Capitulo II; Un mal Doncel

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Ornamentos, finas pieles el vino más caro de la región norte de Valakia, todo para que aquel joven doncel pudiera contraer matrimonio con. Sir Lewis Hamilton, y el no podría estar más que consternado por la tonta idea de casarse con aquel hombre, no lo odiaba, nunca lo hizo, pero tampoco lo amaba y era injusto obligarle a casarse con el, Sergio creía en los cuentos de las hadas aquellas que narraban la valerosidad de aquel hombre, del gran Max Verstappen, y el joven doncel estaba más que enamorado,

Aunque quizá solo enamorado de un cuento.

-¡Santas lunas Sergio aún no te has arreglado y Sir Lewis ya está en las puertas de la aldea!- Su madre estaba más alterada que el, ese día se llevaría a cabo una de las ceremonias de cortejo antes de la gran boda, en la ceremonia, consistía en que ambos jóvenes debían intercambiar al menos un par de palabras antes de contraer matrimonio, Sir Lewis era un hombre honorable que dedicaba su vida a defender al reino en nombre de su familia el conde de Calupoh, y seguramente tendría muchas buenas historias que contarle a Sergio.

-¡No me apetece bajar aún!-

-¿Sigues con ese reclamo hijo mío?, ¿Cuando mostrarlas clemencia por tu santa familia?, nosotros solo queremos lo mejor para ti mi niño, un matrimonio con un buen hombre que te haga feliz será suficiente para complacer el corazón de tus viejos padres.-

Mari Lù comenzó a ayudar a vestir a su hijo, coloco el verde velo en su cabeza para ocultar su mirada, en esa ceremonia solo su esposo debía de verle, solo el era digno de hacerlo, las doncellas y damas de compañía terminaron de vestir al joven doncel, adornaron sus pies con hermosos diamantes y esmeraldas, el color verde sin duda era el color del doncel, las pieles que lo cobijaban también habían sido escojidas especialmente para la figura del joven muchacho.

El frío invernal de Calupoh se había hecho presente en la tarde en la que sus invitados habían llegado, todos los grandes aliados del gran Calupoh estaban ahí desde dos días de anticipación ya que el viaje hasta Calupoh podría ser pesado debido a las grandes montañas que lo rodeaban tan frías en esa época del año en la cual el verano abandonaba a las ya de por si frías tierras, camino tan rápido como sus pies se lo permitían, quería terminar con aquella situación lo más rápido posible, no deseaba pasar más tiempo en presencia de su prometido, cuando llegaron al lugar dónde ambos jóvenes se encontrarían, Sir Lewis estaba ahí, tan estoico y feroz como un tigre.

Sergio hizo una reverencia ante la presencia de su compañero, él hombre no era de mal gusto, al contrario era un hombre refinado, pulcro y limpio, una melena negra atrapada en extensiónes pacientemente bien trenzadas, labios gruesos y apetecibles, hermosos ojos color obsidiana y manos tan grandes como las de su padre, Lewis respondió la reverencia tomando la Mano de Sergio y besándola delicadamente.

-Tengo el placer de ver a mi futuro esposo, he de suponer.-

Sérgio no respondió, simplemente se limito a asentir con la cabeza, Lewis le extendió el brazo y comenzaron a caminar entre los ya escarchados jardines del palacio, caminaron en silenciosa armonía, Lewis no quería invadir la privacidad del doncel tratando de inmiscuirse en la vida privada de su futuro esposo, sin embargo la curiosidad lo consumía en ese instante, debían cumplir con la ceremonia y eso harían.

-Parece que la diosa Iduna nos ha bendecido con su gentil invierno nuevamente, ¿No le parece mi señor?-

-El invierno siempre llega a Calupoh señor Lewis, no se que le sorprende.- Sergio rodó los ojos, Lewis era de Calupoh, no encontraba la razón por la cual le sorprendiera el invierno.

-Bueno, el de esta temporada parece extrañamente encantador, ¿No lo cree su majestad?-

-¿Dónde está su guardia real mi lord?, ¿No se supone que un caballero debe venir con su escudero? -

Agus Kingdom; Primer tomo "El Rey Maldito"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora