𝐄𝐍𝐆𝐄𝐋 siempre fue paciente ante las constantes bromas pesadas de 𝐙𝐈𝐏, 𝐄𝐃𝐖𝐀𝐑𝐃 y 𝐎𝐋𝐈𝐕𝐄𝐑, las de este último siendo las más complejas de entender, soportar y sobrellevar, más cuando se veían cinco días a la semana.
Aunque últimament...
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𝐋𝐎𝐒 𝐏𝐀𝐒𝐈𝐋𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐇𝐀𝐁𝐈́𝐀𝐍 𝐒𝐈𝐃𝐎 𝐑𝐔𝐈𝐃𝐎𝐒𝐎𝐒, pero por alguna extraña razón hoy día, Oliver sentía que lo eran inclusive más.
Mientras caminaba de regreso a su salón frente a él corría Riley persiguiendo a Cubbie quién corría en dirección a Lizzy tratando de librarse de la más pequeña.
Pasó de largo, ignorando al bullicio general de los demás alumnos y compañeros. Enfocándose únicamente en llegar hasta su próxima clase.
Caminó a pasos lentos, tratando de ignorar lo más posible el ruido, molesto ruido. Antes de darse cuenta llegó al salón de la clase de Idiomas.
En la mesa en la que siempre se sentaban se encontraba Edward, escribiendo algo en su cuaderno. Probablemente tareas que le faltarán o algo de la clase de idiomas.
—Días—saludó el de cabello largo, Edward levantó la mirada y le sonrió de oreja a oreja mientras agitaba su manita.
—Buenos días, Oliver.
—¿Y Largatija?—dejó su mochila colgada sobre el respaldo de la silla mientras miraba alrededor, Edward no despegó la vista de su cuaderno limitándose a simplemente apuntar con sus dedos en dirección a unas mesas tras ellos.
—Estaba hablando con otros del salón allá atrás—Oliver asintió, dirigiéndose hacía donde Edward le acababa de indicar.
Y en efecto, en una de las mesas un poco más apartadas se encontraban Bubble y Zip hablando.
—Zip—llamó, la de cabello bicolor giró la mirada, saludando a Oliver.
—Bueno, te veo luego Bubbles—Zip se levantó del asiento, despidiéndose con su mano de la chica quién le sonreía mientras se alejaba.
Caminó a la par de Oliver llegando a la mesa.
—¿Te hiciste amiga de Bubble?
—¡Ujumh!—respondió. Oliver asintió lentamente—Es divertida, seguramente tú y ella se llevarían bien—Afirmó dando pequeños saltitos en el camino.
—Sí, claro—llegaron a la mesa y cada uno tomó lugar donde siempre, Edward estaba casi terminando lo que sea que estaba haciendo.
—¿Y que haremos hoy?—cuestión Edward, cerrando el cuaderno y poniéndolo en el medio de la mesa junto con el de Zip.
—Lo mismo de siempre—respondió Oliver tomando su mochila y poniéndola frente a él, manteniéndola bajó la mesa.
Y justo en ese momento, Miss Thavel entró al salón.
Dando inicio a la segunda clase del día.
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