II

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El menor además de ir a una institución para reforzar y continuar con sus estudios, trabajaba.

Vivía en una casita de barrio, bastante humilde; sus tíos trabajan todo el día casi, la que compartía más tiempo con él era su tía, Julieta.

Ese matrimonio de ancianos lo querían bastante por suerte, al ser mayores no podían tener hijos, así que consentían y cuidaban con mucho cariño y paciencia de él, como si fuese uno.

Tiago desde siempre le costó integrarse a grupos de gente o conseguir amigos por culpa de su timidez e inseguridad, aunque si contaba con pocos chicos que los consideraba como sus amigos, le costaba sentirse cómodo con cualquier otro fuera de ese círculo.

En su hogar habían peleas, como en todo matrimonio, por suerte no se desquitaban con él de ninguna manera, pero le dolía ver a su tía llorando por culpa de Oscar, su tío.
Él lo descubrió pegándole a la mujer un par de veces, no era costumbre esas peleas por suerte, sucedía cuando las cosas estaban realmente mal o se pasaba de alcohol, porque si, además de violento era alcohólico.

Aunque como mencionó antes, no se involucraban ni tocaban al morocho, al menos respeto por él tenían.

Volviendo atrás, Tiago tenía un trabajo a parte de la educación que recibía, como es mayor de edad, tiene que empezar a manejarse solo y no depender de únicamente sus tíos, menos ahora que estaban estresados porque no les alcanzaba para pagar todas sus deudas.
Su trabajo no era ni muy bien ni muy mal pagado, además de todas las horas que perdía en el día sumándolo a su laburo, llegando exhausto y tarde a casa; pero su esfuerzo era lo suficiente como para ayudar en casa y manejarse cotidianamente por su cuenta.
Trabajaba en un tipo de vivero o depósito de plantas, bastante grande para ser sincero. Es un lugar bastante lindo y grande, ocupando una cuadra entera en la que exponen distintas variedades de plantas para venderlas a distintos precios dependiendo de algunas características que tenía en cuenta el jefe. Contaban con un total de 20 tipos de especies diferentes dentro del lugar, es una locura de lo hermoso que es el lugar y lo bien que lo mantienen.
Cada uno tenía distintas responsabilidades, se decía que este lugar es el mejor organizado, porque elaboraban todo desde cero.
Tiago, por ejemplo, es encargado de lo que viene siendo el cuidado y mantenimiento de las flores, cortando sus hojas secas, regándolas...

Por su parte, Mauro hacía como un tipo marketing: ingresaba un grupo reducido de personas y las mismas eran guiadas por él, le mostraba las variedades que poseían, le contaba características, datos interesantes y más.

El problema es que él al pasar guiando a la gente, pasaba al lado de Tiago y casi siempre le pisaba la mano o lo empujaba, en su defensa podía decir que miraba a la audiencia y no se fijaba por dónde pasaba pero, ¿Será casualidad que siempre que pasaba por al lado suyo haga lo mismo?
Lo peor de todo no era eso, el chabón ni se disculpaba con él y, en repetidos casos se reía.

Esa actitud viene desde hace rato por parte del pelirrojo, hace dos meses, que son los que vienen laburando ahí.
Se lo tenía que fumar, quiera o no, después de todo (y por desgracia) es su compañero, no?
Pero le daba bronca que sea así con él nomás, como si le hubiera hecho algo, con el resto era un amor, todo el mundo lo amaba, admiraba y varios trataban de chamuyárselo, pero ante los ojos de Tiago simplemente era un rompe bolas más.
Aunque no lo iba a negar, el pibe si se le hacía...
lindo.

𝘓𝘐𝘙𝘐𝘖 - 𝙡𝙞𝙩𝙞𝙖𝙜𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora