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Note: Como sabrán, todas las canciones de esta pequeña novela son en inglés, respetando la nacionalidad de Hobie y dea de los personajes, sin embargo, he querido cambiar esto. Una pequeña melodia en español y creo que seguiré con esta temática.

ıllıllı✯ıllıll
METÁLICA.
—Luna

Una ligera brisa entraba por la ventana entreabierta .
Aunque ya era medio día aun estaban entre las cobijas.

Ella dormía como de costumbre, su cabello había crecido unos centímetros, los necesarios para que cubrieran sus ojos ligeramente.

Hobie, en cambio, le abrazaba despierto. Escuchaba la respiración de la chica entre sus brazos como si se tratara de una melodia.

Observó su habitación, aunque cada quien vivía en su departamento y guardaba sus cosas en ellos, pasaban el tiempo en el departamento del otro.

Ahora, la habitación del punk había sido la elegida para dormir toda la semana.

Encontró con la mirada una vieja guitarra. No recordaba con exactitud cuando había comprado esa vieja guitarra de madera, de color naranja envinado, de cuerdas doradas y negras de nylon.

Con pequeñas aves en el tercero, quinto, séptimo, noveno y duodécimo trastes y llaves nacaradas.

Lo que si recuerda es su compañía, observando, analizando. Al principio, cedia a su nerviosismo, dando violentos acordes y furiosos ritmos.

Todas las noches aflojaba sus cuerdas, pero llegó la primavera y la abandonó con las cuerdas tensas.

Fue cuando aquella chica llegó a su escandalosa vida. Hobie estaba en la cocina, buscando las bebidas que habían comprado la tarde anterior.

A punto de encontrarlas, escuchó u ruido. No era ruido, era un sonido. Eran notas musicales. Acordes qué evocaban ensoñaciones dulcemente tristes.

Dejó su búsqueda para encaminarse hacia su habitación, quedándose en el borde.
Fue mágico presenciar como ella acariciaba las tensas cuerdas produciendo, aunque depresivas, bellas melodías y como las pequeñas aves agitaban sus alas volando por los trastes.

Una pequeña melodia era cantada por la joven, descubriendo que también era buena en eso.

Ahora. Aquella mujer que le había regresado la vida a aquella guitarra vieja le acompañaba.

Aun dormida, se dio la vuelta y abrazó el torso del punk.
Las palpitaciones suaves del corazón de Hobie la despertaron.

Sorprendió a su novio con un beso en la mejilla, suave y largo.
—Buenos días— Dijo en un murmullo mientras le abrazaba más fuerte.

Hobie volvió a besarla mientras tiraba de las cobijas para cubrirla del frío.
Ella se rio con fuerza acomodando las mantas para cubrir los hombros de Hobie.

Aquel era su pasatiempo favorito, estar acostados uno al lado del otro, sin hacer nada en general, observandose y reír de vez en cuando.

—¿Lista para hoy? — Ella asintió mientras sonreía. En tan solo unas horas, la banda tendría su primer concierto en un auditorio.

Peter era el más emocionado de todos, era la primera vez que una multitud le apaludiría.
Harry les ordenó ensayar pero Eddie dijo que no, que mejor sería su rendimiento si de daban el día libre.

—Estoy nerviosa— Escondió su rostro en el cuello de su pareja— Pero muy emocionada.

Contuvo su alegría, pero Hobie la descubrió.

—Estaré en primera fila, por si se te ocurre escapar a último momento.

Ella sonrió besando de nuevo a su punk.
Nunca había sido amada de esa manera, era como un fuego ardiente, y después volvía a consumirse en su pecho.

El punk era todo para ella, me amaba demasiado. Abrazó con más fuerza el pecho de Hobie.
—¿Prometes estar ahí? — El asintió, mientras dejaba varios besos en su frente.

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Una pequeña capa de sudor se extendía por sus cuerpos. El concierto sería de una hora y media y era hora de terminarlo.

Los cuatro se miraron, euforicos y alegres. Peter tenía una sonrisa en los labios, la más grande que habían visto.

Eddie gritaba emocionado cuando terminaban alguna canción y Harry cantaba como si no hubiera mañana.

Ella y su guitarra oscura bailaban con emoción en el escenario, disfrutaba de la ovación del público, sobretodo del punk en primera fila.

—Y ahora, como última canción, nuestra guitarrista entonará nuestro último número— La gente gritó.

Hobie estalló en gritos mientras le pedía a Gwen, a su lado, que grabara todo con detenimiento.

Harry toma una guitarra extra mientras intercambian lugares, le sonríe a su amiga y le da un beso en la mejilla.

Peter y Eddie la animan.

Un reloj suena en primera fila alarmando a su dueño. Tiene que irse. Su compañera de al lado le observa.

Unos acordes suaves invaden el lugar. Hobie los reconoce y le observa.

—Tengo que irme— Le murmura a Gwen antes de salir corriendo.

—Antes de iniciar, quisiera dedicar la canción a... — Le busca con la mirada, pero solo ve a Gwen sonriendo con tristeza. — A todo el público que hoy nos vino a ver.

Sonríe.

Entiendo que no puedo suplicarle una vez más— Empezó a cantar mientras que Eddie detenía su batería y los dos restantes le seguían con la guitarra. —Pero nada se detiene, solo vivo para ti.

Su banda la observa, buscando alguna señal de tristeza o enojo, pero una sonrisa al público es lo único que encuentran.

Dame solo un beso que me alcance hasta morir. Como un vicio que me duele, quiero mirarte a los ojos— Abre con fuerza ambos ojos, ahora la canción obtiene un significado diferrente.

Y cuando te me acercas se acelera mi motor. Me da fiebre, me hago fuego y me vuelvo a consumir

Dame solo un beso que me alcance hasta morir. Como un vicio que me duele, quiero mirarte a los ojos— Harry hace un coro mientras que el público baila suavemente, los que vienen en par abrazan a sus parejas.

Luna, no me abandones más
Que tiendo a recuperarme en la cuna de tus cráteres
Silencio se abren la tierra
Y se alzan los mares al compás del volcán — Después de aquella cortina de melodia, la letra surge sola, sin sentimiento.

Las personas fueron marchandose una por una, dejando a la banda en aquel escenario, habían terminado su primer concierto, pero no se sentía tan emocionante como pensaron.

Eddie miraba su batería mientras que Peter limpiaba su guitarra, Harry la observaba, en la punta del escenario.

Sostenía con fuerza su oscura guitarra, los tres habían visto cuanto esfuerzo había costado comprarla. Cientos de horas trabajando y sacrificios hechos.

Esa guitarra era todo para ella, una especie de lugar seguro, una forma de divertirse y desahogarse.

De gritar lo que pensaba, de amar.

Un estruendo hizo que los tres se asustaran. Después otro y otro, golpes llenos de ira. Peter se escondió detrás de Eddie mientras este liberaba un murmullo asustado.

—¿Qué les pasa? Deberíamos estar celebrando— Ella extendió los brazos — Estoy bien — Harry tomó sus mano mientras le quitaba los restos de madera que ahora la hacían sangrar.

Peter corrió por una tela y agua en una botella.

—Estoy bien — Repitió mientras limpiaba algunas de sus lágrimas.

Eddie observa, observa la guitarra oscura, en el suelo casi destruida.

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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𝙈𝙀𝙏𝘼𝙇𝙄𝘾𝘼 |ᴴᵒᵇⁱᵉ ᴮʳᵒʷⁿ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora