. No les pondré tarea porque hoy fue nuestro primer día. ¡Cuídense, nos vemos mañana!. - dijo la señorita Dickson, despidiéndose mientras salía por la puerta.
Segundos después sonó el timbre, indicando el cambio de materia y, por consecuente, de aula.
Empecé a recoger mis cosas.
- Esto no se va a quedar así, Morgan. - susurró ese tal Axel en mi oído.
Sentí una especie de corriente eléctrica recorrer mi cuerpo al instante. Sin embargo, cuando estaba dispuesta a contestar, me giré y no había nadie.
- Ya lo veremos LeBlanc, ya lo veremos. - susurré para mis adentros.
Mi mejor amiga Noah me esperaba en la puerta del aula. Recorrimos el pasillo y una vez que llegamos a nuestras taquillas, me entró la curiosidad.
- Noah... - comencé.
- Dime, Sky. - me contestó de vuelta mientras buscaba algo en el interior de su taquilla.
- ¿Quién es ese tal Axel LeBlanc y por qué te reías?. - pregunté.
- ¿Recuerdas ese chico que siempre faltaba a clase el año pasado?. - preguntó ella de vuelta.
- Mmmm... creo que sí. - respondí.
- Pues es él y, por si no sabías, es el mejor amigo de mi novio. Las risas simplemente no las pude aguantar Sky. - contestó riéndose.
- ¿En serio?. ¿Mejor amigo de Kyle?. Joder. - le contesté, bastante sorprendida sobre todo por el hecho de ser el mejor amigo de Kyle.
- Sí, nena. Esa escenita que te hizo en clase... bueno, él es así y es mejor que no te involucres con él, créeme. - advirtió Noah.
- ¿Tan malo es?. - volví a preguntar.
- No es que sea malo, Sky. Aquí en la facultad lo llaman "rompecorazones" y digamos que su familia trata asuntos bastante turbios. - contestó.Me quedé callada. A veces no es bueno indagar tanto sobre alguien porque nunca sabes lo que puedes llegar a encontrar.
Por fin Noah encontró aquello que tanto buscaba en su taquilla y comenzamos a caminar para ir a nuestra siguiente clase: Derecho Constitucional 3.
Noah iba contándome las vacaciones que tuvo con su novio en Orlando cuando, de repente, un gran círculo se formó en el pasillo. Llegamos hasta él y vimos a Kyle peleando con ese tal "Axel LeBlanc".
- ¡Ni siquiera te atrevas a mencionar su nombre, LeBlanc!. - gritaba Kyle.
Y ahí tomé la peor decisión de mi vida: meterme en medio para evitar más golpes entre ambos (ya que no me llevé uno de milagro).
- ¡Parad los dos!. ¡YA!. - grité algo agitada.
Esto hizo que la pelea llegara a su fin.
- Espero no tener que volver a repetirlo, LeBlanc. O la dejas en paz o vas a terminar muy mal. - dijo Kyle.
- Yo haré lo que me dé la gana, Kyle. - contestó Axel.Kyle se acercó a nosotras y nos contó lo que había pasado.
- Amor lo siento, pero no podía dejar que se riera de tu mejor amiga. - le decía Kyle a Noah, que lo miraba preocupada.
- Lo sé, cariño. - contestó ésta.
- Además, ya sabes que quiero mucho a esta pequeñaja. Nunca dejaré que se rían de ustedes. - contestó Kyle.Lo cierto es que me pasé la gran parte del tiempo escuchando a ambos hablar sobre eso, ya que mi cabeza andaba distraída con ese tal LeBlanc y aquello que mi mejor amiga me contó (que, por cierto, aún no daba crédito).
No era capaz de creer que ese "simio egocéntrico" había sido o era mejor amigo de Kyle.
- No se parecen en nada. - pensé.
- Nena, ¿me estás escuchando?. - dijo Noah.
- Perdona Noah. La verdad es que no andaba escuchándote. - contesté de vuelta algo distraída.
- ¿Qué anda pensando esa cabecita?. - dijo Kyle entre risas.Seguidamente me revolvió el cabello y, junto con mi mejor amiga, se dirigieron hacia la salida.
- ¡Esperad!. ¿Dónde váis?. Hay clase ahora. - dije.
- Nos la vamos a saltar. - se reía Noah.Por esta vez, me dirigí sola hacia el aula cuando choqué con alguien. Todos mis útiles cayeron al suelo.
- Parece que alguien anda distraída hoy. - dijo ese alguien.
- También parece que hoy es mi día de mala suerte porque no dejo de encontrarte en todos lados. - le contesté a nada más y nada menos que LeBlanc. La vida parecía estar riéndose de mi.
- Si tú lo dices, Morgan. Ya haré que cambies de opinión con respecto a eso. - dijo demasiado cerca de mi cara. Se fue como si nada.Otra vez esa maldita corriente eléctrica recorriéndome el cuerpo.
- Dios, que este día termine pronto. -

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AXEL LEBLANC
Lãng mạnNunca imaginé que toda mi vida giraría en torno al mismísimo Axel LeBlanc. Soy Sky Morgan y esta es mi historia.