La Princesa Twilight Sparkle tenía un historial impecable, su disciplina y dedicación fueron cualidades que la llevaron a merecer su título a tan corta edad.
Pero no dejaba de ser joven, ingenua y algo imprudente, sus viajes a aquella dimensión desc...
Nota de la autora: Último recordatorio de las advertencias lol, también es un poco más corto que los anteriores, pero para el contenido creo que más bien quedó demasiado largo- (Y pido disculpas por adelantado si no quedó tan bien, tenía rato sin escribir escenas de ese tipo y realmente dudé si incluirlas al fic, pero tendrán sentido más adelante)
No calcularé cuántos capítulos faltarían para terminar propiamente e iniciar con Espejo Roto, pero lo próximo que publicaré será el siguiente capítulo de La Corona de Equestria, intentaré que sea lo más pronto posible asfvdg
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Ninguno sabía exactamente lo que hacía, en sus miradas se leía el nerviosismo esperable en una situación así, pero también esa chispa particular, aquella que se materializaba cuando estaban juntos.
Twilight tenía una noción básica de la desnudez en ese mundo, algún rincón de su mente se avergonzó a la eventual falta de su vestido, incluso ante la predominante oscuridad, incluso cuando él le susurraba lo hermosa que era, incluso cuando él le parecía igual de hipnotizante a la vista y el tacto, una vez la parte superior de su atuendo también acabó en el suelo.
Era imposible no sentirse segura entre sus brazos.
El toque gentil era eléctrico, sus besos intentaban dejar una marca invisible en cada rincón de su cuello, su pecho subía y bajaba con agitación, balbuceó su nombre por lo bajo.
Su mente intentaba procesar todo, pero su cuerpo parecía saber mejor cómo reaccionar ante esas nuevas sensaciones, ignoró cualquier pensamiento y solo se dejó llevar por sus instintos, al menos por esta ocasión.
Después de todo, estaba en buenas manos.
La cama era suave, igual que su piel, sus besos en algún punto se tornaron más intensos, igual que sus gestos, un suspiro tembloroso escapó de sus labios cuando él finalmente desabrochó su sujetador.
—¿Estás nerviosa? —apenas fue consciente de como estuvo reteniendo el aliento, sintió sus mejillas más calientes.
—La verdad, un poco.
—Somos dos —notar la sinceridad en sus palabras era tranquilizador— ¿Qué tanto sabes de, esto? Aparte de esa charla incómoda en la escuela.
—... Tal~ vez haya visto un par de cosas en esa aplicación de libros —los dos rieron.
—No sabía que tenías esos gustos literarios —arqueó una ceja con burla, ella resopló.
—Es consumo irónico, y no es anatómicamente correcto según Twi-Twi —se molestó en aclarar—. Además, creí que no se solía hablar mucho en estas situaciones.
—Solo quería distraerte, así estás más relajada —confesó en voz baja, besando su mejilla colorada.
—... Eres un tonto —Flash no pudo tomarse en serio esa falsa expresión de enojo.
