Capitulo IV; Ante su majestad

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-¡Por los infiernos malditos!, ¿Que porquería significa este insulto?-

El Rey Antonio hervía en cólera, su nombre y su apellido estaban siendo manchados por los juegos de su inmaduro hijo y su compinche.

-¡Lancelot Stroll! ¿Que lunas significa esto?- Lawreance Stroll Rey de Moon quien había permanecido estoico todo ese momento se acercó hasta su hijo el cual estaba a lado de un consternado Lewis el cual sentía su orgullo herido y humillado.

-¡Solo he seguido órdenes de mi amigo!, el ha dejado esto.- Lance extendió la carta la cual le había dejado Sergio a su padre, Antonio la tomo arrebatandola de las manos del doncel.

-¡António por los dioses, dime qué dice!- Mari Lù se acercó a su esposo el cual molestó, rompió el sello de la carta abriéndola agresivamente, el contenido de la carta fue lo que lo hizo sentirse aún más furioso de lo que ya estaba;

Querido padre, mi Rey, se que quizá cuando lea esto la rabia lo estará consumiendo, sin embargo y como usted me ha educado no puedo renunciar a mi libertad de vivir y mucho menos renunciaré a ella prometiéndome a alguien a quien no amo, llevo toda mi vida escuchando sobre este día en especial, y mi respuesta es no..

Soy consciente de que al hacer esto estoy ganando no solo el odio de mi propio pueblo si no también el de mi propia familia, sin embargo en estas letras le digo que yo, su hijo, Sergio Michel Pérez Mendoza segundo hijo de la luna, heredéro de la herencia de los lobos de las montañas altas, abdico al trono de Calupoh para buscar mi libertad en otras tierras, se que no comprenderás mis razónes sin embargo espero que algún día puedas perdonarme.

-¡Por las lunas de Iduna!- Mari Lù comenzó a llorar echada en los brazos de su esposo, su hijo, su pequeño hijo había traicionado no solo a sus padres si no a todo el pueblo y había puesto en burla el apellido de los Pérez.

Por su parte Lewis parecía decepcionado por la acción de su doncel prometido, decidido salir de ahí antes de ser más humillado por su propia gente, Lawreance saco a su hijo del gran salón, ¿Cómo podría haber apoyado una canallada de tal magnitud?

-Aqui.- dijo fiero y firme arrojando a su hijo hacia la habitación. -¿Cómo pudiste cometer tal infamia?- estaba colérico, sordo ante los sollozos de su hijo, la amistad que había construido por años con Antonio sé podía ver afectada por las decisiones de dos jóvenes infantiles, -¿Tienes idea de las consecuencias que esto atraera para la familia Pérez?, ¿Para nosotros?, ¿Para ambas aldeas?- Lawrence estaba hecho una total fiera, Lance por su parte simplemente permanecía en la misma esquina a la que había sido arrojado.
-Me dirás a dónde se ha ido, ¡Me lo dirás ahora!-

-¡Por los dioses!, de verdad que no lo sé padre, no lo sé, el solamente me pidió que entregará la carta, de verdad que no se a donde se ha ido.- Lance comenzó a llorar mientras se hacía cada vez más pequeño entre los muros de la habitación.

-¡Iduna los perdone a ustedes dos!- Lawreance salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él, Lance estaba conmocionado y lleno de sentimientos encontrados que lo acongojaban, sin embargo se negaba a decir la verdad sobre el paradero de su amigo.

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-Oh esto parece encantador.- La pequeña chica comenzó a caminar en medio de la sala de el gran salón, todos los preparativos para recibir a los donceles de las demás aldeas estaban listos, a tan solo un día antes de la gran ceremonia todos estaban con los nervios de punta.

-Tu hermano planeo todo.- dijo el chico que siempre la acompañaba en todas sus travesuras y aventuras lejos de el palacio.

-Tambien es tu hermano idiota.- la chica golpeó su hombro, ambos sonrieron divertidos. -¿Has escuchado lo que dicen de el en la aldea cierto?- el pequeño rubio bufo y rodó los ojos.

Agus Kingdom; Primer tomo "El Rey Maldito"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora